Asociación Barcelonesa de Laringectomizados: julio 2016

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viernes, 29 de julio de 2016

¡Vacaciones! Vacances!

Otro año más ha llegado el verano y con él en ABL nos tomamos unos merecidos días de descanso

Este año cerramos desde el 29 de julio hasta el 4 de septiembre, ambos inclusive, por lo que seguiremos con nuestra tarea de informar sobre el cáncer y de dar apoyo a tod@s l@s laringectomizad@s a partir del 5 de septiembre.

Esperamos que paséis unas buenas vacaciones.

¡Hasta septiembre! ¡Fins el setembre!

Associació Barcelonesa de Laringectomitzats



jueves, 28 de julio de 2016

Una hora de ejercicio al día compensa los riesgos de estar sentado ocho horas

  • Caminar rápido o ir en bici contrarrestan los efectos nocivos del sedentarismo
  • El estudio destaca la relevancia de mantenerse activo, aunque sea poco 

Pasarse ocho horas cada día sin moverse, sea sentado en la silla de la oficina o en el sofá de casa mirando la tele, no es irremediablemente un hábito de vida peligroso para la salud. Hay una manera sencilla, lógica y eficaz de corregir lo que a priori es una conducta nada saludable. No es necesario convertirse en un esforzado runner ni machacarse en un gimnasio. Basta con una hora diaria de ejercicio físico suave, como podría ser una hora caminando rápido o pedaleando sobre una bicicleta de paseo.

Nuestro mensaje es positivo: es posible reducir e incluso eliminar el riesgo para la salud asociado a estilos de vida sedentarios si somos lo suficientemente activos, incluso sin tener que practicar deportes o ir al gimnasio”, destaca Ulf Ekelund, de la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte y la Universidad de Cambridge, uno de los investigadores del amplísimo estudio hecho público ayer por la prestigiosa revista médica The Lancet. Se han analizado los hábitos y el estado de salud de un millón de personas, centrándose en mayores de 45 años de EE.UU., Europa Occidental y Australia.

Un ejercicio físico moderado, pero diario, es capaz de neutralizar los efectos perjudiciales del sedentarismo, como el incremento del riesgo de padecer un infarto o diabetes. “No importa cuántas horas al día pasemos sentados. De hecho , el aumento del riesgo de muerte asociado con estar sentado durante 8 horas al día desapareció en las personas que realizaron un mínimo de actividad física de una hora al día”, concluye el estudio.

Los investigadores querían saber cuántas horas de actividad física diaria eran necesarias para acabar con la relación entre estar muchas horas sentado y el incremento de la mortalidad. Los individuos analizados se dividieron en cuatro grupos, en función de su nivel de actividad. El estudio arrancó en el 2012, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Londres, y ha constatado también que el sedentarismo sigue siendo un problema generalizado en las sociedades desarrolladas que no se está afrontando desde las administraciones públicas con suficientes recursos.



Con una hora al día, hay suficiente

miércoles, 27 de julio de 2016

La dieta del padre también condiciona el riesgo de cáncer de mama de sus hijas

Un estudio con un modelo animal muestra que las hijas cuyos padres siguieron una dieta con un alto contenido en grasas animales tienen mayor riesgo de padecer el tumor

Cada año se diagnostican en nuestro país cerca de 26.000 nuevos casos de cáncer de mama, el tipo de tumor más frecuente entre la población femenina no solo de nuestro país, sino de todo el mundo. Un tumor cuyo riesgo de aparición se ve condicionado por factores no únicamente genéticos, sino también ambientales. Es el caso de la dieta, dado que el consumo de grasas se asocia a un mayor riesgo de cáncer de mama. Y asimismo, del peso de los progenitores, pues parece que las hijas de padres obesos también tienen una mayor probabilidad de padecer el tumor. Pero aún hay más. Cual si hubiera aunado los hallazgos de las investigaciones previas, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Sao Paulo (Brasil) concluye que la dieta que llevan a cabo los padres también condiciona el riesgo de cáncer de mama de sus hijas. O así sucede, cuando menos, en modelos animales –ratas.

Como explica Thomas Ong, director de esta investigación publicada en la revista «Breast Cancer Research», «si bien el interés sobre el papel de los padres en la salud de sus descendientes ha crecido en los últimos años, la información relativa a la influencia de los factores paternales sobre el riesgo de cáncer de mama de sus hijas es muy limitado. Así, en nuestro trabajo hemos usado un modelo animal para evaluar el impacto asociado al consumo de altos niveles de grasa vegetal o animal por los padres antes de la concepción sobre el riesgo de cáncer de mama de sus hijas».

¿Grasas? Sí, pero vegetales

Para llevar a cabo el estudio, los autores utilizaron 60 ratas macho que dividieron en tres grupos de alimentación –una dieta con un alto contenido de manteca de cerdo; una dieta en la que el 60% de la energía derivaba de los aceites de maíz, y una dieta control con únicamente un 16% de la energía derivada de las grasas– y emparejaron con ratas hembra a las que sometieron a una dieta normal.

Posteriormente, y una vez contaron con los primeros descendientes, los investigadores indujeron en las hembras de las camadas, igualmente alimentadas con una dieta normal, el desarrollo de un cáncer de mama cuando alcanzaron la edad de 50 días. Así, el objetivo fue evaluar el tiempo transcurrido hasta la aparición del tumor (latencia), el número de animales con el tumor (incidencia), el volumen tumoral y el número de tumores por animal (multiplicidad) en función de las dietas seguidas por sus padres.

Los resultados mostraron una menor tasa de muerte celular tumoral en las ratas cuyos padres fueron alimentados con una dieta rica en grasas –animales o vegetales–. Sin embargo, y comparado frente a los relacionados con la dieta rica en manteca de cerdo y la dieta control, el crecimiento tumoral fue inferior en aquellas ratas descendientes de padres con una alimentación basada en el aceite de maíz. Es más; las hijas de machos alimentados con grasas vegetales mostraron una mayor latencia y una menor multiplicidad que las descendientes cuyos padres fueron sometidos a una dieta rica en grasas animales.

Como indica Thomas Ong, «dado que el consumo altos niveles de grasas está considerado como negativo para la salud, el descenso del riesgo de cáncer de mama en las hijas descendientes de padres que consumieron aceite de maíz resulta sorprendente. La manteca de cerdo contiene altos niveles de grasas saturadas, mientas que el aceite de maíz es rico en ácidos grasos poliinsaturados omega-6. Así, nuestros resultados sugieren que el tipo de grasa en la dieta de los padres es un factor importante que influye sobre el riesgo de cáncer de mama de sus hijas».

Más allá de la obesidad

Finalmente, los autores recogieron muestras de esperma de las ratas macho y de las glándulas mamarias de sus descendientes. Y lo que observaron es que tanto los padres como sus hijas presentaban cambios en algunos microARN y proteínas que podían afectar a, entre otros procesos, el crecimiento, supervivencia y muerte celulares.

En definitiva, los resultados sugieren que los hábitos dietéticos pueden provocar cambios en los espermatozoides que, a su vez, pueden llegar a condicionar la probabilidad de que las futuras hijas acaben padeciendo un cáncer de mama.

Como destaca Thomas Ong, «de confirmarse nuestros resultados en los estudios con seres humanos, una de las estrategias potenciales para la prevención del cáncer de mama consistiría en centrarse en la dieta de los padres durante la pre-concepción».



Los hábitos de los padres afectan al cáncer de sus hijos

martes, 26 de julio de 2016

La inmunoterapia avanza contra el cáncer

Una investigación liderada por Antoni Ribas descubre por qué algunos tumores se vuelven resistentes al tratamiento

En un avance que abre la vía a mejorar las inmunoterapias contra el cáncer, investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) liderados por Antoni Ribas han descubierto por qué algunos tumores se vuelven resistentes al tratamiento.

Según los resultados presentados online en la revista The New England Journal of Medicine, los fármacos de inmunoterapia empujan a algunos cánceres a evolucionar para escapar al ataque del sistema inmunitario. Así, se desencadena una carrera de armamentos entre células cancerosas y células inmunitarias de modo que las primeras se vuelven, en algunos pacientes, inmunes a la inmunidad.

Ribas y su equipo han identificado que las células cancerosas pueden evadirse de la inmunoterapia si desarrollan mutaciones en dos tipos de genes distintos. Por un lado, en el gen B2M, lo que impide que el cáncer sea reconocido por el sistema inmunitario. Por otro, en los genes JAK1 y JAK2, lo que hace que el cáncer se vuelva insensible a las células inmunitarias.

Es decir, en el primer caso el sistema inmunitario deja de atacar. En el segundo caso, sigue atacando con insistencia pero el cáncer se vuelve inexpugnable. Los beneficios de este descubrimiento para los pacientes “no llegarán de manera inmediata”, advierte Antoni Ribas, director del programa de Inmunología Tumoral de UCLA. “Pero comprender a nivel molecular cómo el tumor se vuelve resistente a la inmunoterapia permitirá diseñar estrategias para prevenir y tratar este problema”.

La estrategia principal consistirá en combinar fármacos para impedir que el tumor desarrolle resistencias al tratamiento. Es una estrategia que ya se aplica con éxito en el campo del sida, donde se controla la evolución del VIH de modo que siga respondiendo a los fármacos antirretrovirales. La idea se ha empezado a explorar recientemente en el campo del cáncer.

Una segunda aplicación del descubrimiento de Ribas y su equipo puede ser la de seleccionar mejor a las personas que pueden responder a los fármacos de inmunoterapia. En la minoría de pacientes que tienen mutaciones en los genes JAK1, JAK2 o B2M, puede saberse a priori que el tratamiento no será eficaz y se les pueden ahorrar los efectos secundarios.

La inmunoterapia ha transformado en los últimos años el tratamiento de cánceres de mal pronóstico como el melanoma metastásico y algunos tumores de pulmón o de riñón. La mayoría de pacientes que responden a las nuevas inmunoterapias lo hacen de forma duradera. Pero, por motivos que hasta ahora se desconocían, algunos tumores se vuelven resistentes al tratamiento después de meses o años. Averiguar por qué se había convertido en uno de los grandes retos de la investigación sobre las inmunoterapias, ya que era un paso necesario para seguir mejorando los tratamientos.

En busca de una respuesta, Ribas y su equipo han analizado el genoma de los tumores de pacientes tratados con el fármaco pembrolizumab –el mismo fármaco con el que ha sido tratado el expresidente de EE.UU. Jimmy Carter tras ser diagnosticado de melanoma–.

Sobre una muestra de 78 pacientes con melanoma avanzado tratados en UCLA, 42 respondieron inicialmente al tratamiento. De estos 42, hubo 15 en los que las células tumorales desarrollaron resistencia al fármaco después de aproximadamente dos años. De estos 15, había cuatro en los que los investigadores disponían de biopsias adecuadas para analizar el genoma y que se habían obtenido en dos momentos distintos: antes de iniciar el tratamiento y después de que el tumor hubiera adquirido resistencia al fármaco. Estos cuatro pacientes son los únicos en los que se ha podido analizar qué había cambiado entre los dos momentos.

La muestra es pequeña, admite Ribas. De estos cuatro pacientes, dos tenían mutaciones en los genes JAK1 o JAK2, un tercero tenía mutado el gen B2M y en el cuarto no se ha encontrado ningún cambio que explique la resistencia a la inmunoterapia. “Hará falta analizar más casos”, reconoce el investigador. Pero se trata de la primera vez que se identifican mecanismos que aclaran por qué las células cancerosas dejan de responder a fármacos como el pembrolizumab.

“Ahora todo parece lógico y claro”, declara Ribas. “Pero al principio no sabíamos ni por dónde empezar para entender cómo el cáncer podía escaparse de la respuesta del sistema inmune”. Las dos primeras hipótesis apuntaban a que las células del sistema inmunitario que atacaban el cáncer (los linfocitos T) habían dejado de funcionar; y a que los antígenos de las células tumorales reconocidos por el sistema inmunitario habían mutado. “Pero no era ni una cosa ni la otra y llegamos a un punto en que no teníamos nada concreto para seguir estudiando qué había ocurrido”, explica el investigador.

Los nuevos resultados muestran que el tumor actúa de manera más sofisticada. En el caso de los genes JAK1 y JAK2, cuando están mutados, el cáncer deja de ser sensible a una proteína llamada interferón gamma. Esta proteína es necesaria para que los linfocitos T puedan actuar.

En un principio, paradójicamente, las células cancerosas utilizan el interferón gamma para protegerse del sistema inmunitario. Pero a partir del momento en que se administra un tratamiento de inmunoterapia, el interferón gamma deja de serles útil, lo que les induce a desactivarlo mutando los genes JAK1 y JAK2. De este modo, al desactivar el interferón gamma, dejan de ser vulnerables a los linfocitos T. “Es un proceso verdaderamente asombroso”, señala Ribas. “Pero lo importante es que permitirá mejorar los tratamientos”.





lunes, 25 de julio de 2016

Todo lo que debes saber si vas a tomar el sol

Estamos concienciados de la necesidad de protegernos del sol pero aún adoptamos ciertos hábitos que no son del todo correctos. Leonor Prieto, directora científica de La Roche-Posay, nos da las claves para que este verano el sol no sea un problema para tu piel

¿Cuáles son los malos hábitos que adoptamos a la hora de tomar el sol?. Te desvelamos los más comunes para que tomes nota este verano.

1. Pensar que sólo hay que protegerse cuando vamos a la playa o a la nieve: lo ideal sería protegerse todo el año (por ello existen cremas de tratamiento con filtro adaptado a la radiación lumínica cotidiana). También hay que protegerse cuando se va a pasear por la ciudad o el campo, cuando vamos de compras al aire libre, cuando estamos en el jardín de casa, en el parque...Todas estas situaciones se consideran “sol intenso”.

2. No protegerse cuando no hace sol: la radiación UVB se frena casi totalmente a través de nubes y cristales, así como los infrarrojos (responsables de la sensación de calor), pero las radiaciones UVA sí los atraviesan por lo que nos irradian y provocan daños en nuestra piel.

3. Tomar el sol en las horas de máxima intensidad solar: de las 12 h a las 17 h (aprox). Si al pasear vemos que nuestra sombra es más pequeña que nuestra altura, quiere decir que no deberíamos estar expuestos al sol.

4. Pensar que el “fotoprotector”, como tiene un índice alto y es resistente al agua, con una vez al día estamos totalmente protegidos: hay que renovar la aplicación y hacer exposiciones cortas y progresivas. Además del fotoprotector hay que usar sombreros, gafas, camisetas, ponerse debajo de la sombra o la sombrilla...

5. Dejar de usar el fotoprotector cuando estamos morenos: nuestra melanina nos protege escasamente del sol. Aunque no nos quememos, las radiaciones ultravioletas están provocando reacciones “invisibles” al ojo humano, pero acumulativas en nuestro organismo: manchas, envejecimiento, alergias solares, sequedad de la piel, disminución de las defensas de la piel y el organismo (herpes, infecciones...) y pueden ayudar también a largo plazo al desarrollo de cánceres cutáneos.

6. Pensar que aunque te quemes, no pasa nada. La quemadura desaparece y la piel se renueva: los daños del sol son acumulativos a lo largo de la vida. Nuestra piel tiene memoria. De ahí los problemas graves a largo plazo: las quemaduras repetidas en la infancia pasan factura al cabo de 1 ó 2 décadas.


CLAVES PARA ELEGIR TU PROTECTOR SOLAR

1. PROTECCIÓN AMPLIO ESPECTRO: es necesario que cubra todo el espectro solar (desde los rayos UVB hasta los infrarrojos).

2. ÍNDICES EQUILIBRADOS: tiene que haber un equilibrio entre el índice de protección de los rayos UVB y el de los UVA. Cuando esto ocurre, el símbolo UVA aparece dentro de un círculo.

3. FOTOESTABILIDAD: entre aplicación y aplicación debe mantener el índice de protección solar que aparece en el producto.

4. REMANENCIA: es necesario que sea resistente al agua, sudor, fricciones,...

5. SUSTANTIVIDAD: reparto uniforme de la fórmula.

6. TOLERANCIA: que esté testado bajo control dermatológico asegura una máxima tolerancia y seguridad.

7. COSMETICIDAD: diferentes texturas para distintos gustos y tipos de piel.

8. CONSEJO ESPECIALIZADO: el dermatólogo o farmacéutico te podrán recomendar el protector solar que mejor se adapte a tu piel.



Hay que tener mucho cuidado a la exposición solar

jueves, 21 de julio de 2016

Descubren cómo saber si la quimioterapia será eficaz sin que el paciente tenga que tomarla

Las líneas celulares tumorales obtenidas en un paciente permiten saber si este responderá o no a un fármaco

Las enfermedades oncológicas constituyen, tras las cardiovasculares, la primera causa de muerte entre la población de nuestro país. Y es que cada tumor, como cada paciente, es un mundo, por lo que resulta muy difícil de tratar. De hecho, no todos los tumores, ni todos los pacientes, responden a los mismos fármacos. Una situación que en muchos casos se desconoce hasta que el enfermo ya ha iniciado el tratamiento, que no solo acaba resultando ineficaz sino que se acompaña de efectos adversos muy importantes. Sin embargo, un nuevo estudio dirigido por investigadores del Instituto Sanger Wellcome Trust de Cambridge (Reino Unido) y del Instituto Europeo de Bioinformática (EMBL-EBI) en Hinxton (Reino Unido) podría haber dado con la clave para predecir cómo responderá un individuo a cada fármaco, lo que podría utilizarse no solo para evitar que el paciente reciba tratamientos que, en su caso, resultan ineficientes, sino también para el desarrollo de terapias dirigidas más precisas.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Cell», muestra que las líneas celulares derivadas de un paciente portan las mismas mutaciones genéticas que se encuentran en sus tumores, lo que puede utilizarse para predecir la probabilidad de respuesta de cada tumor a los nuevos fármacos, aumentando así la tasa de éxito para el desarrollo de nuevos tratamientos oncológicos personalizados.

Como explica Mathew Garnett, director de la investigación, «en nuestro trabajo comparamos las características genéticas de, por una parte, los tumores que presenta un paciente y, por otra, las líneas celulares cultivadas en el laboratorio a partir del propio paciente. Y lo que observamos es que las líneas celulares portan las mimas mutaciones genéticas que provocan la aparición del tumor en ese paciente. En consecuencia, es posible llevar a cabo pruebas de sensibilidad farmacológica en las líneas celulares para descubrir cómo un tumor responderá a cada fármaco».

Células, que no pacientes

El nuevo estudio es el más grande realizado hasta la fecha con la combinación de datos moleculares de los pacientes, líneas de células tumorales y análisis de sensibilidad a los fármacos. Y para ello, los autores analizaron la presencia de mutaciones asociadas al cáncer en las muestras de más de 11.000 pacientes con 29 tipos distintos de cáncer.

Los resultados permitieron elaborar un ‘catálogo’ de mutaciones asociadas al cáncer y desarrollar un mapa de estas alteraciones genéticas en cerca de un millar de líneas celulares. Posteriormente, los investigadores trataron las líneas celulares con 256 fármacos anticancerígenos para ver la respuesta farmacológica –o lo que es lo mismo, la posible alteración de la sensibilidad a los fármacos– asociada a la presencia de cada una de las mutaciones.

Las líneas celulares portan las mismas mutaciones genéticas que provocan la aparición del tumor en ese paciente

Los resultados demostraron que la mayoría de alteraciones genéticas halladas en los tumores también se encuentran en las líneas celulares de los pacientes. En consecuencia, el estudio abre la puerta a la posibilidad de emplear las líneas celulares para identificar qué fármaco es mejor para cada paciente. O lo que es lo mismo, para descartar aquellos tratamientos que no provocarán ninguna mejoría –pero sí muchos efectos secundarios.

Medicina más personalizada

Sin embargo, y a pesar de que el estudio podría facilitar la evaluación de la sensibilidad que presenta cada paciente a cada fármaco, la primera aplicación práctica que derivará de los resultados será analizar la eficacia de los nuevos fármacos aún en fase de investigación. Y es que como explica Francesco Iorio, co-autor del estudio, «si una célula celular presenta las mismas características genéticas del tumor del paciente y, además, esta línea celular responde a un fármaco específico, entonces podremos basarnos en este hallazgo para el desarrollo de nuevas investigaciones».

No en vano, la mayoría de alteraciones moleculares detectadas en los millares de muestras de pacientes oncológicos pueden, ya sea de forma individual como combinada, alterar la manera en la que las células tumorales responden a un fármaco. Es decir, las líneas celulares también pueden ser utilizadas para probar los fármacos aún en fase de investigación o, incluso, aún por desarrollar. Unos estudios que, a día de hoy, se llevan a cabo directamente con los pacientes.

Como concluye Ultan McDermott, co-autor de la investigación, «necesitamos mejores formas para descubrir qué grupos de pacientes presentan una mayor probabilidad de respuesta a un nuevo fármaco sin tener que llevar a cabo ensayos clínicos muy complejos y costosos. Nuestro trabajo muestra que las líneas celulares tumorales portan las mismas alteraciones moleculares observadas en los tumores, por lo que pueden usarse para predecir cómo un tumor responderá ante un fármaco. Dicho de otro modo, las líneas celulares podrían decirnos muchas más cosas acerca de cómo responderá un nuevo fármaco antes de que realicemos los estudios con los pacientes. Esperamos que esta información ayude a diseñar ensayos clínicos en los que solo se incluyan a aquellos pacientes con mayores probabilidades de beneficiarse del tratamiento».



Nuevos descubrimientos sobre la quimioterapia

martes, 19 de julio de 2016

Cataluña reduce más de un 50% la mortalidad hospitalaria por tumores digestivos

Salud registra en la última década una disminución del 75% en las muertes a 30 días tras una cirugía de cáncer de esófago

La mortalidad por tumores digestivos se ha reducido considerablemente en la última década. Un informe de la Agencia de Calidad y Evaluaciones Médicas (AQuAS) del Departamento de Salud ha evaluado la evolución de la mortalidad a 30 días tras una cirugía oncológica por cáncer de recto, esófago, páncreas y metástasis  hepáticas y ha detectado que en la última década las muertes se han reducido más de un 50%. En cáncer de esófago, la disminución de la mortalidad un mes después de la intervención quirúrgica alcanza el 75%.

El AQuAS achaca estos resultados al éxito de reordenar la cirugía oncológica en torno a los grandes hospitales especializados. En 2012, una instrucción del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) centralizó la cirugía oncológica, que requieren un grado de experiencia elevado, en los hospitales más complejos, seleccionados por el volumen de caos y procedimientos realizados. El resultado en los tumores digestivos analizados, señala el AQuAS, es que la mortalidad se ha reducido más del 50% desde que se reordenaron estos procesos. Los fallecimientos por cáncer de páncreas disminuyeron un 52%; por metástasis hepáticas, un 57%; y por cáncer de recto, un 54%.

"Se decidió agrupar la masa crítica de pacientes y la experiencia de los centros especializados y el resultado fue una mejora ostensible de la mortalidad", ha concretado el director del AQuAS, Toni Dedeu, que este lunes ha presentado todos los informes de resultados del ámbito hospitalario, salud mental y adicciones, sociosanitario y atención primaria durante el 2015. El epidemiólogo y presidente del consejo de administración del AQuAS, Toni Trilla, ha añadido que no sólo se trata de concentrar las intervenciones en los equipo quirúrgicos, sino que el hospital también tiene que estar dotado "de un buen servicio de cuidados intensivos y de personal especializado".

El código ictus, el protocolo de Salud para dar una respuesta inmediata en el territorio catalán a esta patología, también ha mejorado los tiempos de intervención en esta enfermedad. La mediana de tiempo desde que el enfermo llega al hospital hasta que se le hace una trombólisis intravenosa (la técnica para destruir los coágulos que obstruyeron los vasos sanguíneos) se ha reducido un 20% desde 2011. El tiempo ha pasado de 55 minutos hace cinco años a 40 en 2015.

Suspenso en obesidad y tabaquismo

Pero aparte del éxito en cirugía oncológica, los resultados de la actividad sanitaria en 2015 también han arrojado carencias en algunos ámbitos, según Salud. Por primera vez en este siglo, aumenta el índice de mortalidad a 30 días (desde que ingresas en el hospital o eres dado de alto) por algunas enfermedades seleccionadas, como el ictus, la rotura de cuello de fémur o el infarto, entre otras. Las últimas dos veces que este índice cambió su tendencia a la baja y se disparó fue en 1918, por la gripe española,  y en 1939, tras la guerra civil. Los expertos señalan que no hay un motivo claro de este cambio tercio y apuntan a una fluctuación habitual de la mortalidad. "No es que los enfermos se hayan dado de alta precozmente y se vayan a a casa con una gravedad mayor y fallezcan", ha aclarado Trilla.

Pese a que las tasas de hospitalización por complicaciones de la diabetes están entre las más bajas de toda Europa, Dedeu y Trilla han insistido en que quedan algunas tareas pendientes en cuanto a mejorar los índices de obesidad y tabaquismo. "La obesidad en la población infantil está alta y tendríamos aque hacer mirar los hábitos culturales tradicionales. La reducción del tabaco, por su parte, tampoco se hace a la misma velocidad que otros países europeos", ha indicado el director del AQuAS.


La atención sanitaria bien organizada mejora sus resultados

lunes, 18 de julio de 2016

Identificado el mecanismo por el que las células tumorales sobreviven en las metástasis

Las integrinas promueven la supervivencia de las células metastásicas una vez se han desprendido del tumor primario

Las enfermedades oncológicas constituyen, tras las cardiovasculares, la primera causa de muerte entre la población de nuestro país. Una elevada mortalidad que se explica no tanto por la aparición de un tumor, sino por la capacidad que tienen los órganos de migrar e invadir otros órganos –la denominada ‘metástasis’–. De hecho, las metástasis son responsables de cerca de un 90% de los decesos por cáncer. Tal es así que la prevención de estas migraciones tumorales se presenta como uno de los principales retos de la medicina actual. De ahí la importancia de un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Reina María de Londres (Reino Unido), en el que se describe un mecanismo hasta ahora desconocido que permite a las células tumorales viajar e invadir otros órganos.

Como explica Stéphanie Kermorgant, directora de esta investigación publicada en la revista «Nature Communications», «las metástasis, que a día de hoy resultan incurables, constituyen uno de los objetivos más importantes de la investigación oncológica. En este contexto, nuestro trabajo mejora nuestro conocimiento sobre cómo dos moléculas clave se comunican y trabajan juntas para ayudar a las células tumorales a sobrevivir durante la metástasis. Esperamos que nuestros resultados puedan ser utilizados para el desarrollo de nuevos fármacos que bloqueen la expansión del cáncer dentro del organismo».
 
Sobrevivir a toda costa

La unión hace la fuerza. También en el cáncer, en el que las células malignas se encuentran relativamente protegidas cuando permanecen unidas en el tumor primario. Sin embargo, algunas de estas células optan por desprenderse del tumor y viajar por el cuerpo con el único objetivo de invadir otros órganos. Un proceso, la metástasis, durante el cual son muy vulnerables y suelen ser destruidas. Pero no siempre sucede así y algunas de estas células logran sobrevivir a su periplo. La pregunta es: ¿cómo lo hacen?

Para responder a esta pregunta, los investigadores analizaron los cambios que tienen lugar en las células tumorales tanto en cultivos celulares humanos como en modelos animales –ratones y peces cebra–. Y lo que hallaron es que la clave para la supervivencia de estas células migrantes se encuentra en unas proteínas denominadas ‘integrinas’.

Concretamente, las integrinas son unas proteínas de la membrana celular que permiten que las células se anclen e interactúen entre sí. Para ello, las integrinas emiten señales moleculares a las células adyacentes con una orden clara: hay que permanecer juntas. Sin embargo, algunas células deciden abandonar el nido y formar nuevas colonias. Y en este caso, tal y como muestra este nuevo estudio, las integrinas cumplen una misión muy diferente.

    "Nuestro trabajo muestra cómo dos moléculas trabajan juntas para ayudar a las células tumorales a sobrevivir durante la metástasis" Stéphanie Kermorgant
Las células malignas que se liberan del tumor primario llegan al torrente sanguíneo, en el que ‘flotan’ hasta alcanzan otros órganos. Una situación en la que son vulnerables, por lo que deben adoptar una nueva estrategia que asegure su supervivencia. Y según los resultados del nuevo estudio, esta estrategia está orquestada por la integrina beta-1 (β1), que en lugar de emitir señales hacia las células adyacentes lo hace hacia la propia célula metastásica con una nueva orden: hay que sobrevivir a toda costa.

Más concretamente, la integrina beta-1 se une a una proteína denominada ‘c-Met’, con la que abandona la membrana celular y se esconde en los lisosomas –orgánulos intracelulares en los que se degradan las moléculas extrañas o inservibles–. Y es desde la seguridad que les confiere la nueva localización desde donde la integrina beta-1 emite su nueva orden. De hecho, los resultados del estudio muestran que el bloqueo de la unión de la integrina β1 con c-Met o del traslado del complejo a los lisosomas resulta en una reducción muy significativa de la tasa de metástasis en modelos de cáncer de mama y de pulmón.
 
Nueva diana terapéutica

A día de hoy ya hay disponibles inhibidores de las integrinas para su uso en el tratamiento del cáncer. Pero como apuntan los autores, «la mayoría de fármacos frente a las integrinas se centran en su función adhesiva y llevan a cabo la inhibición en la superficie celular. Tal es así que la eficacia limitada que tienen estos fármacos podría explicarse por este nuevo papel de las integrinas dentro de la célula tumoral».

Por tanto, los investigadores proponen una nueva estrategia consistente en prevenir que las integrinas viajen al interior celular. Como concluye Stéphanie Kermorgant, «esperamos que este nuevo enfoque permita el diseño de mejores tratamientos frente a las metástasis y de combinaciones terapéuticas más efectivas que prevengan y ralenticen tanto la proliferación como la migración tumoral».


La investigación contra la metástasis va dando sus frutos

viernes, 15 de julio de 2016

Tomate, el aliado de la dieta durante el verano

La gran cantidad de agua, su riqueza nutricional y el bajo contenido calórico hacen del tomate un alimento ideal para una época calurosa donde bajamos nuestra actividad física

El tomate es una de las hortalizas más consumidas del mundo y, además de ser muy sabrosa y un ingrediente indispensable en la dieta mediterránea, es un alimento indispensable para las dietas de adelgazamiento. 100 gramos de tomate aportan solo 18 calorías.

“La importante cantidad de agua, su riqueza nutricional y su bajo aporte calórico son un buen reclamo para incluir los tomates en la alimentación durante el verano, época en la que el calor y las vacaciones muchas veces van acompañados de una disminución de la actividad física” recomienda la nutricionista Glòria Tamayo.

Más allá de ser refrescante y ligero, el tomate es un potente antioxidante gracias al licopeno. “El licopeno es quizá el fitonutriente más característico de los tomates. Es un carotenoide, pigmento responsable del color rojo de esta hortaliza (cuanto más rojo, más licopeno) y que no solo protege la salud de la planta, también la nuestra, protegiendo el organismo del estrés oxidativo y ayudando a disminuir el riesgo de enfermedades crónicas como la osteoporosis o las cardiovasculares” explica Tamayo. El consumo regular de tomate ha demostrado que disminuye los niveles de colesterol LDL y los triglicéridos en la sangre.

Un tomate puede aportar alrededor del 40% del requerimiento diario de vitamina C

Tamayo también nos explica que los tomates son ricos en vitamina C, de hecho, es nuestra principal fuente de esta vitamina en verano junto a los pimientos. Un tomate puede aportar alrededor del 40% del requerimiento diario de vitamina C. Esta vitamina es un antioxidante natural que favorece la eliminación de radicales libres causantes del envejecimiento y de muchas enfermedades.

La vitamina A, también presente en el tomate, ayuda a mejorar la visión, la prevención de la ceguera nocturna y la degeneración macular.

El tomate es muy bueno para ayudar en la digestión, al contener sales orgánicas ácidas, concretamente malatos y citratos. Precisamente por esta cuestión, sin embargo, no es recomendable en personas que tengan cálculos renales. Si por ejemplo deseamos aprovechar toda la fibra de los tomates (cuestión que, como sabemos, nos ayuda a mantener un sistema digestivo sano), siempre se debe optar por comernos el tomate con su piel, sin pelarlo.

¿En crudo o cocinado?

Podemos comprar tomates todo el año pero, de hecho, es ahora en verano cuando los tomates, cultivados de forma natural, maduran y están en su punto optimo. Los tomates que a veces encontramos en las tiendas en invierno son recogidos y transportados cuando aún están verdes y para que sean de color rojo antes de ser vendidos se utiliza gas etileno. Este gas actúa en el color pero no en el sabor, por eso estos tomates son insípidos. Un tomate madurado en la rama huele a tomate y sabe a tomate pero por desgracia este olor y sabor solo lo podremos disfrutar durante unos meses.

Seguramente la mayoría de personas pensaría que comer el tomate crudo es mejor que comerlo cocinado. Sin embargo, el estudio Propiedades funcionales y beneficios para la salud del licopeno, publicado en la revista Nutrición Hospitalaria, explica que, con el calor, el licopeno “intensifica su potencial antioxidante en comparación con el tomate crudo en el cual se recomienda, para su mejor aprovechamiento, cocinarlo preferentemente con aceite de oliva”.

Es cierto que la cocción destruye parte de la vitamina C del tomate ya que esta es inestable a partir de 40ºC y se degrada fácilmente con la oxidación, el calor y que además se disuelve en el agua. El mismo estudio de Nutrición Hospitalaria aconseja que si se come crudo es recomendable combinarlo con un aderezo que contenga grasa (aceite de oliva), conservando la piel y las semillas.

Si hablamos de recetas la lista es infinita, el tomate es la hortaliza más consumida en todo el mundo y de las más versátiles. En la dieta mediterránea el tomate es el protagonista de la salsa más famosa, el sofrito. En verano el tomate no puede faltar en cualquier ensalada y siempre podemos disfrutar de recetas tan típicas y frescas como el gazpacho o el salmorejo. 


El tomate, uno de los grandes productos del verano

jueves, 14 de julio de 2016

Oncólogos advierten del peligro de los productos "milagro" contra el cáncer

El riesgo de estos productos radica en que, en ocasiones, impide que el paciente reciba la terapia adecuada y eficaz

La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha advertido del peligro que pueden tener las "pseudociencias", sustancias, terapias y productos "milagro" contra el cáncer, de los que sostiene que no hay "ninguna" evidencia preclínica, ni clínica de eficacia.

La SEOM alerta de los riesgos de estas terapias y productos y subraya que para que una estrategia de tratamiento sea eficaz debe pasar unas etapas de desarrollo que "establecen las evidencias científicas, tanto de eficacia como de seguridad, y calidad de vida" que son imprescindibles para su uso en la práctica clínica.

En un comunicado, asegura que el riesgo de estos productos radica en que, en ocasiones, impide que el paciente reciba la terapia adecuada y eficaz para su enfermedad o abandone el tratamiento establecido por su oncólogo médico. Así, recomienda a los pacientes con cáncer que "no tomen ningún tipo de sustancia o producto natural" y no realicen ninguna terapia "sin conocimiento de su oncólogo médico y nunca abandonen su tratamiento oncológico".

Recuerda que el cáncer no es una enfermedad única, sino un conjunto de patologías que tienen diferente biología, tratamiento y pronóstico diverso, y añaden que incluso los tumores originados en un único tejido, como los de mama, son en realidad más de 200 enfermedades causadas por mutaciones completamente diferentes que requieren tratamientos distintos. Además, subraya que los avances en los nuevos fármacos han sido posibles "gracias a la investigación" y que las autoridades sanitarias establecen un marco legal y seguro para los pacientes, al tiempo que los centros sanitarios de excelencia, los investigadores y los grupos cooperativos de investigación clínica realizan los ensayos clínicos que proporcionan la prueba definitiva de la eficacia de los fármacos.

 
Cuidado con los productos milagro contra el cáncer

miércoles, 13 de julio de 2016

El 73% de los españoles aumenta su riesgo de enfermar por sedentarismo

  • La prevalencia de dolencias crónicas como hipertensión y diabetes son entre 2 y 4 veces mayores en personas inactivas
  • La actividad física de las españolas es notablemente menor que la de los hombres.

¿Si le ofrecieran una píldora que reduce su riesgo de sufrir enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o el cáncer? ¿Y si para tomarla tuviera que esperar media hora cada día? Eso es exactamente lo que sucede con el ejercicio físico: dedicarle más de 30 minutos diarios cinco días a la semana aleja de forma notable el riesgo de sufrir estas enfermedades. Pero los españoles, como en Matrix, han elegido en su mayoría la píldora más peligrosa: la del sofá.

La incidencia de la hipertensión en el tramo de edad de 55 a 64 años pasa del 17% al 31% dependiendo si practican ejercicio o no. En la población de 45 a 64 años la prevalencia de diabetes se triplica en los sedentarios

No es una forma de hablar, ni una suposición: un nuevo estudio realizado entre los españoles muestra de forma abrumadora el salto gigantesco que hay entre la salud de quienes hacen deporte y quienes no. La incidencia de enfermedades "se incrementa notablemente en la población inactiva, cuadruplicándose en algunos casos con respecto a la observada en la población que practica actividad física o deporte". Y añade: "El riesgo estimado de padecer algunas de estas enfermedades se puede llegar a duplicar".

Esa son algunas de las principales conclusiones de un estudio que acaba de publicar el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que destaca cómo las mujeres y los grupos con menor educación están muy por detrás en este hábito saludable. Y un dato que sorprende, a la luz de la evidencia: el 73% de los españoles están muy por debajo del umbral de actividad física que les ayudaría a alejar el riesgo para su salud.

"Todos sabemos que hacer ejercicio es bueno, pero antes de ver los resultados no nos imaginábamos que las diferencias fueran tan enormes en la prevalencia de enfermedades", asegura Victoria Ley, coordinadora científica de este trabajo que ha realizado la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte.

No es una culpa de las personas que no hacen ejercicio, es una responsabilidad social: España apenas invierte en prevención de enfermedades crónicas

En el estudio, que cruza datos de una encuesta a 22.842 españoles, se observan reducciones importantes en el porcentaje de personas con una percepción de salud negativa, el consumo de medicamentos y la prevalencia de patologías. Por ejemplo, la incidencia de la hipertensión en el tramo de edad de 55 a 64 años pasa del 17% al 31% dependiendo si practican ejercicio o no. En la población de 45 a 64 años la prevalencia de diabetes se triplica en los sedentarios.

Los investigadores también cruzaron los datos de actividad física y el uso de medicamentos en las últimas semanas: el 56% de las personas que no practican apenas actividad física toman medicinas, mientras que este consumo se reduce al 38%-39% en los grupos más deportistas. Un dato que ayuda a suponer el gigantesco ahorro que supondría para el Estado la inversión en conseguir que más gente realice ejercicio.

"Si los españoles se pusieran a hacer deporte, pagaríamos la deuda", bromea Victoria Ley, jefa de Deporte y Salud de la Agencia. Un estudio publicado el año pasado cuantificó el gasto que supone para los países europeos la inactividad física de la población: 80.000 millones anuales para la UE. En el caso concreto de España, este factor carga casi mil millones al año (990) por su incidencia en enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer de colon y de mama. "La inactividad física puede convertirse en un riesgo mayor para la salud pública que fumar", resaltaba ese trabajo. El estudio del Ministerio considera que el coste económico directo del sedentarismo supone aproximadamente el 10% del coste sanitario en España y el Consejo Superior de Deportes cree que se podrán ahorrar 5.000 millones anuales.

El 80% de las españolas está por debajo del umbral de la actividad recomendable, frente al 66% de los hombres

"La dependencia aumenta muchísimo entre quienes no han realizado deporte. El coste social de la inactividad física es dramático", lamenta la investigadora, que ya está trabajando desde su departamento con cursos para que los médicos aprendan a recetar ejercicio físico entre sus pacientes, dado su altísimo valor.

"Numerosos estudios han demostrado que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo de mortalidad global, causando el 10% de las muertes en Europa", señala. A la inactividad física se ha atribuido al menos el 10% de enfermedades cardiovasculares, el 7% de las diabetes tipo 2, el 10% del cáncer de mama y cáncer de colon, y el 9% de mortalidad prematura, asegura el informe. El impacto en la esperanza de vida del deporte es de siete años. Los investigadores también han observado una correlación muy clara entre ejercicio físico y menor incidencia problemas de salud mental.

    "Si los españoles se pusieran a hacer deporte, pagaríamos la deuda", bromea Victoria Ley

Por último, pero ni de lejos lo menos importante, la cuestión socioeconómica apuntada al principio: las mujeres y quienes cuentan con peor educación hacen mucho menos ejercicio, por lo que están mucho más expuestos a las consecuencias negativas de esta inactividad. El 80% de las españolas está por debajo del umbral de la actividad recomendable, frente al 66% de los hombres. Y el 83% de los españoles con educación básica es peligrosamente sedentario, frente al 62% de los que cuentan con educación superior.

"Hay que centrar las campañas en estos grupos, trabajar con ellos. Las mujeres dejan de hacer deporte en la adolescencia, pero luego hay numerosos factores que influyen en su menor actividad física", explica Ley. Del mismo modo, la escasa educación influye en la falta de acceso a información sobre la importancia del ejercicio o de la alimentación adecuada, sostiene la experta. No es una culpa individual de las personas que no hacen ejercicio: es una responsabilidad social. Un dato: el gasto sanitario en prevención de enfermedades crónicas no llega al 3% en España, frente al 80% que se dedica a su tratamiento.



martes, 12 de julio de 2016

Para dormir, ni ventanas abiertas ni aires acondicionados

Aunque en verano muchas personas utilizan estos métodos, los expertos aseguran que no permiten que tengamos una buena higiene de sueño

Que en verano se duerme peor es algo que la mayoría de nosotros sabemos. Para confirmarlo, el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO) ha realizado una encuesta entre 2.400 personas de todas las comunidades autónomas y 3 de cada 4 así lo han afirmado.

Las altas temperaturas y el mayor número de horas de luz alteran los ritmos circadianos del organismo empeorando el sueño, de ahí que muchas personas recurran a dormir con el aire acondicionado, ventiladores o las ventanas abiertas, «pero esas fórmulas tampoco aportan beneficios para una buena higiene del sueño», apunta el doctor Rafael Del Río, jefe de la Unidad de Sueño del Hospital Vithas Nuestra Señora de América y somnólogo acreditado por la European Sleep Research Society (ESRS).

¿Qué hacer?

Los expertos recomiendan ventilar la habitación en las primeras horas del día y mantenerla en una temperatura óptima antes de acostarse, así como llevar una dieta equilibrada, tener una abundante y correcta hidratación, y practicar técnicas de relajación combinadas con la toma de preparados farmacéuticos de plantas medicinales como la pasiflora o la amapola de California.

La temperatura «juega un papel fundamental a la hora de conciliar y mantener el sueño», indica el doctor Del Río. Durante la noche, el organismo no ejerce el mismo control sobre la temperatura corporal, que desciende para facilitar la conciliación, por lo que una situación extrema, tanto de mucho calor como de mucho frío, "puede afectar bastante causando muchos despertares y empeorando su calidad”, explica.

Según este especialista, «las condiciones ideales para dormir son unas temperaturas de entre 18 y 22º y una humedad de entre el 50 y el 70%».

En los meses veraniegos «resulta complicado conseguir estos requisitos, por lo que lo aconsejable es ventilar a primera hora de la mañana durante un corto espacio de tiempo y mantener la habitación en sombra durante el día», comenta.

Lo que no recomienda es dormir con el aire acondicionado, «ya que puede provocar problemas de garganta, resfriados o contracturas musculares».

Por otro lado, el ruido emitido por estos aparatos, al igual que el que procede de la calle al dormir con la ventana abierta, «tampoco es beneficioso ya que se mantiene de forma repetitiva durante la noche, lo que puede provocar una fragmentación del sueño al causar diversos despertares, incluso sin darnos cuenta», añade.

Según datos de INFITO, tres de cada diez españoles tiene aire acondicionado en su dormitorio. «Lo ideal es recurrir a él solo antes de acostarse para conseguir un ambiente fresco que pueda perdurar durante las primeras horas de la noche, que suelen ser las más calurosas», explica.

Otro elemento que puede interferir en el sueño son las horas de luz, que se incrementan en verano y que producen cambios en los ritmos circadianos. «El hecho de que la jornada sea más larga, hace que nos acostemos más tarde y, si además, le sumamos la siesta del mediodía, también frecuente en verano, puede resultar imposible dormir durante la noche», subraya el doctor Del Río.

Y es que es «importante» restringir las siestas y, en todo caso, que estas no superen los 30 minutos, y reducir el tiempo en el que permanecemos despiertos en la cama cada noche. «Por lo general no deberían ser más de siete horas y media, especialmente si se tiende a pasar periodos despierto», indica.

Entre las recomendaciones que ofrece este especialista para conseguir una adecuada conciliación del sueño se encuentran: seguir un ritual basado en una secuencia de actos que nos conducirá a una buena conciliación del sueño, como puede ser dejar pasar un mínimo de dos horas desde la cena para irse a la cama o mantener siempre el mismo horario para acostarse.

También pueden ser útiles las técnicas de relajación, como baños, ejercicios de meditación, o de respiración pausada. Además, «podemos utilizar plantas medicinales de dispensación farmacéutica como la pasiflora o la amapola de California que contribuyen a una relajación psíquica y somática para facilitar el sueño. Su principal ventaja es que no producen efectos secundarios como la adicción», añade.

Plantas medicinales

La pasiflora evita los despertares nocturnos y favorece el sueño reparador, y la amapola de California reduce el nerviosismo asociado al insomnio, apunta el doctor Miguel Martín Almendros, miembro de la Junta Directiva de INFITO. Lo recomendable, «es adquirirlos en la farmacia donde se ofrecen las garantías de calidad, eficacia y seguridad necesarias para su indicación terapéutica», señala el experto.

 En cuanto a la toma de somníferos de síntesis, el doctor Martín Almendros, advierte «que pueden aparecer efectos secundarios no desdeñables a corto plazo como son la adicción y la tolerancia, por lo que al final la dosis recomendada resulta insuficiente para resolver el trastorno del sueño y es necesario incrementarla. Todo esto puede dar lugar a un problema de dependencia a medio o largo plazo».

Decálogo para dormir bien

1. Estar hidratados bebiendo al menos un litro y medio de agua al día.

2. No consumir bebidas con cafeína antes de ir a dormir.

3. Evitar la ingesta de alcohol, sobre todo durante la cena, porque activa el organismo e interrumpe el sueño.

4. Tomar cenas ligeras para facilitar la digestión.

5. No alterar los horarios de las comidas.

6. Restringir la siesta o reducir su duración.

7. Limitar el uso del aire acondicionado ventilando las habitaciones pero sin dejar las ventanas abiertas en las horas de más sol.

8. Darse una ducha fría antes de dormir para combatir el calor.

9. Usar pijamas de algodón para evitar la sudoración excesiva.

10. Tomar preparados de plantas medicinales de dispensación farmacéutica, como Pasiflora y Amapola de California, que alivian la ansiedad y ayudan a dormir sin los efectos secundarios de los somníferos de origen sintético.




Reducir las siestas y beber más agua, son claves.

lunes, 11 de julio de 2016

No vamos a poder pagar los tratamientos contra el cáncer

El oncólogo Miguel Martín, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, afirma que médicos, laboratorios, Administración y pacientes tienen que actuar conjuntamente

El jefe de Oncología del hospital Gregorio Marañón de Madrid, Miguel Martín, ha acudido al congreso de la Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO) de Chicago bajo varias etiquetas: como presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam) y como científico especialista en esta patología. Y en casi todas ellas tiene buenas noticias. Pero no en todas. Es consciente de que los avances que presencia o en los que participa tienen un problema importante: su coste. “En poco tiempo no vamos a poder pagar los tratamientos”, afirma.

La nueva medicina oncológica se basa en fármacos de origen biológico, ya sean las terapias dirigidas o las inmunoterapias, y estos son muy caros. “La industria tiene que generar ganancias para sus accionistas; estamos en un sistema de capitalismo puro”, admite. Y él solo ve una solución: cambiar la forma de actuar conjuntamente de “los cuatro actores: laboratorios, Administración, pacientes y médicos”, opina, pero no ve una solución a corto plazo.

La sociedad americana, consciente de este problema, ha puesto en marcha un programa de evaluación de los beneficios para intentar establecer unos criterios que fijen el precio. En su caso, la situación es aún peor. Un estudio presentado el lunes que comparaba los precios de 23 tratamientos oncológicos en siete países (EE UU, Reino Unido, Israel, Sudáfrica, Australia, India y China) establecía que en Estados Unidos estos eran el triple que en el resto. Pero, también, que cuando se relaciona el precio con la renta del país, donde el esfuerzo es comparativamente mayor es en China e India. Es decir, aunque los laboratorios aplican distintos precios en función de la renta de los potenciales clientes, la rebaja no alcanza para dejar a los de los países más pobres en igualdad de condiciones con el resto.

Martín admite el problema de desigualdad y sostenibilidad que van a causar los precios. En Reino Unido, por ejemplo, su institución dedicada a las buenas prácticas (NICE, todo un referente mundial) rechaza la financiación pública de muchas de las novedades, indica. “Pero es que medir el valor no basta. Puede ocurrir que un fármaco tenga unos resultados muy buenos, pero que, simplemente, no se pueda pagar. Hay que abrir el debate de qué vamos a pagar y cuánto estamos dispuestos a pagar. Los tratamientos más rentables son los curativos. Evitar una recaída de cáncer de mama ahorra 300.000 euros”.

Precisamente uno de los estudios en que trabaja, y que no duda en considerar “espectacular” tiene que ver con eso. En el ensayo Paloma 2 se ha comparado el tiempo que pasa sin que empeore una mujer con cáncer de mama del tipo que es sensible al tratamiento hormonal en dos casos: cuando se da la terapia estándar, o cuando a esta se le añade palbociclib (Pfizer) este periodo casi se duplica: pasa de 14,5 meses a 24,8. “Es tan revolucionario como fue el trastuzumab (Roche) para los tumores HER2+”, afirma Martín.

EL PAÍS ha acudido al congreso de la ASCO invitado por Roche.


Los medicamentos son cada vez mejores, pero cada vez más caros
 

miércoles, 6 de julio de 2016

Los especialistas aconsejan un buen uso del aire acondicionado para evitar problemas de salud

Afectaciones en las vías altas respiratorias, faringitis, disfonías y resfriados, entre las consecuencias más comunes

Con la llegada del verano y las altas temperaturas es habitual el uso del aire acondicionado en hogares, oficinas, restaurantes y comercios para combatir el calor, pero su mal uso puede provocar problemas graves de salud.

Como explica el doctor Antonio Domingo, especialista de medicina familiar del Hospital Quirónsalud Valencia, "debemos entender que el aire acondicionado no es el problema, sino su deficiente utilización. Nuestro cuerpo no puede adaptarse al contraste artificial de temperatura que hemos creado, lo que provoca la aparición de afecciones en la vías respiratorias altas, faringitis, resfriados, problemas en la piel o contracturas musculares".

Uno de los mecanismos que más nos afecta es el frío que, como agente físico, ocasiona una disminución de la inmunidad locorregional a nivel de la vía área superior, lo que puede ser el origen de infecciones víricas o bacterianas que, "aunque comienzan como cuadros banales de rinofaringitis, se pueden complicar con afectación a los oídos, laringe, tráquea, bronquios e, incluso, neumonía", señala el doctor el doctor Sebastián Moya, especialista del servicio de otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Valencia. Estas patologías entrañan un mayor peligro en pacientes inmunodeprimidos, ancianos y niños.

Otro factor relevante es la disminución de la humedad relativa del aire, culpable de la sequedad de las mucosas, lo que origina epistaxis (sangrado de nariz), rinitis seca, tos pertinaz con picor de garganta, disfonías y picor de oídos y paladar, especialmente en pacientes alérgicos, indica el doctor Moya.

Otro elemento a tener en cuenta es el estado del aparato de aire acondicionado. "Unos filtros sucios, o con un mantenimiento deficiente, puede producir la aparición de cuadros alérgicos, tos irritativa, neumonitis (inflamación del pulmón) o neumonías infecciosas", advierte el especialista.

Para evitar estos problemas de salud descritos se recomienda mantener una temperatura estable entre los 24 y 26 grados, asegurarnos que el mantenimiento del aparato y de sus filtros es el correcto y evitar siempre que el chorro del aire incida directamente sobre nosotros.


El mal uso del aire acondicionado puede dar problemas

martes, 5 de julio de 2016

Los telómeros, o cómo retrasar y combatir el cáncer y el alzhéimer

Graves enfermedades pueden ser combatidas entendiendo un poco mejor el funcionamiento de las células. Estos científicos españoles tienen la clave

La directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, ha declarado ante los medios que las investigaciones sobre los procesos para reducir el envejecimiento de las células permitirán combatir y retrasar esta enfermedad, y también otras como el párkinson y el alzhéimer.

La científica ha afirmado que desde hace años se investiga el proceso por el cual se produce el envejecimiento molecular en las células, asociado al cáncer o al párkinson, y que entendiéndolo se podrían reducir dichas anomalías. "Entendiendo este proceso estamos intentando retrasar estas enfermedades", ha añadido.

Un estudio liderado por Blasco logró inhibir la telomerasa con efectos secundarios más tolerables de lo que se temía, un gran paso en la investigación

Fue el CNIO la institución que evidenció la importancia que pueden tener en esta lucha los telómeros, las estructuras protectoras que están en los extremos de los cromosomas y que facilitan la proliferación de células cancerígenas. El estudio de la propia Blasco, Paula Martínez, María García-Beccaria y Marinela Méndez demostró, experimentando con ratones, que se puede bloquear eficazmente esa reproducción celular descontrolada inhibiendo la telomerasa, una enzima que repara los telómeros, y además hacerlo con efectos secundarios más tolerables de lo que se temía.

El proceso para evitar el envejecimiento molecular, según Blasco, busca destruir los telómeros -los extremos de los cromosomas- de las células del cáncer, "ya que son inmortales", y evitar que se dividan y crezcan y así bloquear los tumores.

Otro hito reciente fue el estudio de la Universidad de Stanford que consiguió alargar los telómeros (los de las células sanas) retrasando nuestro 'reloj interno' en lo que estimaron se podía traducir en diez años más de vida.

Los pacientes tenían menos alzhéimer o menos cáncer, y ahora se ha aprobado un ensayo clínico para personas en riesgo de infarto

"Los cánceres que más matan son los asociados al envejecimiento, como el de pulmón o el de páncreas" y, según dice Blasco, la única manera de conseguir evitar estos tipos de cáncer es "entender este proceso de envejecimiento para bloquearlo".

La idea de que "el envejecimiento molecular" puede ser considerado una enfermedad "es una idea nueva en nuestro país", según indica Blasco, aunque ha afirmado que en EEUU se aprobó a finales del año pasado el primer ensayo clínico para retrasar el envejecimiento con una droga que se llama "metformina".

"Estos pacientes tenían menos alzhéimer o menos cáncer, y ahora se ha aprobado un ensayo clínico para personas que están en riesgo de infarto y que este fármaco va a evitar", ha concluido la científica.


Una esperanzadora técnica para reducir el cáncer y el alzheimer