Asociación Barcelonesa de Laringectomizados: septiembre 2015

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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Efectos secundarios del cáncer sobre el sistema nervioso

Es común que el cáncer y los tratamientos para el cáncer provoquen efectos secundarios sobre el sistema nervioso. El sistema nervioso está formado por el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso periférico (SNP). El SNC está formado por el cerebro y la médula espinal. El SNP está formado por los nervios que están fuera del SNC y que llevan la información del cuerpo al cerebro y viceversa. El SNP participa en el movimiento, los sentidos (tacto, oído, vista, gusto y olfato) y en el funcionamiento de los órganos internos (por ejemplo, el estómago, los pulmones y el corazón).

Tipos de efectos secundarios sobre el sistema nervioso

Entre los efectos secundarios sobre el sistema nervioso que pueden ser causados por el cáncer o el tratamiento para el cáncer se incluyen:
  •     Pérdida de la audición o zumbido en los oídos
  •     Pérdida de la visión o efectos secundarios sobre la visión (como visión nublada o doble)
  •     Problemas del habla, como habla ininteligible, dificultad para expresarse o para comprender
  •     Cambios cognitivos (proceso de pensamiento), incluida la reducción de la memoria y de la capacidad para resolver problemas y hacer cálculos
  •     Cambios en el gusto y el olfato
  •     Dificultad para tragar
  •     Problemas de equilibrio, mareos, vértigo (sentir que la habitación gira) y náuseas
  •     Ataxia (problemas de coordinación) y movimiento, incluidos los problemas posturales, para caminar o para sostener objetos
  •     Astenia, debilidad generalizada que provoca falta de fuerza corporal general; hemiparesia (debilidad de un lado del cuerpo); somnolencia
  •     Parálisis de diferentes partes del cuerpo, que puede ser desde una hemiplejía (parálisis de un lado del cuerpo) hasta una parálisis de un área más pequeña, como los músculos faciales
  •     Convulsiones
  •    Cambios en el funcionamiento de los órganos, que pueden causar estreñimiento, incontinencia (incapacidad de controlar el flujo de la orina) e impotencia (incapacidad de tener o mantener una erección)
  •     Dolor, que puede ser causado por un tumor que está presionando los nervios o daño en los nervios causado por el tratamiento
  •     Neuropatía periférica, una afección causada por el daño o la irritación de los nervios periféricos. Los síntomas pueden incluir insensibilidad, cosquilleo (sensación de pequeños pinchazos) o ardor en los brazos, las manos, las piernas o los pies; menor capacidad de sentir el calor y el frío; dificultad para levantar los pies o los dedos de los pies; dificultad para recoger objetos pequeños; menor fuerza muscular; cambios en la visión o la audición; o estreñimiento

Causas

Los efectos secundarios sobre el sistema nervioso se deben a múltiples factores, entre ellos, el cáncer, los tratamientos para el cáncer, otros medicamentos y otros trastornos. Los síntomas pueden llevar a un diagnóstico de cáncer; éstos aparecen enseguida después del tratamiento o varios años después. A continuación se incluyen las posibles causas de los problemas del sistema nervioso:
  •     Cánceres que afectan el sistema nervioso, como el cáncer cerebral y los neurosarcomas (por ejemplo, el neurofibrosarcoma, el tumor maligno de la vaina nerviosa periférica y el tumor neuroectodérmico primitivo periférico que afectan al sistema nervioso)
  •     Cánceres que han hecho metástasis (se diseminan) en el cerebro o la médula espinal
  •     Tumores que se forman en otras partes del cuerpo y oprimen los nervios
  •     Algunos tipos de quimioterapia pueden causar neuropatía periférica, como el bortezomib (Velcade), el carboplatino (Paraplatin), el cisplatino (Platinol), el docetaxel (Docefrez, Taxotere), el oxaliplatino (Eloxatin), el paclitaxel (Taxol), la talidomida (Synovir, Thalomid), la vinblastina (Velban, Velsar) y la vincristina (Oncovin, Vincasar).
  •     Otros tipos de quimioterapia pueden provocar otros efectos secundarios sobre el sistema nervioso. Estos tipos incluyen la citarabina (Cytosar-U), el fluorouracilo (5-FU, Adrucil), la ifosfamida (Ifex), el interferón (diversas marcas), la fludarabina (Fludara, Oforta) y el metotrexato (diversas marcas).
  •     La radioterapia, en especial cuando se dirige a la cabeza y el cuello, o la radioterapia cuando se hace sobre el cuerpo entero
  •     La radioterapia sobre la columna vertebral o la quimioterapia inyectada directamente en la columna vertebral
  •     La cirugía, cuando los nervios se dañan durante la cirugía para extirpar un tumor o para realizar una biopsia; extracción de una pequeña cantidad de tejido para su análisis con microscopio)
  •     Medicamentos específicos, incluidos algunos medicamentos contra las náuseas, analgésicos opioides (fuertes) y anticonvulsivos (medicamentos para tratar las convulsiones)
  •     Infecciones que hinchan o inflaman el cerebro, la médula espinal o el oído interno
  •     Otras afecciones u otros síntomas relacionados con el cáncer o con los tratamientos para el cáncer, incluidas la anemia (bajo recuento de glóbulos rojos), la deshidratación, la fatiga, el estrés  y la depresión
  •     Otras afecciones o trastornos no relacionados con el cáncer, como la diabetes, la deficiencia vitamínica, la disfunción tiroidea, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el accidente cerebrovascular, la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis múltiple y el daño nervioso

Control

Un aspecto importante del tratamiento y la atención del cáncer es aliviar los efectos secundarios, lo que también se denomina control de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Hable con su equipo de atención médica sobre cualquier síntoma que experimente, incluido cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas.

Los efectos secundarios sobre el sistema nervioso pueden obstaculizar el desarrollo normal de las actividades cotidianas. Algunos de los síntomas causados por el tratamiento contra el cáncer desaparecen una vez finalizado el tratamiento, pero es posible que otros continúen. Si bien el daño nervioso y los efectos secundarios sobre el sistema nervioso no pueden prevenirse, la mayoría puede controlarse si se diagnostican en las primeras etapas. El tratamiento temprano también puede evitar el agravamiento de los síntomas. Es importante que le comunique al médico de inmediato si tiene alguno de los síntomas arriba mencionados. Una vez diagnosticados los efectos secundarios sobre el sistema nervioso, el tratamiento dependerá del tipo de problema y de la causa. En la siguiente lista se incluyen varias maneras de controlar los problemas del sistema nervioso:
  •     Los medicamentos contra las náuseas y contra el vértigo, como la meclicina (Antivert), la procloroperacina (Compazine, Compro), los parches de escopolamina (Transderm-Scop),
  •     Los antibióticos (para tratar las infecciones) y corticoesteroides (para reducir la inflamación y la hinchazón)
  •     Los analgésicos, incluidos los opioides y los antidepresivos tricíclicos, como la amitriptilina (diversas marcas), la nortriptilina (Aventyl, Pamelor) o los anticonvulsivos, incluidas la gabapentina (Neurotonin) y la pregabalina (Lyrica), utilizados para tratar la neuropatía periférica y otros tipos de dolor nervioso (denominado dolor neuropático)
  •     Los bloqueos nerviosos y la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET), que alivian el dolor
  •     La ergoterapia, para mantener las capacidades motrices necesarias para las actividades cotidianas, como vestirse, recoger objetos pequeños, escribir o hacer las tareas domésticas
  •     La fisioterapia, para mejorar la fuerza física, el equilibrio, la coordinación y la movilidad
  •     La logopedia, para mejorar el habla y aprender maneras de cambiar el habla según sea necesario
  •     La evaluación neuropsicológica por parte de un profesional para determinar la función cognitiva
  •     Los cambios en el espacio del hogar para aumentar la seguridad, como la instalación de pasamanos en el baño, el uso de alfombras antideslizantes, el agregado de luces y la verificación de la temperatura del agua con el codo y no con las manos


La astenia es uno de ellos, pero hay muchos más

martes, 29 de septiembre de 2015

Caída del cabello durante el cáncer y sus cuidados

Un efecto secundario posible de la quimioterapia y la radioterapia es la caída del cabello (alopecia). La caída del cabello (y del vello) puede suceder en todo el cuerpo, incluida la cabeza, el rostro, los brazos, las piernas, las axilas y el área púbica. El cabello puede caerse por completo, gradualmente o por partes. En algunos casos, el cabello simplemente se afina (a veces, de manera imperceptible) y puede opacarse o resecarse. Por lo general, la caída del cabello relacionada con el tratamiento para el cáncer es temporal. La mayoría de las veces, el cabello volverá a crecer.

El alivio de los efectos secundarios es un aspecto importante de la atención y el tratamiento para el cáncer. El tratamiento para controlar los efectos secundarios se denomina control de los síntomas, cuidados paliativos apoyo. Consulte a su equipo de atención médica acerca del control de la caída del cabello o cómo sobrellevarla a partir del tratamiento contra el cáncer.

Causas

La radioterapia y la quimioterapia pueden causar la caída del cabello al dañar las células que ayudan en el crecimiento del cabello.

Quimioterapia. No todas las quimioterapias causan la caída del cabello. Los siguientes fármacos tienen mayores probabilidades de causar la caída o el afinamiento del cabello:
  •     Altretamina (Hexalen)
  •     Carboplatino (Paraplatin)
  •     Cisplatino (Platinol)
  •     Ciclofosfamida (Neosar)
  •     Dactinomicina (Cosmegen)
  •     Doxorrubicina (Adriamycin, Doxil)
  •     Epirrubicina (Ellence)
  •     Gemcitabina (Gemzar)
  •     Idarrubicina (Idamycin)
  •     Ifosfmida (Ifex)
  •     Paclitaxel (diversas marcas)
  •     Vincristina (Marqibo, Vincasar)
  •     Vinorelbina (Alocrest, Navelbine)

Consulte a su médico antes del inicio de la quimioterapia para saber si es probable que cause la caída del cabello. Cuando la caída del cabello se produce a causa de la quimioterapia, a menudo no sucede de inmediato. La mayoría de las veces, el cabello comienza a caerse alrededor de siete a 10 días después de haber iniciado la quimioterapia. Posteriormente, la caída del cabello tiende a aumentar entre uno y dos meses desde el inicio del tratamiento.

La cantidad de cabello que se cae varía de una persona a otra. Incluso en las personas que toman los mismos fármacos para el mismo cáncer la cantidad de cabello que se cae será diferente. La cantidad de cabello que se le caerá depende del fármaco y de la dosis. También depende de si recibe el fármaco en forma de comprimido, de manera intravenosa o en la piel. El cabello comienza a crecer nuevamente alrededor de uno a tres meses después del inicio de la quimioterapia. En general, el cabello demora entre seis y 12 meses en volver a crecer por completo.

Cuando el cabello nuevo vuelve a crecer, la textura puede ser diferente de la textura anterior. Es posible que advierta que el cabello vuelve a crecer más fino o más grueso. El color del cabello que volvió a crecer también puede ser diferente del anterior.

Radioterapia. La radioterapia solo afecta el cabello que se encuentra donde está dirigida la radiación. Por ejemplo, si recibe radioterapia en la pelvis, se le caerá el cabello en el área púbica. La caída del cabello depende de la dosis y del método de radioterapia. El cabello tiende a crecer nuevamente en el área donde se recibió la radioterapia luego de varios meses. Sin embargo, puede ser más fino o tener una textura diferente. Con muy altas dosis de radioterapia, es posible que el cabello no vuelva a crecer o que al crecer sea más fino.

Terapia dirigida. La terapia dirigida no causa la caída completa del cabello. Sin embargo, las siguientes terapias dirigidas podrían hacer que el cabello se afine, se enrule o sea más seco de lo normal.
  •     Cetuximab (Erbitux)
  •     Erlotinib (Tarceva)
  •     Panitumumab (Vectibix)
  •     Sorafenib (Nexavar)
  •     Vemurafenib (Zelboraf)

Terapia hormonal. A un número reducido de personas que reciben terapia hormonal se les afinará el cabello de manera evidente.
Control de la caída del cabello

Aprender a controlar la caída del cabello antes, durante y después del tratamiento puede ayudarlo a sobrellevar este efecto secundario. Para muchas personas, la caída del cabello producida por el tratamiento para el cáncer es más que solo un cambio en la apariencia física. La caída del cabello puede ser un reto emocional que afecta la imagen de sí mismo (en inglés) y su calidad de vida. Hablar sobre qué siente sobre la caída del cabello con un consejero, alguien que tenga una experiencia similar, un familiar o un amigo también puede darle tranquilidad. Además, puede ser útil hablar sobre la potencial caída del cabello con familiares y amigos, en especial los niños, antes de que suceda. Para un niño, saber qué cambios se producirán en el aspecto físico de una persona que conocen les ayuda a reducir la ansiedad y el miedo.

Algunas personas recomiendan cortarse el cabello antes de comenzar el tratamiento. Este estilo de cabello corto brinda apariencia de cantidad y hace que el cambio sea menos chocante cuando el cabello se cae. Luego, cuando el cabello vuelve a crecer, toma menos tiempo en llegar al largo anterior del estilo corto. Permitir que el cabello crezca con un estilo similar puede ayudarlo a sobrellevar el tratamiento y avanzar después de este.

Terapia de gorro refrigerante. Usar un gorro o cubrir la cabeza con compresas frías antes, durante o después de la quimioterapia puede ayudar a impedir la caída del cabello. El frío estrecha los vasos sanguíneos en la piel en la cabeza. Esto podría significar que menos cantidad de fármaco llega a los folículos pilosos. Generalmente, puede alquilar los gorros refrigerantes en línea durante su tratamiento. Consulte a su equipo de atención médica para averiguar si este enfoque podría funcionar para usted.

Cuidado del cabello y del cuero cabelludo. Las siguientes recomendaciones pueden ayudarlo a cuidar el cabello y el cuero cabelludo durante el tratamiento para el cáncer:
  •     Use un champú suave, para bebés por ejemplo, para lavarse el cabello.
  •     Considere no lavarlo todos los días ni friegue enérgicamente.
  •     Seque el cabello a palmaditas para impedir que se dañe.
  •     Use un cepillo suave y péinese con delicadeza.
  •     Proteja el cuero cabelludo del sol cuando esté al aire libre con protector solar, sombrero o pañuelo.
  •     Cúbrase la cabeza en los meses de frío para evitar que el cuerpo pierda calor.
  •     Evite usar secador de cabello con aire muy caliente.
  •     Evite rizarse o alisarse el cabello con productos químicos.
  •     Evite usar tinturas permanentes o semipermanentes.
  •     Use una funda cómoda y suave para la almohada de la cama.
  •     Hable con su equipo de atención médica antes de usar cualquier crema o loción para el crecimiento del cabello.
  •     Hable con su equipo de atención médica acerca de tomar un tipo de vitamina B denominada biotina.

Pelucas y postizos. Los siguientes consejos pueden ser útiles si elige usar una peluca o postizo cuando comienza a caerse el cabello:
  •     Existen tiendas que venden pelucas y postizos. También hay tiendas de pelucas y postizos diseñadas específicamente para las personas con cáncer. O puede programar una cita en su casa o realizar un pedido a través de un catálogo.
  •     Hay muchos tipos de pelucas y postizos. Algunas personas desean una peluca o un postizo similar a su cabello original. Es útil elegir una peluca o postizo antes de que se le caiga el cabello para que sea lo más parecido posible al color y estilo originales de su cabello. Es posible que otras personas deseen una peluca o un postizo con un nuevo corte que siempre hayan deseado probar. Un peluquero puede ayudarle a peinar la peluca o el postizo.
  •     Es posible que su compañía de seguro médico cubra las pelucas o postizos. Las pelucas y postizos también se pueden clasificar como gastos médicos deducibles de impuestos. Es posible que el médico deba recetar el uso de una peluca o un postizo para que usted pueda presentar la receta en su compañía de seguro. También puede haber pelucas o postizos en préstamo o gratuitos en el centro donde se trata el cáncer o en otras organizaciones en su comunidad. Consulte los recursos con un trabajador social de oncología o con el personal de enfermería.
  •     Asegúrese en la tienda de que la peluca o el postizo le queden bien. Esto ayudará a evitar que se le irrite el cuero cabelludo.

Cuidado del cabello que vuelve crecer. Es posible que el cabello vuelva a crecer con una textura diferente o con un color diferente de su cabello original. Cuando su cabello vuelve a crecer, es importante tratarlo con cuidado. En un principio, el cabello nuevo será mucho más fino y se dañará con mucha más facilidad que su cabello original. Los siguientes consejos pueden ser útiles si está cuidando el cabello que vuelve a crecer:
  •     Lave el cabello solo dos veces a la semana.
  •     Masajee el cuero cabelludo para quitar las escamas y la piel reseca.
  •     Evite cepillarse el cabello en forma enérgica. En su lugar, utilice con suavidad un peine de dientes anchos. Al peinarse, evite recoger y sujetar el cabello, rizarlo o usar el secador de cabello con aire muy caliente.
  •     Evite rizar o alisar el cabello con productos químicos, como soluciones para ondulación permanente, hasta que el cabello vuelva a crecer. Algunas personas tal vez necesiten esperar hasta el año para poder rizarse o alisarse el cabello con productos químicos. Antes de intentar nuevamente con productos químicos, pruebe en un pequeño mechón de cabello para ver cómo reacciona. O bien solicite sugerencias a su peluquero.
  •     Evite usar tinturas permanentes o semipermanentes durante al menos tres meses después del tratamiento.
La pérdida acostumbra a ser meramente temporal

lunes, 28 de septiembre de 2015

Náuseas y vómitos durante el tratamiento del cáncer

Las náuseas y los vómitos son efectos secundarios frecuentes de muchos tratamientos para el cáncer. Las náuseas son la sensación urgente de vomitar. Los vómitos pueden suceder en la espera del tratamiento, dentro de las 24 horas luego del tratamiento o dos o más días luego del tratamiento.

Causas de las náuseas y los vómitos

En las personas con cáncer, las náuseas y los vómitos pueden producirse por los siguientes factores:
  •    Quimioterapia
  •   Radioterapia, en especial la que se hace en el cerebro, la médula espinal, el abdomen y la pelvis. Las personas que reciben radioterapia en todo el cuerpo, como sucede antes de un trasplante de células madre/médula ósea, son las que tienen mayor riesgo.
  •    El cáncer que se ha extendido al cerebro
  •    Obstrucción intestinal
  •   Desequilibrio electrolítico, que es la pérdida de minerales como el potasio y el sodio del cuerpo
  •    Infecciones o hemorragias en el aparato digestivo (estómago e intestinos)
  •    Cardiopatía
  •    Otros medicamentos

Entre las personas con mayores probabilidades de tener náuseas y vómitos a causa de la quimioterapia se encuentran:
  •     Las personas que ya han tenido vómitos después del tratamiento para el cáncer
  •     Las personas que con frecuencia tienen cinetosis
  •     Las personas que están ansiosas antes del tratamiento para el cáncer
  •     Las personas menores de 50 años, en especial las mujeres

Las náuseas y los vómitos leves pueden ser bastante molestos, pero en general no provocan problemas graves. Los vómitos graves, como los vómitos abundantes y frecuentes, pueden causar deshidratación, desequilibrio electrolítico, pérdida de peso y depresión. Además, los vómitos graves pueden provocar que algunos pacientes abandonen el tratamiento para el cáncer.

Control de las náuseas y prevención de los vómitos

Un aspecto importante del tratamiento y la atención del cáncer es aliviar los efectos secundarios, lo que también se denomina control de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Obtenga aquí más información sobre las pautas de la American Society of Clinical Oncology acerca de la prevención de vómitos causados por quimioterapia o radioterapia con medicamentos (en inglés).

Muchas personas descubren que los tratamientos conductuales pueden ayudar a controlar las náuseas y los vómitos. Los métodos como la distracción, la relajación y las imágenes positivas pueden ayudar a cambiar las expectativas y el miedo a las náuseas y los vómitos. Hable con su equipo de atención médica sobre cualquier síntoma que experimente, incluido cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas. En determinadas circunstancias, su médico puede recomendar otro plan de tratamiento con menos probabilidades de provocar vómitos.


Los vómitos y nauseas son un efecto secundario molesto

viernes, 25 de septiembre de 2015

Cáncer y los cambios en el gusto

La disgeusia (alteración en el sentido del gusto) puede presentarse durante el tratamiento para el cáncer o después. Algunos alimentos pueden tener un sabor diferente, otros pueden no tener demasiado sabor o bien todo puede tener el mismo sabor. Específicamente, es posible que los alimentos amargos, dulces y salados ahora tengan un sabor diferente, y algunas personas sienten un gusto metálico o químico en la boca, en especial después de ingerir carne u otros alimentos con alto contenido proteico. Los cambios en el gusto pueden producir aversión (rechazo) a la comida, pérdida del apetito y pérdida de peso.

Un aspecto importante del tratamiento y la atención del cáncer es aliviar los efectos secundarios, lo que también se denomina control de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Hable con su equipo de atención médica sobre toda alteración en el gusto que experimente, incluido cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas.

Causas

Las alteraciones en el gusto son un efecto secundario frecuente de la quimioterapia; cerca de la mitad de las personas que reciben quimioterapia experimentan alteraciones en el gusto. Entre los tipos de quimioterapia que suelen estar asociados a alteraciones en el gusto se encuentran el cisplatino (Platinol), la ciclofosfamida (Cytoxan, Neosar), la doxorrubicina (Adriamycin), el fluorouracilo (5-FU, Adrucil), el paclitaxel (Taxol) y la vincristina (Oncovin, Vincasar PFS). Las alteraciones en el gusto que produce la quimioterapia suelen desaparecer entre tres y cuatro semanas después de finalizado el tratamiento. Algunos otros medicamentos, entre ellos algunos medicamentos opioides (analgésicos como la morfina que actúan en el sistema nervioso central) y antibióticos, también pueden producir alteraciones en el gusto.

La radioterapia en la cabeza y el cuello a menudo causa cambios en el gusto porque daña las papilas gustativas y las glándulas salivares. También puede producir cambios en el sentido del olfato. Como el gusto y el olfato están íntimamente vinculados, los cambios en el sentido del olfato pueden afectar el sabor de los alimentos. Las alteraciones en el gusto producidas por la radioterapia suelen comenzar a mejorar entre tres semanas y dos meses después de finalizado el tratamiento. La mejora puede continuar durante alrededor de un año, pero es posible que el sentido del gusto no vuelva a ser como antes del tratamiento, en especial si las glándulas salivales están dañadas.

Otras causas de alteraciones en el gusto incluyen cirugía en la nariz, la garganta o la boca; terapias biológicas como la interleucina-2 (IL-2, denominada aldesleuquina [Proleukin]); sequedad de boca; daño a los nervios involucrados en el gusto; infecciones en la boca; problemas en los dientes o las encías; y náuseas y vómitos.

Control y tratamiento

En la mayoría de los casos, no hay tratamientos específicos para los problemas en el gusto. Hable sobre cualquier alteración en el gusto con su médico. Un tratamiento recomendado por un dentista lo ayudará a mejorar las alteraciones en el gusto generadas por infecciones en la boca, sequedad de boca o problemas en los dientes o las encías.

Considere los siguientes consejos para sobrellevar las alteraciones en el gusto. Según la causa de las alteraciones en el gusto, es posible que los diferentes consejos funcionen mejor para algunas personas que para otras.
  •     Elija alimentos con buen aroma y sabor, aunque no esté familiarizado con ese alimento.
  •     Elimine los olores de la cocción: use un extractor, cocine en una parrilla al aire libre o compre alimentos precocinados. Los alimentos fríos o a temperatura ambiente también tienen menos olor.
  •     Ingiera alimentos fríos o congelados, que pueden tener un mejor sabor que los calientes, a menos que esté recibiendo una quimioterapia denominada oxaliplatino (Eloxatin), que dificulta ingerir algo frío.
  •     Use utensilios de plástico y de vidrio para minimizar el sabor metálico.
  •     Consuma goma de mascar de menta y sin azúcar o caramelos duros (de menta, limón o naranja) para quitar el sabor metálico o amargo de la boca.
  •     Si la carne roja no tiene buen sabor, pruebe con otras fuentes de proteína, como carne de aves de corral, huevos, pescado, mantequilla de maní, porotos o productos lácteos.
  •     Marine las carnes en jugo de frutas, vinos dulces, condimentos para ensaladas u otras salsas.
  •     Condimente los alimentos con hierbas, especias, azúcar, limón o salsas.
  •     Para evitar la aversión a los alimentos causada por las náuseas y los vómitos, no coma entre una y dos horas antes y hasta tres horas después de la quimioterapia. Además, no consumir alimentos favoritos antes de la quimioterapia ayuda a evitar la aversión a esos alimentos.
  •     Enjuagarse con una solución de sal y bicarbonato de sodio (½ cucharadita de té de sal y ½ de bicarbonato de sodio en 1 taza de agua tibia) antes de las comidas puede servir para neutralizar sabores desagradables en la boca.
  •     Mantenga una buena limpieza y salud bucal cepillándose con frecuencia y limpiándose con hilo dental todos los días.
  •     En algunas personas, los suplementos de sulfato de zinc pueden ayudar a mejorar el gusto. Sin embargo, consulte con el médico antes de tomar cualquier suplemento dietario, en especial durante el tratamiento activo.


La quimioterapia puede producir disgeusia

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Sequedad en la boca o xerostomía

La xerostomía, comúnmente denominada sequedad en la boca, ocurre cuando las glándulas salivales no producen suficiente saliva como para mantener la boca húmeda. Dado que la saliva es necesaria para masticar, tragar, saborear y hablar, estas actividades pueden ser más difíciles con la boca seca.

Signos y síntomas

Los signos y síntomas de la sequedad en la boca incluyen los siguientes:
  •     Sensación de boca pegajosa y seca
  •     Saliva espesa y viscosa
  •     Dolor o ardor en la boca o en la lengua
  •     Agrietamiento en los labios o en las comisuras de los labios
  •     Lengua seca y áspera
  •     Dificultad para masticar, saborear o tragar
  •     Dificultad para hablar

Además, la sequedad en la boca a menudo causa problemas dentales. La saliva ayuda a mantener un equilibrio saludable de bacterias en la boca. Si la saliva no es suficiente, las bacterias y otros microorganismos presentes en la boca se desarrollan demasiado rápido. Esto puede causar llagas e infecciones bucales, incluyendo una infección denominada candidiasis bucal que es causada por la proliferación excesiva de un tipo de levadura. La saliva también limpia la boca de los ácidos y las partículas de alimentos que quedan allí después de comer, lo que significa que la falta de saliva puede provocar caries y enfermedad gingival. Debido a la sequedad de boca, también puede ser difícil usar dentaduras.

Causas

La quimioterapia o la radioterapia causan sequedad en la boca al dañar las glándulas salivales. La quimioterapia causa sequedad en la boca al hacer más espesa la saliva, lo que generalmente es un síntoma temporal y desaparece de dos a ocho semanas después de finalizado el tratamiento.

La radioterapia en la cabeza, el rostro o el cuello también puede causar sequedad en la boca. Después de finalizada la radioterapia, las glándulas salivales pueden demorar seis meses o más para comenzar a producir saliva nuevamente. Si bien algunas personas sienten una mejoría durante el primer año después de la radioterapia, muchas continuarán sintiendo cierto grado de sequedad en la boca a largo plazo, en especial si la radioterapia fue dirigida a las glándulas salivales.

Además, la enfermedad del injerto contra el huésped, en la que las células trasplantadas de un donante reconocen el cuerpo del paciente como extraño y lo atacan, puede causar llagas y sequedad en la boca. Los antidepresivos, los medicamentos denominados diuréticos que aumentan la micción, y algunos analgésicos pueden producir sequedad en la boca. La sequedad en la boca también puede ser el resultado de una infección en la boca, como la candidiasis, o la deshidratación.

Control de la sequedad en la boca

Un aspecto importante del tratamiento y la atención del cáncer es aliviar los efectos secundarios, lo que también se denomina control de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Hable con su equipo de atención médica sobre cualquier síntoma que experimente, incluido cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas.

Si bien la sequedad en la boca no puede evitarse, algunos tratamientos pueden ayudar. Estos tratamientos incluyen los siguientes:
  •     Un medicamento que evita o reduce los efectos secundarios de la radioterapia, como la amifostina (Ethyol)
  •     Sustitutos de la saliva y enjuagues bucales como hietelosa, hiprolosa o carmelosa
  •     Medicamentos que estimulan las glándulas salivales, como pilocarpina (Salagen) o cevimelina (Evoxac)
  •     Otras maneras de estimular las glándulas salivales, como chupar un caramelo sin azúcar o masticar goma de mascar sin azúcar

Los siguientes consejos pueden ayudar en el control de la sequedad de boca y la prevención de los problemas dentales:
  •     Visite al dentista antes de iniciar la radioterapia o la quimioterapia para controlar la salud de la boca y los dientes. Es importante que programe esto lo antes que pueda ya que si necesita realizarse una extracción, esto se debe realizar al menos tres semanas antes de comenzar el tratamiento para que la boca tenga tiempo de cicatrizar.
  •     Cepíllese los dientes con un cepillo de cerda blanda y pasta dental con flúor después de cada comida y al irse a dormir. Moje el cepillo en agua tibia para que la cerda se vuelva aun más blanda.
  •     Use hilo dental con suavidad una vez al día.
  •     Enjuague la boca cuatro a seis veces al día, especialmente después de las comidas, con sal y bicarbonato de sodio. Pruebe una solución de media cucharadita de sal y media cucharadita de bicarbonato de sodio en una taza de agua tibia.
  •     Cuando comience la radioterapia, use geles y enjuagues con flúor. Esto es una parte importante del cuidado de la salud de la boca durante el tratamiento para el cáncer.
  •     Beba sorbos de agua durante todo el día y use saliva artificial para humedecer la boca.
  •     Evite enjuagues bucales y demás productos dentales que contienen alcohol. Los productos diseñados para personas con sequedad en la boca son de venta libre.
  •     Use un humidificador de vaporización fría, especialmente por la noche.

Además, algunos dentistas pueden recetar un medicamento para aumentar la producción de saliva o enjuagues para combatir las infecciones en la boca.

Considere los siguientes consejos para comer cuando se tiene sequedad en la boca:
  •     Beba al menos ocho vasos de agua al día. Llevar una botella de agua puede ayudar a beber la suficiente cantidad.
  •     Evite el alcohol, las bebidas con cafeína (como café, té, bebidas cola) y los jugos ácidos.
  •     Ingiera alimentos blandos y húmedos, fríos o a temperatura ambiente.
  •     Hidrate los alimentos secos con caldo, salsas, mantequilla o leche.
  •     Evite los alimentos secos, ásperos o duros.
  •     Evite los alimentos ácidos o con especias, que irritan la boca.
  •     No fume ni mastique tabaco.
  •     Evite las bebidas y los alimentos pegajosos y azucarados.




La boca seca puede ser un problema engorroso

lunes, 21 de septiembre de 2015

Cáncer y estreñimiento

El estreñimiento ocurre cuando una persona no puede evacuar el intestino o tiene la sensación de tener la necesidad de evacuar el intestino, pero no puede. Aparece cuando el cuerpo comienza a absorber más agua o a enviar señales a los alimentos para que se desplacen por el aparato digestivo de forma más lenta. El estreñimiento es un síntoma frecuente en las personas con cáncer.

Un aspecto importante del tratamiento y la atención del cáncer es aliviar los efectos secundarios, lo que también se denomina control de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Son varios los factores que afectan la función intestinal normal de una persona, incluidos cuánta cantidad y qué tipo de alimentos ingiere, la salud del tubo digestivo y los medicamentos que toma la persona. Hable con su equipo de atención médica sobre cualquier síntoma de estreñimiento que experimente, incluido cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas. Por lo general se pueden controlar al tomar algunas medidas simples, pero en ocasiones estos síntomas indican un problema más grave que puede requerir más pruebas.

La cirugía de abdomen a menudo afecta la función del tubo digestivo y puede causar diarrea o estreñimiento. En ocasiones, luego de la cirugía abdominal, el tejido cicatricial (denominado cicatrización) puede causar estrechamiento o bloqueo parcial del intestino que, si es grave, puede requerir cirugía para revertirse. También puede desarrollarse en el abdomen una metástasis cancerosa, que interfiere con la función intestinal. La forma más grave de esta afección es una obstrucción intestinal, en la que el tumor bloquea el intestino. Para revertir este problema, puede ser necesaria una cirugía.

Síntomas

Además de no poder evacuar el intestino, las personas con estreñimiento pueden experimentar los siguientes síntomas:
  •     Dolor y calambres
  •     Inflamación en el abdomen
  •     Pérdida del apetito
  •     Náuseas y vómitos
  •     Imposibilidad de orinar
  •     Confusión

Causas

Las causas frecuentes de estreñimiento incluyen no ingerir la fibra suficiente, no beber el agua suficiente u otros líquidos y no hacer ejercicios. Sin embargo, para personas con cáncer, los siguientes factores relacionados con el cáncer y los tratamientos para el cáncer también pueden producir estreñimiento:

    Medicamentos, incluidos antiácidos; algunos fármacos para tratar las náuseas y los vómitos, convulsiones, depresión, diarrea o presión arterial; suplementos del hierro; quimioterapia y, en especial, analgésicos que pueden retrasar la acción muscular del intestino que ayuda a los alimentos a desplazarse por el sistema.
  •     Ingerir menor cantidad de alimentos
  •     Obstrucción intestinal debido a tejido cicatricial o tumores
  •     Deshidratación (no beber el agua suficiente)
  •     Inactividad física
  •     Compresión por tumor (presión de un tumor sobre la médula espinal)
  •     Niveles altos de calcio en la sangre
  •     Niveles bajos de potasio
  •     Problemas en la glándula tiroides
  •     Diabetes

Diagnóstico

Al planificar el tratamiento para el estreñimiento, el médico puede hacer un tacto rectal u obtener una radiografía u otra exploración por imágenes del abdomen. Esto es para asegurarse de que no haya un tumor obstruyendo el recto o en algún otro punto en el tubo digestivo y para averiguar si hay heces duras en el recto. Además, es posible que el médico le haga preguntas sobre lo siguiente:
  •     Sus hábitos intestinales actuales y anteriores a la aparición del cáncer
  •     El uso de medicamentos que pueden producir estreñimiento
  •     Qué ha estado comiendo y bebiendo últimamente
  •     Otras enfermedades

Tratamiento

Es muy importante tratar el estreñimiento de forma adecuada. Si no se trata, el estreñimiento puede producir daños internos en los intestinos o el recto, deshidratación u obstrucción intestinal. Además, puede retardar la absorción de los medicamentos que se toman por vía oral. Si hay un tejido cicatricial o tumor que causan el problema, es posible que se necesiten más pruebas. Hable con su equipo de atención médica sobre la mejor manera de controlar el estreñimiento. Algunas de las sugerencias a continuación pueden ser de utilidad.
  •    Beba más líquidos.
  •   Con el asesoramiento del equipo de atención médica, consulte si puede cambiar la dosis o interrumpir los medicamentos que causan estreñimiento.
  •    Coma más fibra o tome suplementos de fibras. Sin embargo, si tiene adherencias o metástasis que estrechan el intestino, el médico puede recomendarle una dieta de bajo contenido de fibra en su lugar, también denominada dieta con baja cantidad de residuos, porque la fibra puede acumularse detrás de las áreas más estrechas del intestino.
  •    Si es posible, aumente la actividad física.
  •   Consulte con su equipo de atención médica sobre tratamientos, como laxantes, enema o supositorio rectal. Algunos pueden ser perjudiciales para algunos pacientes.


Hay que acostumbrarse a beber más agua

viernes, 18 de septiembre de 2015

¿Qué hacer ante el cáncer de laringe?

Esta dolencia se asocia al consumo de tabaco, ya que más del 95 por ciento de los enfermos que la padecen son fumadores

El cáncer de laringe es la aparición de células tumorales en la laringe. Es el más frecuente de los cánceres de cabeza y cuello, representando un 30 o un 40 por ciento de los mismos. Es diez veces más frecuente en varones que en mujeres, lo que se consideraba relacionado con el tabaquismo.

Actualmente, como el hábito de fumar está equilibrado entre hombres y mujeres, se considera que se debe a factores ligados al sexo todavía por determinar. La máxima incidencia se da a partir de los 60 años, aunque últimamente también hay casos de personas jóvenes. El cáncer de laringe se produce cuando la célula sufre una alteración genética, lo que se traduce en unos cambios morfológicos denominados displasias, que son lesiones precancerosas que pueden ser ligeras, moderadas y severas. Tras estas lesiones, se presenta ya un carcinoma.

Estos tumores se asocian claramente al consumo de tabaco, puesto que más del 95 por ciento de los enfermos son fumadores. Además, también influye el número de cigarrillos consumidos; así, hay trabajos publicados en los que se observa un riesgo de 4,4 para los que fuman diez cigarrillos, y se incrementa a 10,4 para los que fuman veinte.

El consumo de alcohol también está claramente relacionado con estos tumores, y además si se es fumador, se potencian los efectos de alcohol y tabaco. Pero aparte de estos, también hay otros factores de riesgo como son la malnutrición (la cual va muchas veces asociada con consumo de alcohol, un déficit de vitaminas A, B y retinoides), ciertos virus como el del papiloma humano, el sexo masculino, la edad (más de la mitad de los pacientes tienen más de 65 años), la procedencia afroamericana, la exposición laboral a sustancias como el asbesto, los productos químicos en la metalurgia, las pinturas, la madera, los petróleos y los textiles y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (la denominada acidez).

También está demostrada una predisposición genética en familiares de primer grado. Las manifestaciones clínicas dependen de la región anatómica laríngea que esté afectada. La laringe la dividimos en una zona media denominada glotis, que es donde se encuentran las cuerdas vocales, otra zona que está por encima (supraglotis) y una inferior (subglotis). Los tumores que afectan a las cuerdas vocales pueden diagnosticarse en fases precoces, ya que producen síntomas tempranos, en este caso disfonía.

Los de las otras zonas son más silentes por lo que el diagnóstico es generalmente más tardío, siendo los síntomas iniciales una irritación de garganta que no se alivia, sensación de cuerpo extraño en garganta, tos crónica, cierta dificultad para tragar, dolor de oído que no cede, cierta dificultad respiratoria, pérdida de peso, afonía de más de dos semanas, presencia de una masa en cuello y mal aliento. Ante la presencia de estos síntomas es aconsejable un estudio por el otorrinolaringólogo. Para el diagnóstico se realiza una exploración incluyendo endoscopia laríngea, teniendo en ocasiones que recurrir al apoyo con técnicas de imagen del TAC o la RM y la realización de toma de biopsia.

El pronóstico resulta favorable si se compara con otros cánceres, pero depende de lo evolucionado que esté, por lo que es de extrema importancia detectarlo lo antes posible. La supervivencia a los cinco años en tumores glóticos en fase inicial es superior al 90 por ciento, bajando a un 50 en los avanzados y menos si presenta ganglios. En los supraglóticos, se coloca en un 80 por ciento en fases iniciales y en un 50 por ciento en avanzadas. En subglóticos, solo un 40 por ciento de los afectados sobrevive. La protección vegetal contra el cáncer de laringe La Sociedad Americana de Cáncer recomienda una variedad de alimentos saludables, enfatizando en aquellos de origen vegetal.La mejor manera de prevenir la enfermedad es dar grandes pasos orientados a la salud.

Por eso comer todos los días algo de fruta, verduras, vegetales, alimentos integrales de origen vegetal —como pueden ser los diferentes tipos de pan, cereales, arroz o fríjoles— puede ser beneficioso a la hora de prevenir un posible cáncer. Cuidado con... Mantener un consumo restringido de carne roja y procesada, como las salchichas, los fiambres y los embutidos, es uno de los pilares en las dietas de prevención del cáncer. Es preferible el pescado, el pollo u otros tipos de carne.


La prevención resulta siempre capital

jueves, 17 de septiembre de 2015

La contaminación que mata

Infartos, ictus, enfermedades respiratorias e incluso cáncer de pulmón. Son algunos de los estragos de la contaminación atmosférica. Una lista que aún no está cerrada. De hecho, varios equipos de científicos están investigando sobre los efectos que tienen las partículas contaminantes de la atmósfera durante el embarazo, tanto para las madres como para sus hijos. El más reciente, del Centro de Investigación de Epidemiología Ambiental (CREAL), profundiza en el papel del exposoma durante la gestación. Es decir, el total de exposiciones ambientales que afectan a las personas desde la concepción en adelante, complementando el genoma.

Como explica a EL MUNDO el director del CREAL, Jordi Sunyer, los actuales retos de la ciencia en este campo se centran en el papel de la contaminación "durante el embarazo, sobre su repercusión en el desarrollo del cerebro, de trastornos neuropsicológicos y de enfermedades neurodegenerativas".

La exposición a productos químicos ambientales en el feto o en el transcurso de las primeras etapas de vida se han asociado con problemas del crecimiento y con efectos neurotóxicos, inmunotóxicos y obesogénicos en los niños. No obstante, señalan los autores del trabajo del CREAL, "la evidencia aún es limitada o insuficiente". También lo es la que asocia la contaminación a "otros efectos más sutiles como las enfermedades oftalmológicas o del riñón", puntualiza Sunyer.

Siete millones de muertes en 2012

Lo que está claro es que la contaminación no sólo golpea al medio ambiente, sino también a la salud. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía el pasado mes de abril que más del 90% de la población europea está expuesta a niveles de partículas finas en el aire (las que más profundamente penetran en el sistema respiratorio) superiores a las directrices de calidad que fija la propia OMS. Esto, según el mismo organismo internacional, se tradujo en 2012 en cerca de 482.000 muertes prematuras por cáncer de púlmón, enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

A ellas habría que sumar otras 117.000 adicionales como consecuencia de la contaminación del aire interior (fundamentalmente del dióxido de nitrógeno, las partículas finas o los compuestos orgánicos volátiles emitidos, por ejemplo, por el humo del tabaco, los aparatos de gas, etc.). En total, 600.000 fallecimientos anuales en el continente europeo que suponen un coste de 1,4 billones de euros, cifra equivalente a la décima parte del Producto Interior Bruto (PIB) de la región en 2013. En España, teniendo en cuenta los datos entre 2010 y 2012, la carga económica asciende a unos 38.000 millones de euros, lo que representa el 2,8% del PIB. Según la Agencia Europea de Medio ambiente (AEMA), España registra unas 27.000 muerte anuales por contaminación del aire.

En definitiva, uno de cada cuatro europeos cae enfermo o fallece de forma prematura como consecuencia de la contaminación ambiental. En todo el mundo, las estimaciones de mortalidad alcanzaron en 2012 unos siete millones de personas. Por enfermedades cardiovasculares, como los infartos y los ictus; respiratorias, como la EPOC o las infecciones agudas en los niños; o por cáncer de pulmón. Del mismo modo, también existe un lazo con una repercusión más: la ansiedad, que afecta globalmente al 16% de la población en algún momento de su vida, sobre todo a quienes viven cerca de autopistas.

En este sentido, el equipo de Jordi Sunyer, director del CREAL, ha publicado un trabajo que demuestra que la contaminación tiene un impacto directo sobre el desarrollo del cerebro. Sus resultados, publicados en la revista Plos Medicine, revelan que los alumnos de colegios cercanos a vías con mucho tráfico tienen un desarrollo cognitivo más lento que los que asisten a centros expuestos a una menor intensidad de circulación.
Los contaminantes más agresivos

Precisamente el tráfico es el principal culpable de la contaminación en las ciudades, pero también hay otras fuentes, centradas en algunos sectores industriales (siderurgia, cemento y centrales térmicas) y en el tratamiento de los residuos. Los contaminantes ambientales que más problemas de salud causan son las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono troposférico u 'ozono malo' (O3) y el dióxido de azufre (SO2).

Estar sometido día tras día y durante años a estas sustancias no sólo aumenta el riesgo de determinadas enfermedades, también resta, en general, años de vida. Concretamente, por cada incremento anual de cinco microgramos por metro cúbico de las PM2,5, aumenta el riesgo de muerte prematura en un 7%. Así lo determinaba un estudio europeo con más de 300.000 personas.

Y lo peor es que este robo de vida ocurre incluso cuando los valores de estas partículas en suspensión están por debajo de los límites máximos establecidos por Europa, 25 microgramos por metro cúbico al año. Es decir, no hay umbrales seguros y así lo confirma cada uno de los estudios que se van publicando sobre los efectos de la contaminación ambiental. Los últimos señalaban que precisamente los niveles permitidos por la UE son capaces de aumentar el riesgo de morir por un problema cardiaco, y aún más. Las madres expuestas a la emisión de contaminantes en la atmósfera son significativamente más propensas a tener hijos de bajo peso al nacer. Varias investigaciones están aportando pruebas del impacto de la exposición en el útero sobre el riesgo de mortalidad intreuterina y prematuridad.

Junto con las embarazadas, los niños, las personas mayores y los enfermos constituyen una población especialmente vulnerable a la contaminación atmosférica. Durante el Congreso Europeo de Cardiología celebrado en agosto se expusieron datos reveladores. Según las estadísticas, los pacientes cardiacos ingresaron más en los días de mayor contaminación. Además, aquellos que fueron sometidos a un cateterismo para desbloquear sus arterias obstruidas presentaron mejores resultados cuando el clima era soleado pero frío y con menos niveles de monóxido de carbono y de óxidos de nitrógeno.

Prevenir es posible

Todas las evidencias apuntan a que el diseño de políticas para reducir la morbilidad y la mortalidad de la población pasa por limpiar el aire que respiramos. ¿Cómo? Realizando algunos cambios como los que propone la OMS, que apuesta por ser más exigente, por ejemplo, con los límites de las PM2,5 (recomienda no superar los 10 microgramos por metro cúbico). O ampliando los espacios verdes en las ciudades. Está demostrado que los parques mejoran parámetros tan dispares como la ansiedad, la calidad del sueño, la salud cardiovascular, la longevidad, mortalidad o tasa de partos prematuros.

Los expertos están convencidos de que se puede luchar contra la contaminación y reducir, por lo tanto, la incidencia de cáncer y enfermedades cardiorrespiratorias. Algunas ciudades (en los países nórdicos y Canadá) han conseguido mejorar la calidad del aire prohibiendo la calefacción de carbón en los edificios, apostando por las energías renovables y realizando un mayor control del transporte. Sin duda, concluye Sunyer, "mejorar la calidad del aire, que es uno de los factores prevenibles de enfermedad al igual que el tabaco o el alcohol, ofrece claros beneficios en salud".


Estar sometidos diariamente a la contaminación reduce años de vida

miércoles, 16 de septiembre de 2015

El cáncer de laringe por inhalación de amianto, una enfermedad profesional

Madrid, 11 sep (EFE).- El Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha actualizado el listado de enfermedades profesionales, que como novedad incorpora el cáncer de laringe por inhalación de polvo de amianto, una modificación que plasmará en un futuro Real Decreto.

El Departamento que dirige Fátima Báñez ha recordado que dicha incorporación, que ha sido consensuada con los agentes sociales, es fruto de la labor de investigación sobre la incidencia de este material en la salud de los trabajadores que, en los últimos meses, han compartido el personal técnico de la Seguridad Social con el de los sindicatos y la patronal.

Esta actualización supone el reconocimiento del exigente entorno en el que desarrollan su labor las personas en contacto con el amianto, un material habitual en las minas de rocas amiantíferas, la industria naval, en los trabajos de aislamientos y en ciertas actividades de la construcción.

El cuadro de enfermedades profesionales de la Seguridad Social data de 2006 y, desde entonces, se han producido importantes avances en las investigaciones y en el ámbito científico que permiten un mejor conocimiento de los mecanismos de aparición de ciertas enfermedades profesionales.

Entre ellas, se encuentran sólidas evidencias que relacionan el cáncer de laringe con la inhalación de polvo de amianto.

La incorporación de dicha enfermedad al listado ocasionará "un escaso incremento de coste al sistema de la Seguridad Social, pues las prestaciones a los trabajadores que la sufren ya se reconocen en la actualidad, bien como contingencia común -si no se ha podido comprobar su origen laboral-, bien como accidente de trabajo.

Además, esta patología en muchos casos va unida a otras ya incluidas en la lista de enfermedades profesionales.

Por tanto, no existe ninguna modificación presupuestaria dado que un porcentaje muy elevado de las prestaciones concedidas a causa del cáncer de laringe por amianto ya se reconocen como accidente de trabajo y, en consecuencia, su recalificación como enfermedad profesional no tendría sobrecoste.



Los peligros del amianto, reconocidos por el Estado

martes, 15 de septiembre de 2015

Hablar con el esófago

Otra voz. Miles de personas que pierden la capacidad de hablar a causa de la extirpación de la laringe, y, por consiguiente, de las cuerdas vocales, deben aprender a comunicarse usando la vía digestiva. De qué se trata este mecanismo.

Dante Ongaro tiene una voz ronca y pausada, pero clara. Esta es la voz que lo acompaña y lo caracteriza desde hace 38 años, cuando se quedó sin sus cuerdas vocales a causa de un cáncer de laringe. Como él, miles de personas debieron aprender a hablar con el esófago, es decir a través de la vía digestiva.

“Fue muy duro quedarme mudo de un día para el otro, sobre todo porque era muy joven cuando me ocurrió. Pero días después de que me extirparan la laringe empecé a practicar la voz esofágica y, con la ayuda e insistencia de mis hijas, que en ese momento eran muy pequeñas, en cuatro meses pude volver a hablar. A veces uno no se imagina lo que la vida tiene deparado, pero lo importante es no bajar los brazos jamás”, asegura Dante, quien no sólo se comunica con normalidad, sino que además forma parte de un coro de laringectomizados.

Un nuevo comienzo. Gustavo Corball, especialista en cirugía de cabeza y cuello, afirma que la gran mayoría pacientes laringectomizados llegaron a esa situación por un cáncer de laringe y que en el 98% de los casos la causa fue el hábito de fumar. En cuanto al género, Corball dice que esta patología es más frecuente en hombres, en una relación de 3 a 1 con respecto a las mujeres, pero destaca que en otras épocas, esta relación era aún más amplia: entre 7 y 9 a 1.

Luego de que estos pacientes ingresan a quirófano para que se les extirpe el tumor, y con él la laringe, comienza el proceso para volver a hablar. ¿Y cómo se logra esto?

El ser humano habla gracias a que respira, porque es el aire expulsado por los pulmones el que, en su trayecto hacia el exterior, pasa por las cuerdas vocales (ubicadas en el interior de la laringe) y, al chocarlas, las hace vibrar, vibración que produce la voz. Al no tener la laringe, los pacientes laringectomizados no podrán volver a respirar por la nariz ni podrán volver a hablar utilizando la vía aérea, es decir, las cuerdas vocales.

La función respiratoria se sustituye con un traqueostoma (orificio creado quirúrgicamente para comunicar la tráquea con la piel) que se les realiza en el cuello, entre el segundo y tercer anillo traqueal: el aire ingresa por allí, va a los pulmones y vuelve a salir por el mismo orificio. La función fonatoria, en cambio, se realiza a través de la vía digestiva, por el esófago.

Otra vibración. La erigmofónica o esofágica es la sustituta de la voz laríngea. “En la parte donde termina la faringe y empieza el esófago hay un músculo que se llama cricofaríngeo y que es como una tapa que siempre está cerrada. Cuando ingresa comida, este músculo se abre para que el alimento pase hacia el estómago, y luego se cierra”, explica Silvia Abraham, jefa del Servicio de Fonoaudiología del Hospital Córdoba, quien desde hace 28 años enseña la voz esofágica a pacientes laringectomizados.

“El aire que las personas ingresamos por la boca, va al esófago y, si no lo volvemos al exterior, sigue su ruta hacia el estómago. Y es este aire el que utilizan los pacientes laringectomizados para producir sonido. La voz esofágica se logra tomando aire por la boca y, en el momento que ingresa al esófago, el paciente inmediatamente lo vuelve. Entonces, en su camino hacia el exterior, el aire choca contra esa tapa (cricofaríngeo) que se había cerrado y la vibración produce el sonido”, agrega.

Esto quiere decir que aquella vibración que normalmente producen las cuerdas vocales, ahora es producida por un músculo cerrado de la vía digestiva.

Cómo se enseña. “Hablar de corrido en estos pacientes es poder emitir entre cuatro o cinco palabras con una sola toma de aire. Lo máximo que se puede emitir es entre 10 y 11 palabras”, explica Abraham.

Y cuenta que existen tres métodos para enseñar esta voz: inhalación, deglución e inyección. Este último es el que se conoce como “método holandés”, porque se trata de inyectar aire al esófago utilizando las consonantes explosivas características de este idioma. “Se aprende usando los tres métodos, pero el de deglución es el último que enseño”, agrega.

En este aprendizaje existen sonidos más fáciles de pronunciar que otros. “Los sonidos facilitadores son aquellos producidos por las letras t, ch, c y p, que son consonantes explosivas. Los más difíciles son los que utilizan las letras r, m, luego s, b, f”, afirma.

La mayoría de los pacientes pueden hablar un año después del inicio de la ejercitación, pero hay quienes en tres meses pueden comunicarse con absoluta normalidad. Esto depende de muchos factores: el tipo de cirugía, la flexibilidad muscular, la cantidad de aire que puedan tomar, entre otros. Los pilares esenciales para aprender esta nueva voz son la relajación, la tranquilidad y la respiración.

El tratamiento termina cuando el habla lograda sirve a estas personas para manejarse socialmente, para lo que ellos necesitan. “Volver a compartir una charla con los seres queridos, a salir de compras solos, volver a trabajar y comunicarse con el habla, no tiene precio”, finalizó Abraham.


Hay quienes en tres meses pueden comunicarse con absoluta normalidad

lunes, 14 de septiembre de 2015

Recuperación del habla después de la laringectomía total

Después de una laringectomía total usted no podrá hablar utilizando sus cuerdas vocales. Sin embargo, existen maneras para restaurar el habla después de una laringectomía total. La pérdida de la caja de la voz debido a un cáncer no significa que usted pierde la capacidad para hablar. Sin embargo, aprender a cómo hablar nuevamente toma tiempo y esfuerzo, y su voz no será la misma. Se requerirá consultar a un terapeuta del habla que esté capacitado para la rehabilitación de personas que han sido sometidas a una laringectomía. El terapeuta del habla jugará un papel muy importante en ayudarle a aprender a hablar.

Habla esofágica: después de una laringectomía, su tráquea ha sido separada de la garganta, y por lo tanto, ya usted no puede expulsar el aire de sus pulmones a través de su boca para hablar. Con entrenamiento, algunas personas aprenden a tragar aire, forzándolo a través de la boca. Conforme pasa por la garganta, causará vibraciones que, con entrenamiento, se pueden transformar en habla.

Esta es la forma más básica de rehabilitación del habla. Con frecuencia, los nuevos dispositivos y técnicas quirúrgicas hacen innecesario aprender a hablar con el esófago.

Punción traqueoesofágica (TEP): ésta es la manera más común que utilizan los cirujanos para tratar de restablecer el habla. Se puede hacer durante la cirugía para tratar el cáncer o posteriormente. Este procedimiento crea una conexión entre la tráquea y el esófago mediante una pequeña punción en el sitio del estoma. Una pequeña válvula de una vía colocada en esta punción restaura su capacidad para forzar el aire desde sus pulmones hacia la boca. Después de esta operación usted puede cubrir su estoma con un dedo para forzar el aire hacia la boca, lo que produce un habla sostenida. (Algunos modelos más nuevos "manos libres" no requieren que usted cubra el estoma para hablar). Esto requiere práctica, pero usted puede trabajar estrechamente junto con los terapeutas del lenguaje después de la cirugía para aprender esta técnica.

Electrolaringe: si a usted no se le puede hacer una punción traqueoesofágica por ciertas razones médicas o mientras está aprendiendo a utilizar su voz TEP, usted puede usar un dispositivo eléctrico para producir una voz mecánica. El dispositivo que funciona con baterías, se coloca en el ángulo de la boca o contra la piel del cuello. Cuando presiona un botón en el dispositivo, comienza a emitir un sonido vibrante. Al mover la boca y la lengua, usted puede transformar el sonido en palabras. Se requerirá de entrenamiento con el terapeuta del habla para aprender a usar el dispositivo de forma apropiada.


Existen maneras para restaurar el habla

viernes, 11 de septiembre de 2015

Bona Diada de Catalunya!


Des de l'Associació Barcelonesa de Laringectomitzats volem desitjar-vos una molt bona Diada de Catalunya!


Que passeu un bon 11 de setembre!

jueves, 10 de septiembre de 2015

Cáncer oral y tabaco, un riesgo innecesario

Los cigarrillos industriales contienen más de 600 ingredientes que, encendidos, generan alrededor de 4.000 sustancias químicas. Médicos, dentistas y demás científicos han probado que, de estos miles de componentes, muchos son cancerígenos y, los demás, atentan directamente contra nuestra salud, aunque a otro nivel. La nicotina y el alquitrán, las sustancias que más abundan en los cigarrillos, son los principales culpables del cáncer de pulmón, pero también de otras enfermedades. Aunque no sea tan conocido, el tabaco es el detonante principal del cáncer oral. ¿Cómo afecta el humo a nuestros dientes? Desde Clínicas Propdental os informamos de las tan graves consecuencias que puede generar el tabaquismo en la cavidad bucal.

Los signos del cáncer oral

Las células que se encuentran en constante exposición al humo del tabaco pueden sufrir mutaciones anormales en su ADN. Los procesos de crecimiento, reproducción y muerte de dichas células se modifican y distorsionan, por lo que las mutaciones genéticas se reproducen sin ningún control y desarrollan tumores malignos. La fase inicial del cáncer oral suele ser asintomática, por lo que los signos principales no suelen aparecer hasta etapas más avanzadas y desarrolladas, cuando se ha extendido aún más la enfermedad. ¿Cuáles son estos síntomas?
  •     Úlceras en la boca o en los labios que, por más que se tratan, no desaparecen
  •     Manchas oscuras, blancas o rojas en el interior de la cavidad bucal
  •     Bultos dentro o alrededor del aboca, que también podría aparecer en el cuello
  •     Sangrado, entumecimiento, sensibilidad y dolor constante en la boca
  •     Halitosis crónica
  •     Dientes flojos en ausencia de caries dental u otros problemas más comunes
  •     Cambios en la oclusión
  •     Dificultado para masticar, tragar, hablar o mover la mandíbula o la lengua

Como ya hemos mencionado, estos signos no aparecen hasta estadios más avanzados de la enfermedad. Así, muchos pacientes no son diagnosticados de cáncer oral hasta que no están sufriendo un dolor crónico o pérdida de algunas funciones bucales. No obstante, si se detecta a tiempo, la tasa de supervivencia mejora con creces: un 80% o más.

A pesar de que el tabaco es el principal detonante de esta enfermedad, también hay otros factores que pueden influir en el desarrollo del cáncer oral:
  1.     El consumo excesivo de alcohol: aquellos pacientes que consumen bebidas alcohólicas de forma regular presentan un elevado riesgo de padecer la enfermedad. Su abuso (considerado en más de 21 bebidas a la semana) es considerado la segunda causa directa después del tabaquismo.
  2.     La exposición excesiva al sol: todos sabemos que pasar largas horas tomando el sol es perjudicial para nuestra piel, y más si no utilizamos la protección solar adecuada. La verdad, los rayos de sol son la principal causa del tipo de cáncer de piel más grave. No obstante, la exposición solar excesiva también puede afectar nuestra salud bucal. Aquellos pacientes que pasan mucho tiempo tumbados en la arena y que no utilizan la protección adecuada tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de labio.
  3.     La edad: por lo general, el cáncer oral suele afectar a las personas mayores debido, sobre todo, a una mayor exposición a los factores de riesgo. Hasta ahora, los datos médicos apuntan que la mayor parte de pacientes diagnosticados de esta enfermedad superan los 40 años de edad.
  4.     El género: según varios estudios científicos realizados en los últimos años, los hombres presentan el doble de probabilidades de contraer cáncer oral en comparación con las mujeres.
  5.     Padecer otras enfermedades, como el virus del papiloma humano (VIH), que también aumenta el riesgo.
  6.     Una dieta poco equilibrada, pobre en frutas y verduras.

Cada año, miles de personas en todo el mundo son diagnosticadas de cáncer oral o de cáncer de garganta, que presentan una tasa de mortalidad realmente elevada, incluso más que algunos cánceres comunes (el de cuello uterino, el testicular, el de tiroides, etc.). Entre los factores de riesgo que acabamos de enumerar, el tabaco es el más perjudicial de todos. Los fumadores, además de tener más números de desarrollar cáncer oral, también son más propensos a padecer enfermedad de las encías, caries dentales e incluso pérdida de dientes. La nicotina y los demás químicos de los cigarrillos perjudican gravemente nuestra salud bucal.


Un vicio tan nocivo como innecesario

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Dejar de fumar con deporte

Dejar de fumar no es fácil, pero hacer deporte te ayudará a conseguirlo, aunque al principio no seas capaz de moverte sin echar los pulmones en el intento

¿Sabías que el tabaco es responsable de aproximadamente el 30% de las muertes por cáncer, del 20 % de las producidas por enfermedades cardiovasculares, y del 80 % de las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC)? Pues estos datos son ciertos, piensa un poco si aún fumas. Aunque pienses que es imposible que puedas hacer deporte con los pulmones llenos de humo, no es incompatible. Cuanto antes empieces a moverte, antes te liberarás del mal hábito. Empiezo fuerte, pero no podemos obviar el daño que provoca el consumo de tabaco: el 50% de las personas que fuman regularmente morirán a causa del tabaco.

En  España el número de muertes anuales atribuibles al consumo de tabaco se sitúa en 50.000.

Y este daño no afecta sólo a las personas fumadoras, también a los que te rodean. La exposición al humo ambiental de tabaco afecta a las personas que más quieres. Aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón, enfermedades coronarias y respiratorias, y en edad infantil, de síndrome de la muerte súbita del lactante.

¿Qué te pasa cuando fumas?

Ceguera, pérdida del sentido del gusto y del olfato, mal aliento, arrugas y pérdida de elasticidad en la piel, cabello frágil,  calvicie, acné,  dientes amarillos, enfermedades cardiovasculares, bloqueos de arterias y derrames cerebrales, úlcera de estómago, acumulación de grasa en el abdomen, cáncer (boca, labios, gástrico, garganta, laringe, faringe, esófago, tráquea, pulmón, vejiga, cervical, de colon y pancreático), EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), asma, menopausia precoz, fragilidad ósea, infertilidad, impotencia, ansiedad, estrés y nerviosismo

¿Qué te pasa cuando dejas de fumar?

- A los 20 minutos: la presión sanguínea y el ritmo cardiaco se han normalizado

- En 8 horas: se elimina el exceso de CO de tu organismo y recuperas niveles de O2 normales

- En 5 días: la nicotina va saliendo de tu cuerpo

- En una semana: empieza a mejorar el sentido del gusto y del olfato y el aspecto de piel y pelo

- En 12 semanas: los pulmones recuperan la capacidad de limpiarse

- En 3 meses: recuperas un 30% de la función pulmonar perdida

- En 6 meses: mejora tu rendimiento deportivo y empiezas a ver mejoras y placer en el ejercicio

- En 9 meses: respiras mejor y toses menos

- En 12 meses: el riesgo de enfermedades cardiacas se  reduce a la mitad

- En más de un año: has recuperado la posibilidad de vivir 20 o 25 años más que habías perdido al fumar.

- Después de 5 años: has reducido a la mitad el riesgo de cáncer de boca, garganta, esófago y vejiga.

- Después de 10 años: Tienes la mitad de probabilidad de morir por cáncer de pulmón y has reducido el riesgo de sufrir tumores relacionados con el tabaco

- Después de 15 años: Tienes el mismo riesgo de vivir o morir que una persona no fumadora


Mitos sobre el tabaco

Fuente: AECC

Los mitos son creencias que no se corresponden con la realidad, y que a veces dan lugar a actitudes y comportamientos nocivos, como es el caso del consumo de tabaco.

Conozco personas muy mayores que fuman mucho y están muy bien. FALSO: No olvides que sólo vemos a los que llegan, a los que han muerto a causa del tabaco no los vemos envejecer.

Se pasa muy mal cuando se deja, es peor el remedio que la enfermedad. FALSO: A veces no es fácil dejarlo, pero son tantos los beneficios que merece la pena el esfuerzo. Además hoy día existen métodos eficaces que facilitan el abandono.

No noto que me haga tanto daño como dicen. FALSO: Aunque durante un tiempo el fumador no note los efectos nocivos del tabaco, el daño está hecho y la salud se deteriora. La sola acción de fumar un cigarrillo produce aumento de la tensión arterial y una elevación de la frecuencia cardiaca de 10 a 15 latidos por minuto.

Hay muchas cosas peores que el tabaco. FALSO: El tabaco es la primera causa de muerte evitable en los países industrializados (aproximadamente uno de cada dos fumadores fallece por enfermedades relacionadas con el tabaco). En el mundo mueren más de cinco millones de personas al año por causa del tabaco. El promedio es de una persona que muere por el tabaco cada seis segundos (UICC).

Fumar poco en una mujer embarazada no daña al feto. FALSO: Siempre que se fuma se producen alteraciones en el feto, ya que los componentes del tabaco atraviesan la barrera placentaria.

El humo del tabaco sólo afecta a los ojos y a la garganta del fumador pasivo. FALSO: El fumador pasivo tiene mayor riesgo de padecer todas las enfermedades producidas por el tabaco, agravándose esta situación en el caso de los niños. En el 2004, el humo ambiental del tabaco fue responsable de 600.000 muertes prematuras en todo el mundo. El 28% eran niños (UICC).

Una persona que fuma menos de 5 cigarrillos diarios no es fumadora. FALSO: Con tan sólo un cigarrillo al día, una persona debe considerarse fumadora, ya que existe una dependencia.

El tabaco rubio no es tan malo como el negro. FALSO: Las dos variedades de tabaco tienen el mismo tipo de componentes nocivos, aunque la distribución de las cantidades varíe.

Los cigarrillos "light" no hacen daño. FALSO: Los cigarrillos bajos en nicotina y alquitrán tienen el resto de los componentes iguales que los cigarrillos convencionales, y también son cancerígenos.

Por qué voy a privarme de fumar si la polución ambiental es mucho más contaminante que el humo del cigarrillo. FALSO: El tabaco es causante del 30% de todos los cánceres, frente a un escaso 2% producido por la contaminación ambiental.

El tabaco no es una droga. FALSO: Una droga se define como una sustancia que provoca adicción física y psicológica, y su retirada provoca síndrome de abstinencia. El tabaco cumple todos estos requisitos.

Yo no dependo del tabaco, puedo dejar de fumar cuando quiera. FALSO: Esto suele ser una excusa para continuar fumando. Todo fumador es dependiente física y psicológicamente del tabaco aunque fume poco.

Cuando estoy nervioso o necesito concentrarme, lo único que me ayuda es fumar. FALSO: En realidad la nicotina es una sustancia estimulante, no relajante. Es posible que en el momento el fumador note alivio, quizás porque reduzca la sensación de abstinencia pero, a medio plazo, al fumar está aumentando la tensión del organismo. Además, los no fumadores desarrollan otro tipo de estrategias para hacer frente a situaciones de tensión. 

Ya es tarde para dejarlo. FALSO: Nunca es tarde para dejarlo. Por mucho tiempo que se lleve fumando, siempre se van a experimentar cambios positivos en cuanto a salud, bienestar físico y psíquico, economía y estética.



El deporte ayuda a dejar el tabaco. Todo es proponérselo

martes, 8 de septiembre de 2015

Al menos un tercio de todos los casos de cáncer pueden prevenirse

Al menos un tercio de todos los casos de cáncer pueden prevenirse. La prevención constituye la estrategia a largo plazo más costoeficaz para el control del cáncer.

Factores de Riesgo:

  • Tabaco
El tabaquismo es el factor de riesgo evitable que por sí solo provoca más muertes por cáncer en todo el mundo, ya que provoca aproximadamente el 22% de las muertes anuales por esa causa. En 2004 se atribuyeron al tabaquismo 1,6 millones de los 7,4 millones de muertes por cáncer.

El humo de tabaco provoca muchos tipos de cáncer distintos, como los de pulmón, esófago, laringe (cuerdas vocales), boca, garganta, riñón, vejiga, páncreas, estómago y cuello del útero. Alrededor del 70% de la carga de cáncer de pulmón puede achacarse al tabaquismo como única causa. Se ha demostrado que el humo ajeno, también llamado «humo ambiental», causa cáncer de pulmón en adultos no fumadores. El tabaco sin humo (en forma de productos de tabaco orales, tabaco de mascar o en polvo) provoca cáncer de boca, esófago y páncreas.

 
  • Falta de actividad física, factores alimentarios, obesidad y sobrepeso

Otro modo importante de afrontar la lucha contra el cáncer consiste en modificar la alimentación. Existe un nexo entre el sobrepeso y la obesidad, por un lado, y muchos tipos de cáncer, como el de esófago, colon y recto, mama, endometrio y riñón, por el otro. Las dietas ricas en frutas y hortalizas pueden tener un efecto de protección contra muchos tipos de cáncer.

Por el contrario, el consumo excesivo de carnes rojas y en conserva puede estar asociado a un mayor riesgo de contraer cáncer colorrectal. Además, unos hábitos alimentarios saludables que previenen el desarrollo de tipos de cáncer asociados al régimen alimentario contribuyen también a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Una actividad física regular y el mantenimiento de un peso corporal saludable, junto a una dieta sana, reducirán considerablemente el riesgo de contraer cáncer. Deberían ponerse en práctica políticas y programas nacionales para promover una mayor conciencia y reducir la exposición a los factores de riesgo, y para asegurarse de que las personas reciban la información y el apoyo que necesitan para adoptar estilos de vida saludables.
  • Consumo de alcohol

El consumo de alcohol es un factor de riesgo para muchos tipos de cáncer, como los de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, colon y recto, y mama. El riesgo de cáncer aumenta con la cantidad de alcohol consumida. El riesgo que supone beber en exceso para varios tipos de cáncer (como los de la cavidad bucal, faringe, laringe y esófago) aumenta notablemente si el bebedor también es un fumador empedernido.

La fracción atribuible al alcohol en el caso de determinados tipos de cáncer relacionados con su consumo varía según se trate de hombres o mujeres, sobre todo por las diferencias en el nivel medio de consumo. Por ejemplo, el 22% de los casos de cáncer de boca y orofaringe en los hombres son atribuibles al alcohol, mientras que en las mujeres la carga de morbilidad atribuible a esa causa se reduce al 9%. En el cáncer de esófago e hígado se registra una diferencia parecida basada en el sexo (Rehm et al., 2004).
  • Infecciones

Los agentes infecciosos son la causa de casi el 22% de las muertes por cáncer en los países en desarrollo y el 6% en los países industrializados. Las hepatitis virales B y C provocan cáncer de hígado y la infección por el virus del papiloma humano, cáncer del cuello del útero; la bacteria Helicobacter pylori aumenta el riesgo de cáncer de estómago.

En algunos países, la esquistosomiasis parasitaria aumenta el riesgo de contraer cáncer de vejiga; en otros, el trematodo del hígado aumenta el riesgo de colangiocarcinoma de las vías biliares. Entre las medidas preventivas destacan la vacunación y la prevención de infecciones e infestaciones.
  • Contaminación ambiental

La contaminación ambiental del aire, el agua y el suelo por productos químicos carcinógenos causa entre el 1% y el 4% de todos los casos de cáncer (CIIC/OMS, 2003). La exposición a productos químicos carcinógenos presentes en el ambiente puede producirse a través del consumo de agua o de la contaminación ambiental y en espacios cerrados. En Bangladesh, entre el 5% y el 10% de las muertes por cáncer en una región contaminada por arsénico fueron atribuibles a la exposición a esa sustancia (Smith, Lingas y Rahman, 2000).

La exposición a agentes carcinógenos también puede producirse a través de alimentos contaminados por sustancias químicas, como las aflatoxinas o las dioxinas. La contaminación del aire de interiores causada por fuegos de carbón duplica el riesgo de cáncer de pulmón, especialmente entre las mujeres no fumadoras (Smith, Mehta y Feuz, 2004). En todo el mundo, la contaminación del aire de interiores por fuegos de carbón domésticos causa aproximadamente el 1,5% de todas las muertes por cáncer. El uso del carbón en los hogares está especialmente extendido en Asia.
  • Carcinógenos ocupacionales

Más de 40 agentes, mezclas y circunstancias de exposición en el ambiente laboral son cancerígenos para el hombre y están clasificados como carcinógenos ocupacionales (Siemiatycki et al., 2004). La relación causal entre los carcinógenos ocupacionales y el cáncer de pulmón, vejiga, laringe y piel, la leucemia y el cáncer nasofaríngeo está bien documentada. El mesotelioma (cáncer del revestimiento exterior del pulmón o de la cavidad torácica) está determinado en gran medida por la exposición al amianto por razones laborales.

Los cánceres de origen laboral se concentran en determinados grupos de la población activa, para los que el riesgo de desarrollar una forma particular de cáncer puede ser mucho mayor que para el resto de la población. Aproximadamente entre el 20% y el 30% de los hombres y entre el 5% y el 20% de las mujeres en edad de trabajar (es decir, de 15 a 64 años) pueden haber estado expuestos a carcinógenos pulmonares durante su vida laboral, lo que representa alrededor del 10% de los casos de cáncer de pulmón en todo el mundo. En torno al 2% de los casos de leucemia en todo el mundo pueden atribuirse a la exposición en el lugar de trabajo.
  • Radiaciones

Las radiaciones ionizantes son carcinogénicas para el hombre. Los conocimientos disponibles sobre los riesgos que comportan las radiaciones proceden principalmente de estudios epidemiológicos sobre los sobrevivientes japoneses a la bomba atómica, así como de estudios de cohortes expuestas a radiaciones médicas y en el ambiente de trabajo. Las radiaciones ionizantes pueden provocar leucemia y varios tumores sólidos, y los riesgos son mayores cuanto más joven es la persona expuesta.

Se calcula que la exposición residencial al gas radón que emana del suelo y de los materiales de construcción causa entre el 3% y el 14% de todos los casos de cáncer de pulmón, lo que la convierte en la segunda causa más importante de ese tipo de cáncer después del humo del tabaco. Los niveles de radón en el hogar pueden reducirse mejorando la ventilación y sellando los pisos y paredes. Las radiaciones ionizantes son un instrumento indispensable de diagnóstico y terapia. Para garantizar que los efectos benéficos de las radiaciones superen los posibles riesgos, los procedimientos radiológicos médicos deben prescribirse en los casos oportunos y realizarse correctamente, para reducir dosis de radiación innecesarias, especialmente en los niños.

Las radiaciones ultravioleta, y en particular las solares, son carcinógenas para el ser humano y provocan todos los principales tipos de cáncer de piel, como el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma. En 2000 se diagnosticaron en el mundo más de 200.000 casos de melanoma y se produjeron 65.000 muertes asociadas a este tipo de cáncer. Evitar la exposición excesiva y utilizar filtro solar y ropa de protección son medidas preventivas eficaces. Actualmente los aparatos de bronceado que emiten rayos ultravioleta están clasificados como carcinógenos para el ser humano por su asociación con los cánceres oculares y de piel melanocíticos.


Hábitos de vida sana, ayudan a prevenir el cáncer