Asociación Barcelonesa de Laringectomizados: febrero 2019

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miércoles, 20 de febrero de 2019

Cuida tu imagen, te sentirás mejor

Generalmente, cuando nos referimos a las repercusiones físicas del cáncer o sus tratamientos, pensamos en el cansancio y debilidad, malestar gástrico, náuseas, etc.
Los tratamientos oncológicos producen efectos secundarios que pueden afectar a la piel, al pelo y al aspecto general, que si bien no son clínicamente tan importantes, sí lo son para nuestro bienestar general.

La piel 

Cuidarnos la imagen es positivo
Es posible que debido a los tratamientos oncológicos, tu piel sufra algunos cambios. Aunque los efectos secundarios variarán en función del tipo de tratamiento, de forma general pueden aparecer sequedad, manchas o irritaciones cutáneas.
Es importante que tengas presente que éstas alteraciones, en su mayoría, son transitorias, y que pueden mejorar teniendo en cuenta algunos consejos.
Efectos de la quimioterapia
Aunque hay que saber que estos efectos secundarios varían en función del tipo de quimioterapia, y que no tienen por qué aparecer en todos los casos, puede aparecer sequedad en la piel. Si es así, es importante reponer la humedad.
Para la limpieza utiliza diariamente agua templada y jabones suaves (con ph neutro).
Con respecto a la hidratación, conviene intensificarla. Para ello:
  • Bebe mucho agua.
  • Utiliza cremas hidratantes o aceites corporales.
  • Utiliza productos que no contengan alcohol  (precaución con los perfumes).

Durante el tratamiento con quimioterapia la piel está más frágil y se deben tener precauciones especiales
  • Ten cuidado al rascarse o frotarse la piel con las manos, cepillo o esponja.
  • Al secar la piel, es aconsejable no frotarla demasiado.
  • Depilarse con maquinilla eléctrica disminuye el riesgo de irritación y cortes. Conviene evitar los depiladores químicos (por ej. cremas).
  • No es conveniente hacer limpieza de cutis. Si quieres someterse a estos tratamientos, consulta antes con su médico.
  • Está totalmente desaconsejado cualquier tipo de “peeling”, tanto facial como corporal.
  • Si te salen manchas (cuando es debido a la quimioterapia suele afectar a las zonas de roce y los pliegues cutáneos) no debes usar cremas despigmentantes sin hablar antes con el médico.

Para prevenir o reducir las manchas, lo más importante es no exponerse al sol o tener especial precaución, al menos los meses posteriores al tratamiento.
Respecto a las irritaciones en la piel producidas por la quimioterapia, pueden aparecer en cualquier zona del cuerpo, aunque suelen aparecer más frecuentemente en las palmas de las manos o plantas de los pies. La mayoría de las veces desaparecen solas al terminar el tratamiento y no necesitan una atención especial.

Recuerda que la mayoría de estos efectos son temporales y que pasado un tiempo desaparecerán.

Efectos de la radioterapia
Las alteraciones en la piel producidas por la radioterapia se limitan a la zona irradiada.
Este tratamiento puede provocar alteraciones a lo largo del tratamiento muy similares a una quemadura solar. Tras dos o tres semanas de tratamiento, aparece una coloración rojiza (se llama eritema) en la zona donde se reciben las radiaciones.
Las alteraciones en la piel producidas por la radioterapia se limitan a la zona irradiada.
Este tratamiento puede provocar alteraciones a lo largo del tratamiento muy similares a una quemadura solar. Tras dos o tres semanas de tratamiento, aparece una coloración rojiza (se llama eritema) en la zona donde se reciben las radiaciones.
La zona radiada se deberá proteger totalmente del sol al menos durante un año tras el tratamiento.
Evita la depilación en la zona irradiada. Conforme vaya avanzando el tratamiento verás que el vello de esta zona va debilitándose poco a poco hasta llegar a desaparecer. La realización de tatuajes en la zona radiada está contraindicada siempre.

Caída del cabello 

La caída total del cabello es uno de los síntomas que aparecen más frecuentemente (aunque no en todos los casos) como consecuencia del tratamiento oncológico, llegando a provocar en ocasiones un importante malestar psicológico.
En el caso de la quimioterapia la caída del cabello se trata de un proceso reversible, el pelo volverá a crecer tras el tratamiento. Con la radioterapia dependerá de la dosis administrada, pero es habitual que el vello no vuelva a crecer en la zona radiada. Habla con tu médico y pregúntale si en tu caso se te caerá o no el pelo.
En caso de que la caída sea parcial, cuando el pelo se debilita, empieza a cuidarlo. Al igual que ocurre con la piel, la limpieza e hidratación son muy importantes.
Si debido a los tratamientos se te va a caer el pelo, y según la experiencia de otras personas que han pasado por esta situación, lo mejor es cortárselo cuanto antes. Esto evita el impacto de encontrarse el pelo en la almohada o en el peine. 
Las pelucas son la alternativa más habitual ante la caída del cabello, especialmente en las mujeres. Si eliges sutilizar una peluca, piensa que puedes optar entre varias propuestas:

La imagen ayuda a la autoestima
  • Mantener tu imagen de siempre: si esto es lo que quieres, házselo saber a un profesional para que te copie el corte, color, textura del pelo, etc. Esto actualmente es posible gracias a los avances en la confección del material de las pelucas, que dan la completa sensación de estar frente a un pelo natural, aunque no sea así. 
  • Dar un giro a tu imagen: si lo que te estás planteando es un cambio, coméntaselo al profesional adecuado y déjate asesorar por él. Seguramente el resultado puede ser asombroso al verte con una imagen renovada que no podía imaginar.

Debes saber que en la mayoría de las comunidades autónomas, los organismos públicos no financian este gasto, si bien hay una gran variedad de precio, sobre todo dependiendo de si son naturales o sintéticas. El precio de las pelucas sintéticas es de 150 € aproximadamente, sin embargo las pelucas naturales oscilan entre los 150 € y los 900 €.
En el caso de que decidas utilizar una peluca puedes acceder a ellas en las ortopedias, peluquerías y tiendas especializadas.

Pide asesoramiento a las personas que te atienden. 
Además de las pelucas, puedes utilizar gorros o pañuelos, por ejemplo. Por otro lado cada vez son más las mujeres que se sienten más cómodas sin utilizar ninguno de estos accesorios, así que si este es su caso, ¡adelante!

Caída de cejas, pestañas y alteraciones de las uñas 

Normalmente junto con la caída del cabello aparece la caída de las cejas, pestañas y el resto del vello corporal. También pueden producirse alteraciones en las uñas.
  • Cuando el pelo de las cejas se cae, puedes tratar de dibujártelas. 
  • Las pestañas también pueden caerse. Aunque existen pestañas postizas en el mercado, no son aconsejables, porque requieren de unos pegamentos que pueden dañarte el borde del párpado. Es mejor que, una vez más, consultes a un especialista. 
  • Las uñas se pueden debilitar, volverse quebradizas y agrietadas. También pueden aparecer unas líneas o bandas verticales. A veces se oscurecen. Protégelas cuando realices tareas domésticas como limpiar o fregar o cualquier otra actividad en la que las uñas puedan estar en contacto con sustancias que puedan resultar irritantes. No utilices cortacutículas ni otros utensilios que puedan producir cortes en la piel.

Y recuerda, ante cualquier duda, consulta con tu médico.



 
Cuidar la imagen ayuda a sentirse bien

lunes, 4 de febrero de 2019

Comunicado. Día Mundial contra el Cáncer 2019: Expertos internacionales piden medidas urgentes en pro de la detección temprana del cáncer

  • Lanzamiento inaugural del lema de la campaña de 3 años del Día Mundial contra el Cáncer: «Yo Soy y Voy A»
  • La detección temprana, el cribado y el diagnóstico, entre las formas más efectivas de salvar más vidas
  • Más de 18 millones de nuevos casos de cáncer diagnosticados en 2018 en todo el mundo
  • Los estudios de caso reflejan conocimientos expertos para mejorar la detección temprana
Lunes, 4 de febrero (Worldcancerday.org) – El Día Mundial contra el Cáncer de 2019 señala la necesidad de tomar medidas urgentes para potenciar la detección, el cribado y el diagnóstico del cáncer en sus fases iniciales con el fin de mejorar significativamente las probabilidades de sobrevivir de los pacientes con cáncer. Bajo el lema «Yo Soy y Voy A», el Día Mundial contra el Cáncer, liderado por la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC), pretende incitar a las personas, a la comunidad de la salud y a los gobiernos a aumentar la concienciación pública y el acceso a la detección temprana, al cribado y al diagnóstico.
En 2018 hemos sido testigos de más de 18 millones de nuevos casos1] de cáncer en todo el mundo, de los cuales 5 millones fueron casos de cáncer de mama, de cuello uterino, colorrectal y oral que podrían haberse detectado antes y tratado más eficazmente[2]. La detección temprana, el cribado y el diagnóstico mejoran las tasas de supervivencia y la calidad de vida de los pacientes, a la vez que reducen significativamente el coste y la complejidad del tratamiento oncológico. Obstáculos individuales, en el sistema sanitario o a nivel gubernamental son comunes en todo el mundo e impiden que millones de personas reciban un diagnóstico temprano y un mejor tratamiento.
El doctor Cary Adams, Director Ejecutivo de la Unión Internacional Contra el Cáncer, afirmó lo siguiente: «En este Día Mundial contra el Cáncer queremos que las personas sepan que hay muchos cánceres que pueden tratarse e incluso curarse, especialmente si se detectan y tratan lo antes posible. Al detectar el cáncer en su etapa más temprana, aprovechamos esta extraordinaria oportunidad para evitar millones de muertes innecesarias en todo el mundo».

La detección temprana, el cribado y el diagnóstico mejoran las tasas de supervivencia 

A nivel global, la mayoría de los cánceres puede detectarse de manera temprana. Cuando un cáncer se detecta en una fase temprana —y se combina con un tratamiento adecuado—, la posibilidad de sobrevivir más de cinco años es mucho más elevada que cuando se detecta en una fase posterior en la que el tumor se ha extendido y la enfermedad está más avanzada.
En Estados Unidos, se calcula que solo el 15% de las mujeres diagnosticadas de cáncer de cuello uterino en fase avanzada podría sobrevivir más de 5 años. Ese porcentaje asciende al 93% si la enfermedad se diagnostica cuando el cáncer aún no se ha extendido a los tejidos cercanos[3]. Este patrón se mantiene incluso en contextos donde los ingresos son bajos. En la India, un estudio realizado en mujeres del medio rural con cáncer de cuello uterino señaló que el 9% de las mujeres diagnosticadas en fase IV podría sobrevivir más de 5 años mientras que el 78% lo haría si la enfermedad fuera diagnosticada en fase I[4].

La detección temprana, el cribado y el diagnóstico ahorran dinero 

El diagnóstico temprano también puede reducir el coste del tratamiento. Estudios realizados en países con ingresos altos demuestran que los tratamientos de pacientes diagnosticados de forma temprana cuestan entre dos y cuatro veces menos que los tratamientos de pacientes con cáncer avanzado[5]. Un estudio realizado en Estados Unidos refleja que el ahorro obtenido gracias al diagnóstico temprano es de 26 mil millones de dólares al año a nivel nacional[6]. mientras que en otro estudio del África subsahariana y del Sudeste Asiático quedó claramente demostrada la rentabilidad de las iniciativas de intervención temprana, especialmente en los programas de cribado de cáncer de cuello uterino y colorrectal[7]. A pesar de ello, millones de casos de cáncer son diagnosticados tarde, lo que implica tratamientos caros y complejos, una menor calidad de vida y muertes que podrían evitarse. 
Su Alteza Real la Princesa Dina Mired, Presidenta de la UICC y madre de un superviviente de cáncer, afirmó lo siguiente:  «El cáncer avanza con mayor facilidad en los casos en los que se diagnostica de forma tardía. El retraso le permite extenderse y causar daños de una manera indiscutible. Por esta razón, os animo a todos a que, en este Día Mundial contra el Cáncer, os familiaricéis con los signos y síntomas de esta enfermedad y a no tener miedo de buscar ayuda inmediatamente. De la misma forma, animo a los gobiernos a que prioricen y sistematicen los programas de detección temprana y de cribado para que sea más fácil acceder a ellos, y dar a todos la oportunidad de enfrentarse al cáncer».

Barreras individuales para la detección temprana, el cribado y el diagnóstico

Existe una serie de factores físicos, psicológicos y socioeconómicos a nivel individual que pueden afectar a la detección temprana y el cribado, como son la edad, algunas pautas masculinas, sentimientos de vergüenza y miedo y una concienciación deficiente en torno a la salud.  
La edad puede influir enormemente en la capacidad de las personas para comprender y comunicar los síntomas tempranos de cáncer, lo que hace que los niños sean un grupo especialmente vulnerable. Sin embargo, los cánceres infantiles están entre las formas de cáncer más tratables; el 80% de los cánceres infantiles se puede curar si se diagnóstica y trata de forma inmediata[8]
Algunas pautas masculinas[9], junto con la acusada falta de promoción de la salud relativa a su género[10], pueden provocar comportamientos que eviten buscar ayuda, incluso cuando los hombres sospechan de forma temprana que pueden tener un cáncer. El apoyo de cónyuges y miembros de la familia ha resultado ser el factor principal que anima a los hombres a buscar ayuda. 
Los sentimientos de vergüenza y miedo, combinados con las creencias culturales y una concienciación deficiente en torno a la salud, también pueden hacer que las personas eviten solicitar atención médica o asistir a los programas de cribado. En 2018, un estudio en Reino Unido señaló que una de cada cuatro personas no solicitaría atención médica tras encontrar un posible síntoma de cáncer por miedo al diagnóstico[11]. Con el fin de cambiar estos comportamientos, las campañas de concienciación deben hacer hincapié en la importancia de realizar un diagnóstico temprano y animar a la gente a buscar ayuda pronto. En Bangladés, una encuesta en pacientes con cáncer de mama indicó que casi la mitad de los encuestados probó inicialmente un tratamiento alternativo antes de buscar asistencia médica convencional, lo que retrasó cuatro meses, de media, el diagnóstico de la enfermedad [12]. Con el fin de lograr una mayor participación en los programas de detección, es preciso que dichos programas estén adaptados a la cultura en cuestión, lo que supondría una mejora en la formación de competencias culturales del personal sanitario y un aumento en el número de educadores de programas de un determinado grupo cultural.

Barreras en el sistema sanitario para la detección temprana, el cribado y el diagnóstico 

La posibilidad de aumentar el nivel de concienciación entre médicos, enfermeros y otros profesionales de la salud en cuanto a la detección temprana es real, especialmente a nivel de la atención primaria. En Reino Unido, un estudio concluyó que la mayoría de las personas presenta signos y síntomas de cáncer detectables a nivel de atención primaria el año anterior a su diagnóstico formal de cáncer[13]. Sin embargo, aun cuando un médico o facultativo sospeche de la posibilidad de un cáncer, las deficiencias en el sistema pueden impedir que se derive a dichos pacientes de forma apropiada para realizarles pruebas y establecer un diagnóstico, lo que genera retrasos en su tratamiento. Cuando los pacientes sí se derivan para realizar las pruebas diagnósticas, las limitaciones en el acceso a los servicios de patología y las tecnologías de diagnóstico pueden provocar que los servicios de salud se retrasen a la hora de ofrecer diagnósticos tempranos y tratamientos para el cáncer. Esto sucede especialmente en países de ingresos bajos, donde se observa una gran cantidad de diagnósticos en fase avanzada —solamente el 35 % de los países de ingresos bajos afirmó que los servicios de patología estaban disponibles a nivel general, en comparación con los países de ingresos altos, donde el porcentaje asciende a más del 95%[14]

Los gobiernos deben convertir sus compromisos en acciones

Como parte de su iniciativa estrella Tratamiento para todos, la UICC y sus más de 1100 organizaciones miembro, presentes en más de 170 países, instan a los gobiernos a que conviertan su compromiso de reducir la incidencia del cáncer en medidas concretas a nivel nacional. El Plan Nacional de Control del Cáncer de cualquier país debe incluir unas medidas sólidas de detección y de diagnóstico temprano, así como unas medidas concretas para la mejora de la prevención, tratamiento y cuidado oncológicos. Al poner en marcha estrategias con recursos apropiados, basadas en la prevención, la detección temprana y el tratamiento, se pueden salvar hasta 3,7 millones de vidas cada año[15].
Para mejorar la detección temprana, el cribado y el diagnóstico, y en consonancia con las directrices establecidas por la Organización Mundial de la Salud[16], la UICC recomienda a todos los gobiernos lo siguiente:
  • Que tomen medidas para reducir el estigma y aumentar el nivel de concienciación pública en torno a las señales y los síntomas del cáncer
  • Que lleven a cabo cribados y programas de detección temprana rentables y basados en la población
  • Que refuercen los mecanismos de derivación de los sistemas nacionales de salud para que se dirijan los posibles casos de cáncer a instalaciones que ofrezcan servicios de diagnóstico y de tratamiento
  • Que aumenten la inversión en las capacidades de diagnóstico.
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director general de la Organización Mundial de la Salud, afirmó lo siguiente: «Durante muchos años el cáncer se ha visto como una enfermedad muy compleja y muy cara de gestionar. En realidad, no es así. Si no respondemos de manera contundente al cáncer, las consecuencias económicas y sociales serán astronómicas. Para ganar la lucha contra el cáncer, los países deben garantizar que los servicios para la prevención, detección temprana y tratamiento oncológico, así como los cuidados paliativos, están integrados en paquetes de prestaciones como parte de los esfuerzos por lograr una cobertura sanitaria universal».