Asociación Barcelonesa de Laringectomizados: abril 2015

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jueves, 30 de abril de 2015

Quimio, nauseas y vómitos

Las náuseas y los vómitos, además de ser los efectos secundarios más frecuentes de la quimioterapia, suelen ser los más temidos.

Pueden aparecer tempranamente (1 ó 2 horas después de la administración) o tardíamente (24 horas o más después del ciclo). Generalmente desaparecen en unos pocos días.

Tu oncólogo conoce que fármacos son los que con mayor frecuencia provocan estos síntomas. Si el tratamiento que va a administrarte incluye alguno de ellos, indicará que se te administre antes de la quimioterapia un tratamiento con algún fármaco antiemético (medicamento cuya finalidad es hacer disminuir o desaparecer las náuseas y vómitos). Habitualmente, también se recomienda que durante varios días se tome un antiemético por vía oral.

Personas que han experimentado náuseas y vómitos después de la última quimioterapia, y que además tienen un alto nivel de ansiedad, pueden presentar vómitos anticipatorios. Este cuadro aparece por asociación de estímulos del ambiente, distintos a la quimioterapia, con la propia quimioterapia. Por ejemplo, se asocia el olor del hospital a la quimioterapia, por lo que cuando se accede al centro sanitario se desencadenan los vómitos.

Para el tratamiento de los vómitos anticipatorios también puede ser de utilidad emplear ansiolíticos y técnicas de relajación que ayuden a reducir el nivel general de ansiedad.

Si aparecen los síntomas anteriormente descritos, o sientes cierto malestar, además de informar a tu médico, puedes poner en práctica alguna de estas recomendaciones:
  • Reparte la comida en pequeñas cantidades (5-6 veces al día).
  • Evita olores desagradables. Es preferible que en los días posteriores al tratamiento otra persona se encargue de preparar las comidas.
  • Es aconsejable tomar las comidas a temperatura ambiente o frescas, ya que las calientes pueden favorecer la aparición de náuseas.
  • Come despacio, masticando bien los alimentos.
  • Evita comidas ricas en grasas (frituras, salsas, quesos grasos, leche entera, etc.), ya que dificultan la digestión.
  • Descansa después de cada comida, preferiblemente sentado, al menos durante una hora.
  • No olvides tomar la medicación que te haya recetado el médico.
  • No comas nada al menos durante 2 horas antes de acudir al hospital para recibir la quimioterapia.

En algunas personas, las náuseas y los vómitos pueden tener un componente psicológico. Puede ocurrir, por ejemplo, que presenten éstos síntomas antes de empezar a recibir tratamiento (al llegar al edificio del hospital o al percibir determinados olores...). Esto se explica en virtud de un mecanismo psicológico por el que asociamos respuestas fisiológicas a determinadas situaciones.

En éstos casos, las técnicas de relajación y exposición han demostrado ser útiles. Si no eres capaz de manejar y controlar tu ansiedad y las reacciones de naúseas y vómitos por tí mismo, puedes pedir ayuda a un psicólogo especializado.


miércoles, 29 de abril de 2015

Llagas en la boca o mucositis

La mucositis es una inflamación en la mucosa del interior de la boca y la garganta que puede generar dolorosas úlceras y llagas en la boca. Se produce hasta en el 40 % de las personas que reciben quimioterapia. Además de la quimioterapia, la radioterapia en la zona de la cabeza y el cuello puede causar mucositis. En las personas que han recibido un trasplante de médula ósea/células madre, la mucositis es un signo posible de enfermedad injerto contra huésped , que ocurre cuando las células sanguíneas donadas reconocen el cuerpo del paciente como extraño y lo atacan.

Un aspecto importante del tratamiento y la atención del cáncer es aliviar los efectos secundarios, lo que también se denomina control de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Hable con su equipo de atención médica sobre cualquier síntoma de mucositis que experimente, incluido cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas.

Control de la mucositis

La mejor manera de controlar la mucositis es prevenirla o tratarla antes de su inicio o apenas aparezca. Chupar astillas de hielo justo antes y durante cada sesión de quimioterapia puede reducir la aparición de la mucositis causada por ciertos tipos de quimioterapia, como las inyecciones de fluorouracilo (5-FU, Adrucil). Si se presenta mucositis, el médico puede recomendar un anestésico local, como una solución de enjuague bucal que contiene lidocaína (a veces denominada fango mágico, enjuague bucal mágico o combinación triple) o analgésicos (fármacos como paracetamol [Tylenol] o analgésicos recetados). A menos que el médico indique lo contrario, es importante evitar tomar aspirinas durante el tratamiento para el cáncer. En la actualidad están investigándose otros fármacos para prevenir o tratar la mucositis.

También es una buena idea cuidar la boca durante el tratamiento para el cáncer. Las sugerencias a continuación pueden ser de utilidad:
  • Cepíllese los dientes con suavidad, con una pasta dental con flúor varias veces al día.
En ocasiones, si la mucositis es grave, puede utilizarse un hisopo bucal en lugar de un cepillo de dientes. Un hisopo bucal es básicamente una esponja en una vara.
  • Use el hilo dental con suavidad.
  • Enjuáguese o haga gárgaras con una solución de agua salada y bicarbonato de sodio (1/2 cucharadita de té de sal y 1/2 de bicarbonato de sodio en un vaso de agua) y evite enjuagues bucales que tienen alcohol.
  • Minimice el tiempo que usa la dentadura. Evite usarla a la noche y considere quitársela entre comidas para ayudar a minimizar la irritación.
  • Elija alimentos que requieran masticar poco o nada.
  • Evite los alimentos ácidos, con especias, salados, ásperos y secos.
Las personas que reciben radioterapia en la cabeza y el cuello deben consultar a un dentista oncólogo (un dentista con experiencia en el tratamiento de personas con cáncer de cabeza y cuello) antes de comenzar el tratamiento. Debido a que la radioterapia puede provocar caries, es posible que se deban extraer las piezas dentales dañadas. A menudo es posible prevenir las caries con un tratamiento odontológico adecuado antes de iniciar la radioterapia. 


Una buena higiene dental ayuda a evitar la mucositis

lunes, 27 de abril de 2015

La acidez estomacal y el cáncer

La acidez estomacal puede ser un padecimiento más serio de lo que se piensa, ya que el ascenso continuo de jugos digestivos puede alterar los tejidos del esófago y favorecer el surgimiento de tumores malignos.

Comer de manera abundante, sufrir indigestión por estrés, ingerir alimentos irritantes o con mucha grasa, así como fumar y beber alcohol son factores que propician la aparición de reflujo gastroesofágico, condición en la que los fluidos que contiene el estómago regresan hacia el esófago y generan molesta sensación de “ardor interno” a la que llamamos agruras.

Es cierto que todos hemos padecido este problema alguna vez y que su presencia ocasional no es motivo de alarma, pero cuando sucede habitualmente es factor de riesgo para sufrir esófago de Barrett, padecimiento que se distingue porque el revestimiento del conducto que lleva los alimentos de la boca al estómago presenta irritación y cambios notables en su estructura celular.

Cabe recordar que el estómago tiene la función de fraccionar los alimentos en moléculas pequeñas mediante el uso de secreciones ácidas que los disuelven; por tal motivo, cuenta con un revestimiento especial que le impide sufrir lesiones mientras procesa nutrientes. Sin embargo, el esófago no tiene tal defensa y sus tejidos no son tan resistentes, de modo que su única protección es una “compuerta” que se localiza en la boca del estómago y que se cierra mediante un músculo en forma de anillo (esfínter) para evitar que la comida regrese.

El funcionamiento deficiente de esta barrera, casi siempre ocasionado por indigestión y consumo de alimentos difíciles de asimilar, hace que los líquidos gástricos regresen por el tracto digestivo hacia la boca y, cuando esto sucede de manera repetida, puede presentarse el esófago de Barrett.

De acuerdo con varias estadísticas, este problema ataca con más frecuencia a hombres que a mujeres, ya que tabaquismo, consumo de alcohol y alimentación inadecuada son más comunes en ellos. Asimismo, es común en personas mayores de 50 años cuando han practicado aquellos hábitos que son causa de reflujo gastroesofágico por períodos prolongados.

Cambio celular

El médico australiano radicado en Gran Bretaña Norman R. Barrett fue uno de los primeros científicos en reportar, en 1950, que los tejidos del esófago eran susceptibles de presentar anormalidades, pues a través de sus estudios encontró que había pacientes en quienes las células que normalmente cubren a este conducto digestivo (epitelio plano del esófago) se alternaban con otras que son similares a las que se localizan en el interior del estómago (epitelio cilíndrico).

Aunque el galeno pensó que este fenómeno era un defecto presente desde el nacimiento (congénito), investigaciones posteriores demostraron que los cambios en el tejido del esófago ocurren cuando éste entra en contacto con los jugos gástricos y biliares (utilizados para asimilar las grasas), además de que se ha comprobado que las células alteradas pueden volverse cancerosas y formar tumores.

Asimismo, hay que señalar que el surgimiento del esófago de Barrett no sólo depende de factores externos, también genéticos debido a que hay quienes desarrollan este padecimiento a pesar de tener hábitos de salud relativamente buenos y moderado problema de agruras.

Se sabe que el esófago de Barrett no genera síntomas fáciles de reconocer, pero como se vincula estrechamente con el reflujo crónico (que se presenta de manera frecuente y durante muchos años), se puede suponer su presencia a través de diversas manifestaciones:
  • Digestión difícil, lenta y molesta que disminuye su gravedad con el uso de antiácidos.
  • Pirosis o ardor detrás del esternón (hueso central del pecho), mismo que se incrementa al inclinarse, comer o dormir.
  • Dificultad para tragar alimentos (disfagia).
  • Eructos que se acompañan con sensación de acidez.
  • Regurgitación de alimento.
  • Vómito, a veces acompañado con sangre.
  • Ronquera o cambios de voz, pues los jugos digestivos que ascienden por el esófago, casi siempre al dormir, pueden dañar las cuerdas vocales.
  • Garganta irritada y tos, también por acción de los ácidos estomacales.
El diagnóstico precoz de esta alteración es fundamental y se basa en la sospecha clínica; en otras palabras, todo paciente con problema constante de reflujo gastroesofágico o con antecedentes familiares de padecimientos en este segmento del tubo digestivo, sobre todo si tiene 50 años o más, podría desarrollar esófago de Barrett y, por ende, es recomendable que se someta a evaluación.

La observación del esófago se realiza mediante endoscopio, un dispositivo médico que se inserta a través de la boca y que consiste en una cámara diminuta montada sobre un tubo flexible. La endoscopía es sistema que también permite obtener pequeña muestra de tejido esofágico para que sea analizada en laboratorio (esofagoscopia con biopsia) y determinar la gravedad del caso. Es muy probable que el gastroenterólogo solicite al paciente no comer ni beber antes de realizar dicha prueba.

Prevenir acidez y riesgos

Una vez que se ha establecido el diagnóstico de esófago de Barrett será necesario llevar a cabo medidas terapéuticas que impidan su desarrollo hacia estados más complicados o que favorezcan el surgimiento de tejidos cancerosos.

En primer lugar, se recomienda el uso de medicamentos que bloqueen el exceso de jugos gástricos (antiácidos) después de la comida, o que impidan su producción durante las horas de sueño. También es necesario llevar a cabo otras medidas y cambio de hábitos para mejorar el estado del paciente, entre ellas:
  • Bajar de peso.
  • No utilizar cinturón, pantalón o falda ajustados.
  • Evitar acostarse después de las comidas.
  • Dormir con la cabecera de la cama elevada.
  • Tomar los medicamentos con mucha agua.
  • Evitar el consumo de grasa, chocolate, cafeína, chile y condimentos, pues favorecen la aparición de agruras.
  • Eliminar el consumo de alcohol, tabaco y bebidas gaseosas.
El bloqueo de los jugos biliares representa un problema mayor y poco estudiado, ya que los fármacos que eliminan o reducen a los ácidos gástricos no actúan sobre ellos. Por tal motivo, el paciente debe permanecer bajo vigilancia médica y, de acuerdo con el criterio del gastroenterólogo tratante, se someterá a esofagoscopia periódicamente  a fin de monitorear posibles cambios.

Si el esófago de Barrett evoluciona de manera desfavorable y hay evidencia médica de que se presentan alteraciones celulares que pudieran desencadenar en cáncer, se puede recomendar una cirugía para la extirpación de una porción del esófago (resección esofágica).

Empero, en fechas recientes se ha desarrollado una técnica menos agresiva, llamada terapia fotodinámica, que se basa en el uso de una “tinta” que se acumula en las membranas de las células cancerosas (fotofrina) y una fuente de luz que activa a dicha sustancia y destruye al tumor (balón esofágico). El resultado es la eliminación de las células anormales que revisten al esófago sin afectar el tejido normal.

Finalmente, resta señalar que el diagnóstico y tratamiento oportuno del reflujo gastroesofágico puede prevenir el inicio del esófago de Barret. Por ello es muy importante que cuando este problema se presente de manera constante, se acuda con el médico familiar o gastroenterólogo para llevar a cabo medidas que permitan el control de la enfermedad.


El reflujo puede ser más serio de lo que pueda parecer
 

jueves, 23 de abril de 2015

miércoles, 22 de abril de 2015

¿Cuál es la prueba de que beber alcohol causa cáncer?

Con base en revisiones extensas de estudios de investigación, hay un fuerte consenso científico de la asociación que hay entre beber alcohol y varios tipos de cáncer .  En su Informe sobre Carcinógenos, el Programa Nacional de Toxicología del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos incluye en la lista el consumo de bebidas alcohólicas como conocido carcinógeno humano.

La comprobación de la investigación indica que en cuanto más alcohol bebe una persona, en especial, en cuanto más alcohol bebe una persona regularmente con el tiempo, mayor será su riesgo de presentar un cáncer asociado con el alcohol. Con base en los datos de 2009, se calcula que 3,5% de todas las muertes por cáncer en los Estados Unidos (cerca de 19 500) están relacionadas con el alcohol .

Han surgido patrones claros entre el consumo de alcohol y el padecimiento de los siguientes tipos de cáncer:
  • Cánceres de cabeza y cuello: El consumo de alcohol es un factor principal de riesgo de algunos cánceres de cabeza y cuello, en especial de los cánceres de la cavidad oral (sin incluir los labios), de faringe (garganta) y de laringe . Las personas que consumen 50 gramos de alcohol o más al día (aproximadamente 3,5 bebidas o más al día) tienen al menos un riesgo dos o tres veces mayor de padecer estos cánceres que quienes no beben . Más aún, los riesgos de estos cánceres son substancialmente mayores en personas que consumen esta cantidad de alcohol y también usan tabaco .
  • Cáncer de esófago: El consumo de alcohol es un factor principal de riesgo para un tipo determinado de cáncer de esófago que se llama carcinoma de células escamosas de esófago. Además, se ha descubierto que las personas que heredan una deficiencia en una enzima que procesa el alcohol tienen riesgos substancialmente mayores de carcinoma de células escamosas de esófago asociado con el alcohol
  • Cáncer de hígado: El consumo de alcohol es un factor independiente de riesgo para cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular) y su causa principal . (La infección crónica por el virus de la hepatitis B y por el virus de la hepatitis C son las otras causas principales de cáncer de hígado).
  • Cáncer de seno: Más de 100 estudios epidemiológicos han considerado la asociación entre el consumo de alcohol y el riesgo de cáncer de seno en las mujeres. Estos estudios han encontrado invariablemente un riesgo mayor de cáncer de seno asociado con un consumo mayor de alcohol. Un metanálisis de 53 de estos estudios (que incluyeron a un total de 58 000 mujeres con cáncer de seno) indicó que las mujeres que bebieron más de 45 gramos de alcohol diarios (casi tres bebidas) tuvieron 1,5 veces el riesgo de padecer cáncer de seno que quienes no lo hicieron, (un riesgo modestamente mayor) . El riesgo de cáncer de seno fue mayor en todos los niveles de consumo de alcohol: por cada 10 gramos de alcohol consumido al día (un poco menos de una bebida), los investigadores observaron un pequeño (7%) aumento en el riesgo del cáncer de seno. El Estudio del Millón de Mujeres en el Reino Unido (el cual incluyó a más de 28 000 mujeres con cáncer de seno) proporcionó un cálculo más reciente, y ligeramente más alto, del riesgo de cáncer de seno en niveles bajos y moderados de consumo de alcohol: cada 10 gramos de alcohol consumidos en un día estuvieron asociados a un aumento de 12% en el riesgo de cáncer de seno .
  • Cáncer colorrectal: El consumo de alcohol está asociado con un riesgo modestamente mayor de cánceres de colon y de recto. Un metanálisis de 57 estudios de control de casos y de cohortes, que examinaron la asociación entre el consumo de alcohol y el riesgo de cáncer colorrectal, indicó que las personas que bebieron regularmente 50 gramos de alcohol o más diarios (aproximadamente 3,5 bebidas) tenían 1,5 veces el riesgo de presentar cáncer colorrectal que quienes no bebían o que eran bebedores ocasionales . Por cada 10 gramos de alcohol consumidos al día, había un pequeño aumento (7%) en el riesgo de cáncer colorrectal.

Hay patrones claros entre alcohol y cáncer

martes, 21 de abril de 2015

OMS: La contaminación ambiental causa cáncer

En una confirmación de lo que muchos suponían, se llegó a la conclusión científica de que la contaminación ambiental causa cáncer pulmonar

La Agencia Internacional de Investigación Oncológica (IARC por sus siglas en inglés) declaró que la contaminación aérea es un carcinógeno junto con peligros conocidos como asbesto (amianto), tabaco y radiación ultravioleta. A esa conclusión se llegó después de la consulta de un panel experto organizado por la Organización Mundial de la Salud.

"Consideramos que este es el carcinógeno ambiental más importante, más que el tabaquismo pasivo", afirmó Kurt Straif, titular del departamento de la IARC que evalúa las sustancias causantes de cáncer. La IARC ya había considerado como carcinógenos algunos de los componentes de la contaminación ambiental como las emanaciones del diésel, pero esta esta es la primera vez que considera la contaminación ambiental en general como causante de cáncer.

El riesgo al individuo es escaso, pero Straif dijo que las principales causas de la contaminación son numerosas, incluso el transporte, las plantas de energía y las emisiones industriales y agrícolas.

La contaminación ambiental es una mezcla compleja que incluye gases y partículas, y la IARC dijo que uno de sus principales riesgos son las pequeñas partículas que pueden depositarse en los pulmones.

"Esto es difícil de evitar", dijo, y señaló las nubes oscuras de fábricas cercanas a su oficina en Lyon. "Cuando camino por una calle con fuerte contaminación de emanaciones de diésel, trato de alejarme", dijo. "Eso es algo que uno puede hacer".

El hecho de que casi todo ser humano esté expuesto a la contaminación ambiental podría hacer que los gobiernos y otras agencias adoptaran controles más estrictos sobre las emanaciones. Straif señaló que la OMS y la Comisión Europea revisan sus límites recomendados para la contaminación aérea.

Hasta ahora, se consideraba que la contaminación aumentaba las probabilidades de enfermedades cardíacas y respiratorias.

La clasificación del panel de expertos se efectuó después que los científicos analizaron más de 1.000 estudios en el mundo y llegaron a la conclusión de que había evidencias suficientes de que la exposición a la contaminación ambiental en espacios abiertos causa cáncer pulmonar.

En el 2010, la IARC dijo que se registraban más de 220.000 muertes por ese cáncer asociado a la contaminación ambiental. La agencia también notó un vínculo con un riesgo ligeramente mayor de cáncer vesicular.

Straif señaló que había notables diferencias en la calidad del aire en distintas ciudades del mundo y que las metrópolis más contaminadas estaban en China e India, donde mucha gente usa máscaras protectoras en la calle.

"Esto es algo que tienen que atender los gobiernos y las agencias ambientales", afirmó Straif. "La gente por cierto puede contribuir haciendo cosas como no conducir un automóvil grande de diésel, pero esto requiere políticas mucho más amplias de las autoridades nacionales e internacionales".

Otros expertos enfatizaron que el riesgo de cáncer de la contaminación para el común de las personas era muy escaso, pero virtualmente inevitable.

"Uno puede escoger no beber ni fumar, pero no puede controlar si va a estar expuesto o no a la contaminación ambiental", opinó Francesca Dominici, profesora de bioestadística en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. "Uno no puede decidir no respirar", agregó. Dominici no participó en el panel de la IARC.

El riesgo de cáncer de una persona depende de numerosas variables, incluso la genética, la exposición a sustancias peligrosas y opciones sobre estilos de vida relacionados con cuestiones con consumo de alcohol, tabaquismo y ejercitación.

Dominici dijo que los científicos todavía tratan de calcular qué proporción de contaminación es la más letal y propuso un enfoque más preciso.

"El nivel de contaminación ambiental en Estados Unidos es mucho, mucho menor que el que solía ser, pero todavía hallamos evidencias de cáncer y defectos de nacimiento", advirtió. "La cuestión es ¿cómo vamos a limpiar todavía más el aire?"


La contaminación ambiental causa cáncer

lunes, 20 de abril de 2015

Cuando el gusto cambia por el cáncer

La disgeusia (alteración en el sentido del gusto) puede presentarse durante el tratamiento para el cáncer o después. Algunos alimentos pueden tener un sabor diferente, otros pueden no tener demasiado sabor o bien todo puede tener el mismo sabor. Específicamente, es posible que los alimentos amargos, dulces y salados ahora tengan un sabor diferente, y algunas personas sienten un gusto metálico o químico en la boca, en especial después de ingerir carne u otros alimentos con alto contenido proteico. Los cambios en el gusto pueden producir aversión (rechazo) a la comida, pérdida del apetito y pérdida de peso.

Un aspecto importante del tratamiento y la atención del cáncer es aliviar los efectos secundarios, lo que también se denomina control de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Hable con su equipo de atención médica sobre toda alteración en el gusto que experimente, incluido cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas.

Causas

Las alteraciones en el gusto son un efecto secundario frecuente de la quimioterapia; cerca de la mitad de las personas que reciben quimioterapia experimentan alteraciones en el gusto. Entre los tipos de quimioterapia que suelen estar asociados a alteraciones en el gusto se encuentran el cisplatino (Platinol), la ciclofosfamida (Cytoxan, Neosar), la doxorrubicina (Adriamycin), el fluorouracilo (5-FU, Adrucil), el paclitaxel (Taxol) y la vincristina (Oncovin, Vincasar PFS). Las alteraciones en el gusto que produce la quimioterapia suelen desaparecer entre tres y cuatro semanas después de finalizado el tratamiento. Algunos otros medicamentos, entre ellos algunos medicamentos opioides (analgésicos como la morfina que actúan en el sistema nervioso central) y antibióticos, también pueden producir alteraciones en el gusto.

La radioterapia en la cabeza y el cuello a menudo causa cambios en el gusto porque daña las papilas gustativas y las glándulas salivares. También puede producir cambios en el sentido del olfato. Como el gusto y el olfato están íntimamente vinculados, los cambios en el sentido del olfato pueden afectar el sabor de los alimentos. Las alteraciones en el gusto producidas por la radioterapia suelen comenzar a mejorar entre tres semanas y dos meses después de finalizado el tratamiento. La mejora puede continuar durante alrededor de un año, pero es posible que el sentido del gusto no vuelva a ser como antes del tratamiento, en especial si las glándulas salivales están dañadas.

Otras causas de alteraciones en el gusto incluyen cirugía en la nariz, la garganta o la boca; terapias biológicas como la interleucina-2 (IL-2, denominada aldesleuquina [Proleukin]); sequedad de boca; daño a los nervios involucrados en el gusto; infecciones en la boca; problemas en los dientes o las encías; y náuseas y vómitos.

Control y tratamiento

En la mayoría de los casos, no hay tratamientos específicos para los problemas en el gusto. Hable sobre cualquier alteración en el gusto con su médico. Un tratamiento recomendado por un dentista lo ayudará a mejorar las alteraciones en el gusto generadas por infecciones en la boca, sequedad de boca o problemas en los dientes o las encías.

Considere los siguientes consejos para sobrellevar las alteraciones en el gusto. Según la causa de las alteraciones en el gusto, es posible que los diferentes consejos funcionen mejor para algunas personas que para otras.
  • Elija alimentos con buen aroma y sabor, aunque no esté familiarizado con ese alimento.
  • Elimine los olores de la cocción: use un extractor, cocine en una parrilla al aire libre o compre alimentos precocinados. Los alimentos fríos o a temperatura ambiente también tienen menos olor.
  • Ingiera alimentos fríos o congelados, que pueden tener un mejor sabor que los calientes, a menos que esté recibiendo una quimioterapia denominada oxaliplatino (Eloxatin), que dificulta ingerir algo frío.
  • Use utensilios de plástico y de vidrio para minimizar el sabor metálico.
  • Consuma goma de mascar de menta y sin azúcar o caramelos duros (de menta, limón o naranja) para quitar el sabor metálico o amargo de la boca.
  • Si la carne roja no tiene buen sabor, pruebe con otras fuentes de proteína, como carne de aves de corral, huevos, pescado, mantequilla de maní, porotos o productos lácteos.
  • Marine las carnes en jugo de frutas, vinos dulces, condimentos para ensaladas u otras salsas.
  • Condimente los alimentos con hierbas, especias, azúcar, limón o salsas.
  • Para evitar la aversión a los alimentos causada por las náuseas y los vómitos, no coma entre una y dos horas antes y hasta tres horas después de la quimioterapia. Además, no consumir alimentos favoritos antes de la quimioterapia ayuda a evitar la aversión a esos alimentos.
  • Enjuagarse con una solución de sal y bicarbonato de sodio (½ cucharadita de té de sal y ½ de bicarbonato de sodio en 1 taza de agua tibia) antes de las comidas puede servir para neutralizar sabores desagradables en la boca.
  • Mantenga una buena limpieza y salud bucal cepillándose con frecuencia y limpiándose con hilo dental todos los días.
  • En algunas personas, los suplementos de sulfato de zinc pueden ayudar a mejorar el gusto. Sin embargo, consulte con el médico antes de tomar cualquier suplemento dietario, en especial durante el tratamiento activo.

Algunos alimentos pueden tener un sabor diferente

viernes, 17 de abril de 2015

Dificultad para tragar o disfagia

Hay dificultad para tragar, denominada disfagia, cuando una persona tiene problemas para pasar los alimentos o los líquidos por la boca o la garganta. Algunas personas pueden sentir náuseas, tener tos o ahogarse al intentar tragar, mientras que otras pueden tener la sensación de que la comida les queda atascada en la garganta.

Causas

Una de las causas es el cáncer mismo, en especial el cáncer bucal, de garganta o de esófago, que puede hacer que los conductos se limiten o achiquen. También es un efecto secundario frecuente de algunos tratamientos para el cáncer, como radioterapia, cirugía y, con menor frecuencia, quimioterapia. Los efectos secundarios del tratamiento para el cáncer que también pueden causar dificultades para tragar incluyen:
  • Fibrosis, que es la formación de cicatrices o rigidez en la garganta, el esófago o la boca
  • Infecciones de la boca o el esófago causadas por la radioterapia o la quimioterapia
  • Hinchazón o estrechamiento de la garganta o el esófago causados por la radioterapia o la cirugía
  • Cambios físicos en la boca, la mandíbula, la garganta o el esófago causados por la cirugía
  • Mucositis, que es molestia, dolor o inflamación en la garganta, el esófago o la boca. El dolor relacionado con la mucositis puede empeorar los problemas para tragar
  • Xerostomía, comúnmente denominada sequedad en la boca, a causa de la radioterapia o la quimioterapia también puede empeorar los problemas para tragar

Control

Un aspecto importante del tratamiento y la atención del cáncer es aliviar los efectos secundarios, lo que también se denomina control de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Hable con su equipo de atención médica sobre cualquier síntoma que experimente, incluido cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas. Para controlar mejor los problemas para tragar, es importante distinguir entre sentir que los alimentos se atoran en la garganta o que van por el camino equivocado, y el dolor al tragar.

Su médico puede derivarlo a un patólogo del habla para que le enseñe cómo tragar más fácilmente y evitar ahogarse y tener arcadas al comer y beber. Un patólogo del habla es un profesional que se especializa en ayudar a las personas a usar los músculos de la boca y la garganta. Los patólogos del habla con formación avanzada en deglución pueden ser identificados porque cuentan con un certificado de especialidad en deglución y trastornos de la deglución (Board Certification in Swallowing and Swallowing Disorders, BCS-S). En lugar de esperar a que comiencen los problemas para tragar, en general es mejor para muchos pacientes, especialmente aquellos con cáncer que afecta la garganta, consultar a un patólogo del habla para comenzar la terapia de la deglución antes de comenzar el tratamiento para el cáncer.

Si experimenta dolor al tragar, denominado odinofagia, su médico puede recetarle medicamentos para disminuir la inflamación y el dolor. Algunos analgésicos son enjuagues bucales que se utilizan directamente antes de comer. Es posible que a las personas que tienen una infección en la boca o la garganta, por ejemplo, una infección producida por hongos, como la candidiasis bucal, se les receten medicamentos para tratar la infección.

Si los problemas para tragar dificultan el consumo de una dieta nutritiva, quizá sea necesario que se administren los alimentos o los líquidos mediante una sonda que pasa a través de la nariz o la pared del intestino hacia el estómago hasta que la deglución sea más fácil.

Consejos sobre alimentación para personas con dificultades para tragar

Es posible que determinados métodos funcionen mejor para algunas personas que para otras, según la gravedad y la causa de los problemas para tragar. Pruebe tipos diferentes de alimentos y maneras de ingerir hasta que encuentre lo que sea mejor para usted. Recuerde siempre que la meta es llevar una dieta nutritiva con las suficientes calorías, proteínas y vitaminas y minerales. A continuación se incluyen algunos consejos adicionales.
  • Ingiera alimentos blandos y suaves como yogur, budín o helado.
  • Triture o procese los alimentos o hidrate los alimentos secos con caldo, salsa, mantequilla o leche.
  • Pruebe espesar los líquidos agregando gelatina, tapioca, cereal de arroz para bebés o productos para espesar líquidos de venta en comercios. Los líquidos más espesos son más fáciles de tragar.
  • Use una pajilla para beber líquidos y alimentos blandos.
  • Ingiera alimentos fríos para ayudar a adormecer el dolor, o a temperatura ambiente.
  • Introduzca en la boca bocados pequeños y mastique lenta y minuciosamente.
  • Cuando coma o beba, siéntese derecho.
  • Si pierde peso, ingiera comidas pequeñas y frecuentes, y elija alimentos que tengan alto contenido de proteínas y calorías, como huevos, batidos de leche, cazuelas y batidos nutricionales.
  • Evite los alimentos secos, ásperos o duros, y los alimentos que deban masticarse mucho.
  • Consulte a un patólogo del habla para aprender acerca de los alimentos y las formas para prepararlos, que le pueden resultar más fáciles o más seguros para tragar.
  • Pida una derivación para consultar a un dietista matriculado para obtener asesoramiento adicional sobre cómo tener una dieta equilibrada.


La disfagia es un efecto secundario frecuente en radioterapia

jueves, 16 de abril de 2015

La xerostomía: cuando la boca se seca demasiado

La xerostomía, comúnmente denominada sequedad en la boca, ocurre cuando las glándulas salivales no producen suficiente saliva como para mantener la boca húmeda. Dado que la saliva es necesaria para masticar, tragar, saborear y hablar, estas actividades pueden ser más difíciles con la boca seca.

Signos y síntomas

Los signos y síntomas de la sequedad en la boca incluyen los siguientes:
  • Sensación de boca pegajosa y seca
  • Saliva espesa y viscosa
  • Dolor o ardor en la boca o en la lengua
  • Agrietamiento en los labios o en las comisuras de los labios
  • Lengua seca y áspera
  • Dificultad para masticar, saborear o tragar
  • Dificultad para hablar
Además, la sequedad en la boca a menudo causa problemas dentales. La saliva ayuda a mantener un equilibrio saludable de bacterias en la boca. Si la saliva no es suficiente, las bacterias y otros microorganismos presentes en la boca se desarrollan demasiado rápido. Esto puede causar llagas e infecciones bucales, incluyendo una infección denominada candidiasis bucal que es causada por la proliferación excesiva de un tipo de levadura. La saliva también limpia la boca de los ácidos y las partículas de alimentos que quedan allí después de comer, lo que significa que la falta de saliva puede provocar caries y enfermedad gingival. Debido a la sequedad de boca, también puede ser difícil usar dentaduras.
Causas

La quimioterapia o la radioterapia causan sequedad en la boca al dañar las glándulas salivales. La quimioterapia causa sequedad en la boca al hacer más espesa la saliva, lo que generalmente es un síntoma temporal y desaparece de dos a ocho semanas después de finalizado el tratamiento.

La radioterapia en la cabeza, el rostro o el cuello también puede causar sequedad en la boca. Después de finalizada la radioterapia, las glándulas salivales pueden demorar seis meses o más para comenzar a producir saliva nuevamente. Si bien algunas personas sienten una mejoría durante el primer año después de la radioterapia, muchas continuarán sintiendo cierto grado de sequedad en la boca a largo plazo, en especial si la radioterapia fue dirigida a las glándulas salivales.

Además, la enfermedad del injerto contra el huésped, en la que las células trasplantadas de un donante reconocen el cuerpo del paciente como extraño y lo atacan, puede causar llagas y sequedad en la boca. Los antidepresivos, los medicamentos denominados diuréticos que aumentan la micción, y algunos analgésicos pueden producir sequedad en la boca. La sequedad en la boca también puede ser el resultado de una infección en la boca, como la candidiasis, o la deshidratación.
Control de la sequedad en la boca

Un aspecto importante del tratamiento y la atención del cáncer es aliviar los efectos secundarios, lo que también se denomina control de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Hable con su equipo de atención médica sobre cualquier síntoma que experimente, incluido cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas.

Si bien la sequedad en la boca no puede evitarse, algunos tratamientos pueden ayudar. Estos tratamientos incluyen los siguientes:
  • Un medicamento que evita o reduce los efectos secundarios de la radioterapia, como la amifostina (Ethyol)
  • Sustitutos de la saliva y enjuagues bucales como hietelosa, hiprolosa o carmelosa
  • Medicamentos que estimulan las glándulas salivales, como pilocarpina (Salagen) o cevimelina (Evoxac)
  • Otras maneras de estimular las glándulas salivales, como chupar un caramelo sin azúcar o masticar goma de mascar sin azúcar
Los siguientes consejos pueden ayudar en el control de la sequedad de boca y la prevención de los problemas dentales:
  • Visite al dentista antes de iniciar la radioterapia o la quimioterapia para controlar la salud de la boca y los dientes. Es importante que programe esto lo antes que pueda ya que si necesita realizarse una extracción, esto se debe realizar al menos tres semanas antes de comenzar el tratamiento para que la boca tenga tiempo de cicatrizar.
  • Cepíllese los dientes con un cepillo de cerda blanda y pasta dental con flúor después de cada comida y al irse a dormir. Moje el cepillo en agua tibia para que la cerda se vuelva aun más blanda.
  • Use hilo dental con suavidad una vez al día.
  • Enjuague la boca cuatro a seis veces al día, especialmente después de las comidas, con sal y bicarbonato de sodio. Pruebe una solución de media cucharadita de sal y media cucharadita de bicarbonato de sodio en una taza de agua tibia.
  • Cuando comience la radioterapia, use geles y enjuagues con flúor. Esto es una parte importante del cuidado de la salud de la boca durante el tratamiento para el cáncer.
  • Beba sorbos de agua durante todo el día y use saliva artificial para humedecer la boca.
  • Evite enjuagues bucales y demás productos dentales que contienen alcohol. Los productos diseñados para personas con sequedad en la boca son de venta libre.
  • Use un humidificador de vaporización fría, especialmente por la noche.
Además, algunos dentistas pueden recetar un medicamento para aumentar la producción de saliva o enjuagues para combatir las infecciones en la boca.

Considere los siguientes consejos para comer cuando se tiene sequedad en la boca:
  • Beba al menos ocho vasos de agua al día. Llevar una botella de agua puede ayudar a beber la suficiente cantidad.
  • Evite el alcohol, las bebidas con cafeína (como café, té, bebidas cola) y los jugos ácidos.
  • Ingiera alimentos blandos y húmedos, fríos o a temperatura ambiente.
  • Hidrate los alimentos secos con caldo, salsas, mantequilla o leche.
  • Evite los alimentos secos, ásperos o duros.
  • Evite los alimentos ácidos o con especias, que irritan la boca.
  • No fume ni mastique tabaco.
  • Evite las bebidas y los alimentos pegajosos y azucarados.



La boca seca, uno de los grandes efectos secundarios del cáncer

miércoles, 15 de abril de 2015

Cáncer de faringe. Síntomas, causas y tratamiento

El cáncer faríngeo es una neoplasia maligna de la garganta. El cáncer faríngeo puede afectar cualquier área de la garganta, incluyendo las amígdalas y la laringe.

Frecuentemente asociada con el uso del tabaco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más del 40% de los cánceres en todo el mundo están relacionados con el consumo de tabaco, con el 90% de los cánceres que afectan a la cavidad oral. El tratamiento del cáncer faríngeo depende de varios factores, incluyendo el posicionamiento y la estadificación del cáncer.

El cáncer faríngeo es un término amplio utilizado para describir una serie de tumores malignos que afectan a la garganta. La categorización de cáncer está determinada por su ubicación. Por ejemplo, si el cáncer se origina con la laringe, que se conoce como cáncer subglótico. Del mismo modo, si el cáncer comienza en la parte superior de la garganta, detrás de la nariz, que se conoce como cáncer de la nasofaringe.

Síntomas

Los signos tempranos de cáncer de garganta incluyen tos persistente y dolor de garganta. Las personas a menudo experimentan malestar cuando se tragan, lo que puede causar que la persona coma menos, lo que lleva a la pérdida de peso involuntaria. A medida que progresa el cáncer de la faringe, la voz de la persona puede sufrir cambios y empezar a sonar ronca.

Causas

Es importante entender que todas las formas de cáncer de garganta se originan con la mutación celular anómala y la reproducción. Las células afectadas maduran y se reproducen sin morir. Como el número de células continúa aumentando, se forma un tumor.

Factores de riesgo

Aunque no está claro lo que instiga a la mutación celular responsable del desarrollo de tumores, hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer faríngeo. Aparte del uso de tabaco en todas sus formas, la exposición al amianto y el uso regular y excesivo de alcohol también se consideran factores contribuyentes.

Las personas con el virus del papiloma humano (VPH) también se consideran en riesgo de desarrollar cáncer de faringe.

Diagnóstico

Comúnmente conocido como cáncer de garganta, el cáncer faríngeo se puede diagnosticar con la ayuda de pruebas de imagen. Si se sospecha de cáncer, un examen endoscópico de la garganta puede llevar a cabo para evaluar el área en cuestión. Un endoscopio, que es una pequeña cámara montada en un tubo pequeño y flexible, se inserta en la garganta para un examen visual.

Una muestra del tejido anómalo es tomada para el análisis de laboratorio. Una tomografía por emisión de positrones (TEP), se puede realizar para evaluar la condición de la garganta y determinar el estadio de la enfermedad.

La estadificación del cáncer es fundamental para determinar las opciones de tratamiento adecuadas. Los tumores que no han invadido los tejidos circundantes se consideran la primera etapa. A medida que el tumor se vuelve más invasivo, se le da una puesta en escena de dos o tres, dependiendo de su agresividad y los tejidos afectados. Las neoplasias más agresivas se dan una puesta en escena de cuatro.

Tratamiento

Dependiendo de la ubicación y la estadificación del cáncer, la cirugía puede implicar la escisión de sólo el tumor o el tumor y los tejidos circundantes. Los cánceres extensos pueden requerir la extirpación parcial o total de la garganta, la laringe y los ganglios linfáticos en el cuello.

El tratamiento del cáncer puede implicar la administración de terapias de quimioterapia y radiación, que conllevan un riesgo potencial de efectos secundarios, como náuseas, pérdida de peso y fatiga.



El cáncer faríngeo puede afectar cualquier área de la garganta

martes, 14 de abril de 2015

La ansiedad, el miedo y la depresión

Es normal afligirse debido a los cambios que el cáncer ocasiona en la vida de una persona. El futuro, el cual quizás se veía tan seguro, puede parecer incierto ahora. Puede que algunos sueños y planes que se tenían contemplados ya no sean posibles. Pero si una persona ha estado triste durante un gran tiempo o tiene problemas para sobrellevar las actividades cotidianas, puede que tenga depresión clínica. De hecho, hasta una de cada cuatro personas con cáncer presenta depresión clínica.

La depresión clínica causa gran angustia, ineficiencia en el desempeño e incluso puede hacer que la persona con cáncer tenga una menor capacidad de seguir un plan de tratamiento. La buena noticia es que la depresión clínica puede ser tratada.

Si alguien que usted conoce presenta síntomas de depresión clínica, anímele para que busque ayuda. Existen muchas maneras para tratar la depresión clínica incluyendo medicamentos, asesoría o una combinación de ambos. Los tratamientos pueden reducir el sufrimiento y mejorar la calidad de vida.

Síntomas de la depresión clínica

  •     Estado de ánimo triste, resignado o “vacío” de manera persistente durante la mayor parte del día.
  •     Pérdida del interés o del placer para casi toda actividad durante la mayor parte del tiempo.
  •     Pérdida significativa de peso (sin hacer dieta) o un gran incremento en el peso.
  •     Sentirse “apagado” o fatigado y agitado casi todos los días, lo suficiente como para que los demás lo noten.
  •     Cansancio extremo o pérdida de energía.
  •     Dificultad para dormir y despertarse muy temprano, dormir en exceso o no poder conciliar el sueño.
  •     Problemas para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
  •     Sentirse culpable, despreciable o indefenso.
  •     Pensamientos frecuentes de muerte o suicidio (no solo temor a morir), así como planes o intentos de suicidarse.

Recuerde que algunos de estos síntomas, tal como cambios en el peso, cansancio, o incluso la mala memoria pueden ser causados por el cáncer y su tratamiento. No obstante, si cinco o más de estos síntomas se presentan casi a diario por dos o más semanas, o si son lo suficientemente graves para interferir con las actividades cotidianas, podría tratarse de depresión. Si éste es el caso, aliente a la persona afectada a que se someta a una revisión por un profesional médico o de salud mental para ver si tiene depresión clínica. Si la persona trata de hacerse daño a sí misma, o tiene planes de hacerlo, se requiere intervenir con ayuda inmediatamente.

Qué hacer

  •     Aliente a la persona deprimida a que continúe su tratamiento hasta que los síntomas mejoren, o a hablar con el médico sobre un tratamiento distinto si no observa mejoría tras 2 ó 3 semanas.
  •     Promueva la actividad física, especialmente el ejercicio moderado como caminar diariamente.
  •     Ayude a concertar las citas para el tratamiento de salud mental de ser necesario.
  •     Apoye con el traslado (transporte) para acudir al tratamiento de ser necesario.
  •     Involucre a la persona en las conversaciones y en actividades gratas.
  •     Recuerde que está bien sentirse triste y lamentar las pérdidas que el cáncer ha traído a su vida y a la de sus seres queridos.
  •     Percátese de que ser pesimista y pensar que no hay esperanzas son síntomas de depresión y debe aliviarse con el tratamiento.
  •     Reconforte a la persona diciéndole que con el tiempo y el tratamiento empezará a sentirse mejor, y aunque en ocasiones es necesario incurrir en cambios en el tratamiento, es importante ser pacientes.
Si usted sospecha que puede estar deprimido, consulte con un médico. Tome tiempo para obtener la ayuda y el apoyo que necesita.

Lo que no debe hacer

  •     Reprimir los sentimientos.
  •     Forzar a alguien a hablar cuando no está preparado para ello.
  •     Culparse a sí mismo(a) o a otra persona por sentir depresión.
  •     Decir a una persona “anímate” cuando se siente deprimida.
  •     Intentar razonar con una persona cuya depresión parece ser severa. En su lugar, hable con el médico sobre medicamentos u otro tipo de ayuda.

La depresión clínica puede ser tratada

lunes, 13 de abril de 2015

El ejercicio protege frente al cáncer

Un estudio norteamericano que siguió a 26.000 hombres durante diez años afirma que aquellos que hacen ejercicio de intensidad alta tienen un 55 por ciento menos de riesgo de morir por cáncer.

Según un estudio, los hombres que hacen ejercicio que les ayuda a mejorar su capacidad cardiorespiratoria son menos propensos a morir de cáncer, aunque otros estudios sólo relacionaban este beneficio con deportes de mayor intensidad. El estudio, publicado en la revista Medicine and Science in Sports and Exercise midió la asociación entre ejercicio para mejorar la aptitud cardiorespiratoria con la mortalidad por cáncer en hombres, separando los casos de cáncer relacionados con el tabaco de los no relacionados.

Para ello, investigadores de la West Texas A&M University y el Instituto Cooper en Dallas, Estados Unidos, siguieron a casi 26.000 hombres de entre 30 y 87 años a los que se les hizo una evaluación médica previa, incluyendo un test de ejercicio y una entrevista sobre sus hábitos sanitarios. Después de diez años de seguimiento, 335 murieron de cáncer, de los que 133 fue por tipos de cáncer relacionados con el tabaco y 202 por tumores no relacionados con el tabaco.

Después de ajustar la edad, el consumo de tabaco, la ingesta de alcohol, el índice de masa corporal y la presencia o no de diabetes mellitus, este equipo de investigadores encontró que había una asociación inversa entre los niveles de ejercicio para mejorar la capacidad cardiorespiratoria y la mortalidad por cáncer, asociada y no asociada con el tabaco. Aquellos que hacían ejercicio de alta intensidad tenían un 55 por ciento menos posibilidades de morir por cáncer que aquellos que hacían menos deporte, mientras que aquellos hombres que hacían un ejercicio moderado, tenían un 38 por ciento menos posibilidades de fallecer por esta patología. 

Así, los niveles de ejercicio moderado y alto se asociaban con un menor riesgo de morir por cáncer comparado con aquellos hombres que ejercitan menos su capacidad cardiorespiratoria. Su conclusión es que "este ejercicio puede proporcionar una protección contra la mortalidad por cáncer". 

El ejercicio no contrarresta el tabaco

Por una persona que hace ejercicio moderado, este equipo entendió a una persona que corriera de 20 a 40 minutos, de tres a cinco veces a la semana. Mientras que las personas con ejercicio de gran intensidad estaban ya a un nivel cercano al competitivo.

En cuanto a los cánceres no asociados al consumo de tabaco, los hombres que participaron en el estudio que hacían ejercicio de intensidad alta tenían un 46 por ciento menos riesgo de sufrir esta patología, mientras que quienes hacían ejercicio moderado tenían un 34 por ciento menos riesgo. 

Por lo que hace al riesgo de sufrir cánceres relacionados con el tabaco, como pulmón o laringe, aquellos más deportistas tenían un 66 por ciento menos de sufrirlos mientras que los deportistas moderados tenían un riesgo un 43 por ciento menor. Los sujetos más deportistas tienden a ser menos fumadores, pero aun así uno de cada diez de ellos, fumaba frente a dos de cada diez de los deportistas moderados y tres de cada nueve hombres sedentarios. 

El estudio encontró que el hacer ejercicio también disminuía la mortalidad por cáncer en los más deportistas fumadores, aunque los autores subrayan que hacer más ejercicio no es en ningún caso una alternativa a dejar de fumar.

 


Hacer ejercicio también disminuye la mortalidad por cáncer

viernes, 10 de abril de 2015

El cáncer también se puede prevenir

Cada año se diagnostica cáncer a 12 millones de personas y 7,6 millones (63%) mueren debido a esta enfermedad. Afortunadamente un 40% de los cánceres se puede prevenir con algunos cambios en el estilo de vida. Por eso este año, el lema de la campaña del Día Mundial contra el Cáncer es "El cáncer también se puede prevenir"
   

Según la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC), algunas medidas para reducir sustancialmente el riesgo de desarrollar esta enfermedad son:

  • Dejar de fumar y evitar la exposición pasiva al humo de tabaco.

El tabaco constituye actualmente la principal causa de cáncer que se puede prevenir en todo el mundo. Fumar provoca entre el 80% y 90% de todas las muertes por cáncer de pulmón y cerca de un tercio de todos los fallecimientos por esta enfermedad en los países en desarrollo, incluido el cáncer de boca, laringe, garganta y estómago.

En conclusión: Abandonar el tabaco (fumado, mascado e inhalado) y evitar la exposición al humo pasivo constituyen medidas eficaces para prevenir el cáncer.

  • Reducir el consumo de alcohol.

El consumo de alcohol aumenta el riesgo de sufrir cáncer de boca, garganta y laringe, mama, intestino e hígado. El riesgo de padecer un cáncer del aparato digestivo superior es mayor a medida que aumenta la cantidad de alcohol que se consume por encima de 250 ml. de vino ó 500 ml. de cerveza. Consumir aproximadamente 1 litro de vino o 2 litros de cerveza diariamente supone un riesgo entre 4 y 6 veces mayor de padecer dichos cánceres en comparación con las personas que lo consumen de forma moderada o que no toman bebidas alcohólicas.

En conclusión: Reducir el consumo de alcohol constituye una medida eficaz para prevenir el cáncer.

  • Evitar la exposición excesiva a los rayos solares.

Recibir pequeñas cantidades de luz solar es esencial para que nuestro cuerpo produzca vitamina D. Sin embargo, la exposición excesiva a los rayos solares o a fuentes artificiales de radiación ultravioleta, como las cabinas de bronceado, aumenta el riesgo de padecer todos los tipos de cáncer de piel.

En conclusión: Dejar de utilizar cabinas de bronceado y evitar la exposición directa a la luz solar, utilizar un protector solar y ropa adecuada constituyen medidas eficaces para prevenir el cáncer.
  • Realizar actividad física de forma habitual.
Se estima que la falta de actividad física está detrás de un 25% de los casos de cáncer de mama y de colon en todo el mundo. No obstante, existen pruebas convincentes de que practicar ejercicio físico de forma habitual reduce el riesgo de cáncer de mama y de colon. Este efecto positivo se produce independientemente del peso corporal.    

En conclusión: En el caso de los adultos, realizar 30 minutos de actividad física con una intensidad moderada 5 días a la semana reduce el riesgo de padecer estos tipos de cáncer. Se recomienda asimismo que los niños en edad escolar realicen una actividad física entre moderada y rigurosa durante al menos 60 minutos por sus beneficios para la salud.
  • Llevar una dieta saludable.

Las investigaciones realizadas demuestran que existe una relación directa entre la dieta y el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Los estudios indican que cada porción diaria (80-100 gr.) de fruta o verdura reduce un 20% el riesgo de padecer cáncer de boca y un 30% el riesgo de cáncer de estómago. Una ingesta elevada de fibra (un promedio de 27 gr./día) se asocia a un 20% menos de riesgo de padecer cáncer de intestino, mientras que la carne roja y procesada aumenta el riesgo de padecer este tipo de cáncer. Asimismo, un consumo elevado de sal y salazones aumenta el riesgo de padecer cáncer de estómago.

En conclusión: reducir el consumo de alimentos con muchas calorías, grasas saturadas (por ejemplo, mantequilla, aceite de coco y de palma), bebidas azucaradas, alimentos salados, así como carne roja y procesada, asada a altas temperaturas y frita, y disfrutar de una dieta variada y saludable rica en frutas, verduras y cereales integrales puede reducir el riesgo de padecer estos tipos de cáncer.
  • Mantener un peso adecuado.

Existen pruebas convincentes de que el sobrepeso o la obesidad aumentan el riesgo de desarrollar cáncer cérvico uterino, de riñón, de esófago, de estómago, de colon y de mama (en mujeres posmenopáusicas), de próstata, de vesícula biliar y páncreas.

En conclusión: mantener un peso adecuado realizando suficiente actividad física y llevando una dieta saludable puede reducir el riesgo de cáncer.
  • Protegerse contra las infecciones que provocan cáncer.

Aunque el cáncer no es una enfermedad infecciosa, hay una serie de infecciones que pueden provocar cáncer de forma directa o incrementar el riesgo de padecerlo.

De hecho, casi un 22% de las muertes por cáncer en los países en vías de desarrollo y un 6% en los países industrializados están provocadas por infecciones crónicas, como el virus de la hepatitis B o C ( que provoca cáncer de hígado), el virus del papiloma humano ( que provoca cáncer cérvico uterino)y la bacteria Helicobacter pylori ( que aumenta el riesgo de cáncer de estómago).

En conclusión: Intervenciones como la inmunización, los tratamientos y el cambio de hábitos pueden reducir la exposición a factores de riesgo específicos y son medidas efectivas para prevenir el cáncer.


La UICC es la ONG internacional más importante dedicada a la prevención y el control del cáncer a escala mundial. Agrupa a más de 300 organizaciones afiliadas de más de 100 países en la lucha por eliminar el cáncer como enfermedad potencialmente mortal mediante la aplicación de la Declaración Mundial Contra el Cáncer.


Hay factores que aumentan el riesgo de contraer cáncer

jueves, 9 de abril de 2015

La invisibilidad de las mujeres laringectomizadas


Estos pacientes tienen una "gran resilencia", capacidad de "resurgir de la situación traumática", según ha explicado un psicólogo

    Las mujeres laringectomizadas han reivindicado en Santander que "no son visibles" en las estadísticas de pacientes de cáncer de laringe por ser "minoritarios" los casos en este sexo y ser considerada "una enfermedad de hombres".

   Así han lo han manifestado en una rueda de prensa la presidenta de la Asociación de Laringectomizados de Extremadura, Amalia Franco, y una paciente laringectomizada, María Teresa Arenas, impulsora de los encuentros en que estos afectados se reúnen, como es la Asamblea Nacional de Laringectomizados, que hasta el sábado se celebra en La Magdalena.

   Medio centenar de afectados, en su mayoría mujeres, se han congregado para poner en valor las "dificultades" que tienen los pacientes debido a "los estigmas" que presentan tras la operación, que les obligan a "empezar a vivir" de nuevo.

   En España se dan 2.000 casos anuales de cáncer de laringe, mayormente en hombres mayores de 65 años, lo que hace que estadísticamente se considere una "enfermedad de hombres".

   Sin embargo, un uno por ciento de los casos son mujeres, unas 100 al año, con edades comprendidas entre los 40 y los 50 años, unas edades que las obligan a volver a trabajar y a integrarse en la vida social, lo que tiene "sus dificultades".

   Estas dificultades no se deben sólo a los estigmas presentes tras la intervención quirúrgica, sino que el cambio de voz producido hace que su cáncer "sea público y no tengan intimidad" de cara al resto de la sociedad, ya que los laringectomizados "solo con abrir la boca" delatan su padecimiento.

   En este sentido, Franco ha señalado que así es "la realidad", pero que no por ello hay que "quedarse en un cuartel de invierno", sino que "hay que echarse a la calle" y afrontar "la vida".

SE LES CALIFICA DE "FUMADORES Y BEBEDORES"

   Generalmente, según ha explicado Arenas, a los laringectomizados se les califica de "fumadores y bebedores", por ser estos dos "vicios" los que comúnmente causan la enfermedad, pero no todos los casos se deben a ello, ya que en su caso, no bebía ni fumaba, era deportista y llevaba una vida sana.

   Por ello, ha manifestado que la sociedad tiene que ser "consciente" que el cáncer de laringe no solo aparece en "fumadores y bebedores empedernidos", por lo que hay que "retirar esta noción del lenguaje social".

   Arenas también ha opinado que los problemas de este tipo de cáncer son que es "ruidoso", por la voz que presentan los pacientes, y "muy llamativo", lo que le hace, por otro lado, "ser evidente y público", un padecimiento que no se puede esconder.

   Así, la voz de los pacientes laringectomizados provoca en las personas "una reacción curiosa". Los asistente a la Asamblea han coincidido en que esto se debe a "la falta de costumbre" en la sociedad, pero si ellos "siguen adelante y son los mismos de siempre" la gente se "relaja" y no la presta la misma atención.

"GRAN RESILENCIA" DE LOS PACIENTES

   Por otro lado, el psicólogo José Antonio del Barrio, también presente en la rueda de prensa, ha explicado que el factor común de todos los laringectomizados es "la gran resilencia, la capacidad de resurgir de esta situación traumática", ya que todos afrontan con "espíritu positivo" la situación.

   El director del Centro de Foniatría y Logopedia de Santander, Alfonso Borragán, ha incidido en que la rehabilitación de estos pacientes, que debe "empezar lo antes posible", debe ser realizada por un especialista que "sepa mucho de ello" y que el paciente hable "mucho" con otros pacientes laringectomizados que hablen "bien".

   Según ha indicado Borragán, "en un mes el paciente puede hablar aceptablemente" y tras unos meses "correctamente", esto depende de "la calidad de las secuelas" de la intervención, así como de "la capacidad de aprendizaje" de cada uno.

   En este sentido, ha considerado que "la sociedad no está funcionando bien" porque estos pacientes no reciben una rehabilitación "temprana" de especialistas y es complicado que, los que reciben rehabilitación, tengan otras personas laringectomizadas cerca.

   Los asistentes, que también han tomado la palabra en la rueda de prensa, han abogado por realizar "una campaña antirruido" para descender los niveles del mismo de manera que "se les oiga más", porque lo consideran "necesario" en estos tiempos en que la vida "estresada y con prisas" tampoco ayuda a que se les escuche.


Las mujeres laringectomizadas "no son visibles" en las estadísticas

miércoles, 8 de abril de 2015

Quimioterapia para los cánceres de laringe e hipofaringe

La quimioterapia (quimio) usa medicamentos contra el cáncer que se inyectan en una vena o se administran por la boca. Estos medicamentos entran al torrente sanguíneo y llegan a todas las áreas del cuerpo, por lo que este tratamiento es beneficioso en los casos en los que el cáncer se ha propagado más allá del lugar donde se inició. 

La quimioterapia se puede emplear en diferentes situaciones para los cánceres de laringe e hipofaringe.
  • A menudo, la quimioterapia se administra junto con radiación como tratamiento principal para cánceres avanzados de laringe. Este tratamiento, llamado quimioradiación puede permitir que algunos pacientes eviten la laringectomía y retenga la capacidad para hablar.
  • Se puede usar (como parte de quimioradiación) después de extirpar un cáncer con cirugía para tratar de eliminar cualquier área pequeña de cáncer que pueda quedar y para reducir la probabilidad de que el cáncer regrese. Esto se llama tratamiento adyuvante.
  • La quimioterapia se usa algunas veces para ayudar a aliviar los síntomas de cánceres que son demasiado grandes o que se han propagado demasiado como para ser extirpados completamente mediante cirugía.

Quimioterapia convencional

Los medicamentos de la quimioterapia convencional atacan las células que se dividen con rapidez, incluyendo las células cancerosas. Los medicamentos de quimioterapia que se utilizan con más frecuencia para los cánceres de laringe e hipofaringe, incluyen:
  • Cisplatino
  • Carboplatino
  • 5-fluorouracilo (5-FU).
  • Docetaxel (Taxotere®).
  • Paclitaxel (Taxol®).
  • Bleomicina.
  • Metotrexato
  • Ifosfamida
El tratamiento podría conllevar el uso de un solo medicamento o dos o más en combinación. Las combinaciones comunes incluyen cisplatino con 5-FU y cisplatino, docetaxel, y 5-FU. Algunas veces la quimioterapia se combina con el medicamento de terapia dirigida cetuximab.
Los doctores administran la quimioterapia en ciclos, con cada período de tratamiento seguido de un período de descanso para permitir que su cuerpo se recupere. Por lo general, cada ciclo dura varias semanas.

Quimioradiación

La quimioradiación (también llamada quimioradioterapia) consiste en quimioterapia administrada al mismo tiempo que la radiación. Se ha demostrado que de esta manera se reduce más el tamaño de los tumores de laringe y de hipofaringe que si se emplea cualquiera de los dos tratamientos de forma independiente Se puede emplear en situaciones diferentes.
  • Puede ser una opción como tratamiento principal en lugar de cirugía para tratar algunos cánceres de laringe y de hipofaringe. Si el tumor desaparece por completo con quimioradiación, no es necesario administrar otro tratamiento. Sin embargo, en caso de que algo de cáncer quede, puede que se recomiende la cirugía.
  • Se puede usar después de la cirugía para tratar de reducir el riesgo de que el cáncer regrese. Esto se puede recomendar si se encuentra cáncer en los bordes (márgenes) de la muestra que se obtuvo mediante cirugía, o si el cáncer tiene otras características que lo hacen más propenso a regresar después de la cirugía.
Un régimen común consiste en administrar una dosis de cisplatino cada 3 semanas (por un total de tres dosis) durante la radiación. En los pacientes que no pueden tolerar la quimioradiación, a menudo se emplea el medicamento dirigido cetuximab con radiación.

Posibles efectos secundarios de la quimioterapia

Los medicamentos de quimioterapia atacan a las células que se están dividiendo rápidamente, razón por la cual funcionan contra las células cancerosas. Sin embargo, otras células en el cuerpo, como las células de la médula ósea (donde se producen nuevas células sanguíneas), el revestimiento de la boca y los intestinos, así como los folículos pilosos, también se dividen rápidamente. Estas células también se pueden afectar por la quimioterapia, lo cual ocasiona los efectos secundarios. Los efectos secundarios dependen del medicamento específico que se usa, la dosis administrada y la duración del tratamiento. Los efectos secundarios comunes de la quimioterapia incluyen:
  • Náusea y vómito
  • Disminución del apetito
  • Úlceras en la boca
  • Diarrea
  • Pérdida del cabello
  • Aumento en la probabilidad de infecciones (debido a la escasez de glóbulos blancos).
  • Problemas con sangrado o moretones (debido a la reducción de plaquetas).
  • Agotamiento o falta de aliento (a causa de un recuento bajo de glóbulos rojos).
Además de los riesgos anteriores, algunos medicamentos de quimioterapia pueden causar otros efectos secundarios. Por ejemplo, el cisplatino, el docetaxel, y el paclitaxel pueden causar daños en los nervios (neuropatía), lo que puede ocasionar entumecimiento, hormigueo o incluso dolor en las manos y los pies. El daño en los nervios causado por el cisplatino también puede causar pérdida de audición. A menudo estos efectos se alivian una vez que finalice el tratamiento, pero en algunas personas pueden durar mucho tiempo.

Aunque la mayoría de los efectos secundarios se alivian una vez que finaliza el tratamiento, algunos pueden durar por mucho tiempo o incluso ser permanentes. Si su médico planea administrar tratamiento con quimioterapia, usted debe hablar con él o ella sobre los medicamentos que se usarán y los posibles efectos secundarios que pudieran presentarse. Una vez que se comienza el tratamiento con quimioterapia, informe al equipo de atención médica si se presentan efectos secundarios para que puedan ser tratados. Existen maneras de prevenir o tratar muchos de los efectos secundarios de la quimioterapia. Por ejemplo, hay muchos medicamentos que pueden ayudar a prevenir o tratar las náuseas y los vómitos.