Asociación Barcelonesa de Laringectomizados: Cuidados y consejos para la prevención del linfedema

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lunes, 30 de octubre de 2017

Cuidados y consejos para la prevención del linfedema

El linfedema es la acumulación anormal de líquido en el tejido blando debido a una obstrucción en el sistema linfático. El sistema linfático ayuda a combatir infecciones y otras enfermedades transportando la linfa, un líquido incoloro que contiene glóbulos blancos, a través del cuerpo. Lo realiza utilizando una red de tubos delgados llamados vasos. Pequeñas glándulas denominadas ganglios linfáticos filtran las bacterias y otras sustancias perjudiciales fuera de este líquido. Sin embargo, cuando los ganglios linfáticos se extirpan o dañan, el líquido linfático se acumula en los tejidos circundantes y provoca la hinchazón de estos.

Con mayor frecuencia, el linfedema afecta los brazos y las piernas. En especial, afecta a las personas que han recibido tratamiento para el cáncer de mama o cánceres que afectan las vías urinarias, la vejiga, los riñones, la próstata, los testículos y el pene. En personas que reciben tratamiento para el cáncer en la región de la cabeza y el cuello, el lugar más común donde se desarrolla el linfedema es el cuello. Sin embargo, también puede presentarse debajo del mentón, en la cara y, con menos frecuencia, dentro de la boca. El linfedema puede desarrollarse de inmediato después de una cirugía o radioterapia, o puede ocurrir meses o hasta años después de finalizado el tratamiento para el cáncer.

Síntomas del linfedema

  • Las personas con linfedema en el brazo o la pierna pueden tener los siguientes síntomas:
  • Hinchazón que comienza en el brazo o la pierna.
  • Sensación de pesadez en el brazo o la pierna.
  • Debilidad o disminución de la flexibilidad.
  • Los anillos, los relojes o la ropa se sienten muy ajustados.
  • Molestias o dolor.
  • Tensión, brillo, calor o enrojecimiento en la piel.
  • Piel que no se hunde en absoluto cuando se le aplica presión o piel endurecida.
  • Engrosamiento de la piel.
  • Apariencia de piel de naranja (hinchazón con pequeños hoyuelos).
  • Pequeñas verrugas o ampollas que supuran un líquido transparente.
  • Los síntomas de linfedema de la cabeza y el cuello incluyen:
  • Hinchazón de los ojos, la cara, los labios, el cuello o el área debajo del mentón.
  • Molestias o tensión en cualquiera de las áreas afectadas.
  • Dificultad para mover el cuello, la mandíbula o los hombros.
  • Formación de cicatrices (fibrosis) en la piel del cuello y del rostro.
  • Disminución de la visión debido a la hinchazón de los párpados.
  • Dificultad para tragar, hablar o respirar.
  • Babeo o pérdida de comida de la boca mientras come.
  • Congestión nasal o dolor duradero en el oído medio, si la hinchazón es grave.

Los síntomas de linfedema pueden comenzar en forma muy gradual y no siempre son fáciles de detectar. A veces los únicos síntomas pueden ser pesadez o dolor en un brazo o una pierna. Sin embargo, a veces el linfedema puede comenzar más súbitamente. Si presenta algún síntoma de linfedema, hable con su médico lo antes posible. Necesitará aprender cómo manejar los síntomas para que no empeoren. Debido a que la hinchazón puede ser un signo de cáncer, también es importante que vea a su médico para asegurarse de que el cáncer no haya reaparecido.

Causas del linfedema

Por lo general, el linfedema es un efecto secundario a largo plazo predecible de algunos tratamientos para el cáncer. Las causas más frecuentes del linfedema en sobrevivientes del cáncer incluyen:

Cirugía en la que se extirparon los ganglios linfáticos. Por ejemplo, la cirugía para el cáncer de mama a menudo implica la extirpación de uno o más de los ganglios linfáticos cercanos para verificar la presencia de cáncer. Esto puede provocar el desarrollo de linfedema en el brazo.

Radioterapia u otras causas de inflamación o formación de cicatrices en los ganglios linfáticos y los vasos.

Obstrucción de los ganglios linfáticos y/o los vasos por el cáncer.

El riesgo de linfedema aumenta con la cantidad de ganglios linfáticos y vasos que se extirparon o dañaron durante el tratamiento para el cáncer o las biopsias. A veces el linfedema no está relacionado con el cáncer o su tratamiento. Por ejemplo, una infección bacteriana o micótica u otra enfermedad que compromete al sistema linfático puede causar este problema.

Diagnóstico de linfedema

Un médico a menudo puede identificar el linfedema examinando el área afectada. Pero, a veces, recomendará pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico, elaborar un plan de tratamiento o descartar otras causas de linfedema. Estas pruebas pueden incluir:


  • Medición de la parte afectada del cuerpo con una cinta métrica para controlar la hinchazón.
  • Sumergir el brazo o la pierna afectados en un tanque de agua para calcular el volumen de líquido acumulado.
  • Crear una imagen del sistema linfático a través de una linfocintigrafía. Aunque se trata de una prueba confiable, no se usa con mucha frecuencia.
  • Controlar la circulación del líquido a través del sistema linfático mediante un ultrasonido. Esta prueba por imágenes utiliza ondas de sonido para crear una imagen del interior del cuerpo.
  • Realizarse una exploración por tomografía computarizada (computed tomography, CT o CAT; en inglés) o imágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI; en inglés). Estas pruebas permiten mostrar la ubicación y el patrón del drenaje linfático y si un tumor u otra masa está obstruyendo la circulación del sistema linfático. Sin embargo, los médicos en general no usan exploraciones por CT y por MRI para diagnosticar linfedema, a menos que estén preocupados acerca de una posible recurrencia del cáncer.
  • Otras pruebas que pueden usarse para diagnosticar el linfedema incluyen perometría, la cual usa rayos de luz infrarroja, y espectroscopia de bioimpedancia, la cual mide las corrientes eléctricas que circulan por los tejidos del cuerpo.

También es importante asegurarse de que no sea otra enfermedad la que esté generando la hinchazón. Entonces el médico puede realizar otras pruebas para descartar la presencia de enfermedad cardíaca, coágulos sanguíneos, infección, insuficiencia hepática o renal, o una reacción alérgica.

Estadios del linfedema

Los médicos describen al linfedema según su estadio, de leve a grave:


  • Estadio 0. La hinchazón aún no es visible aunque ya se ha producido un daño al sistema linfático. La mayoría de las personas no presentan ningún síntoma en este estadio. Y pueden pasar meses o hasta años antes de que ocurra la hinchazón.
  • Estadio I. La piel se hunde cuando se ejerce presión y no hay evidencia visible de formación de cicatrices. Elevar la extremidad afectada a menudo ayuda a reducir la hinchazón.
  • Estadio II. La piel no se hunde cuando se ejerce presión y hay formación de cicatrices de moderada a grave. Elevar la extremidad afectada no ayuda a reducir la hinchazón.
  • Estadio III. La piel se endureció, la zona del cuerpo afectada se hinchó de tamaño y de volumen, y la piel cambió de textura. El linfedema de Estadio III es permanente.

Cómo manejar y tratar el linfedema

El alivio de los efectos secundarios es un aspecto importante de la atención y el tratamiento para el cáncer. Esto se denomina manejo de los síntomas o cuidados paliativos. Hable con un integrante de su equipo de atención médica sobre cualquier síntoma de linfedema que tenga, para poder comenzar el tratamiento lo antes posible. Esto debe incluir cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntomas.

Los tratamientos para el linfedema están diseñados para reducir la hinchazón, evitar que esta empeore, prevenir infecciones, mejorar el aspecto de la parte del cuerpo afectada y mejorar la capacidad funcional de la persona. Aunque el tratamiento puede controlar el linfedema, actualmente no existe una cura. Sería conveniente que pida a su médico que le recomiende un terapeuta especialista en linfedema certificado (certified lymphedema therapist, CLT). Un CLT es un profesional médico que se especializa en tratar el linfedema. El terapeuta puede evaluar su afección y desarrollar un plan de tratamiento, que puede incluir:

Drenaje linfático manual (manual lymphatic drainage, MLD). El MLD es una técnica especializada en la que se realizan masajes suaves en la piel para ayudar al líquido linfático obstruido a drenar adecuadamente hacia el torrente sanguíneo. Esto puede ayudar a reducir la hinchazón. Para obtener mejores resultados, debe comenzar tratamientos de MLD lo más próximo posible del inicio del linfedema. Un integrante de su equipo de atención médica puede derivarle a un CLT capacitado en esta técnica.

Ejercicio. Generalmente, hacer ejercicio mejora la circulación del sistema linfático y fortalece los músculos. Un terapeuta especialista en linfedema puede mostrarle ejercicios específicos que mejorarán su amplitud de movimiento. Pregunte a su médico o terapeuta cuándo puede comenzar a hacer ejercicio y qué ejercicios son los apropiados para usted.

Compresión. Los vendajes no elásticos y las prendas de compresión, como mangas elásticas, ejercen una presión suave en el área afectada. Esto ayuda a evitar la hinchazón y que se vuelva a acumular líquido después de la terapia descongestiva (vea a continuación). Hay varias opciones, según la ubicación del linfedema. Todos los dispositivos de compresión aplican mayor presión cuanto más alejados estén del centro del cuerpo y menos presión cuanto más cerca estén del centro del cuerpo. Las prendas de compresión deben calzar en forma adecuada y se deben reemplazar cada tres a seis meses.

Terapia descongestiva completa (complete decongestive therapy, CDT). La CDT, también conocida como terapia descongestiva compleja, combina cuidado de la piel, drenaje linfático manual, ejercicio y compresión. Un médico especialista en linfedema o un CLT deben ser quienes realicen la CDT. El terapeuta también le enseñará cómo realizar las técnicas necesarias usted mismo en su hogar y le dirá con qué frecuencia aplicarlas. Pídale a su médico que le derive.

Cuidado de la piel. Debido a que el linfedema puede aumentar el riesgo de infección, es importante mantener el área afectada limpia, humectada y sana. Aplique crema humectante todos los días para evitar la piel agrietada. Evite cortes, quemaduras, pinchazos con agujas u otras lesiones en el área afectada. Si se afeita, use una afeitadora eléctrica para reducir las posibilidades de cortarse la piel. Cuando esté al aire libre, use pantalla solar de amplio espectro que proteja contra la radiación ultravioleta alfa (UVA) y beta (UVB), y que tenga un factor de protección solar (sun protection factor, SPF) mínimo de 30. Si efectivamente se corta o se quema, lávese el área lesionada con agua y jabón, y use una crema antibiótica, según las indicaciones de su médico o enfermero.

Elevación. Mantener la extremidad afectada elevada a menudo ayuda a reducir la hinchazón y ayuda a drenar el líquido a través del sistema linfático. Sin embargo, con frecuencia no resulta práctico mantener la extremidad en una posición elevada por mucho tiempo.

Tratamientos con láser de baja potencia (low level laser treatment, LLLT). Una pequeña cantidad de ensayos clínicos han detectado que el LLLT podría aliviar en cierta forma el linfedema luego de la extirpación de la mama, especialmente en los brazos.

Medicamentos. Su médico puede recetarle antibióticos para tratar infecciones o fármacos para aliviar el dolor cuando sea necesario.

Fisioterapia. Si tiene problemas para tragar u otras dificultades derivadas del linfedema de la cabeza y el cuello, es posible que necesite realizar fisioterapia.

Cómo reducir el riesgo de desarrollar linfedema

La investigación continúa buscando factores que causan el linfedema y lo que las personas pueden hacer para reducir su riesgo personal. Hable con su médico si le preocupa su riesgo personal de desarrollar linfedema.

Mantenga un peso saludable. Si tiene sobrepeso, tomar medidas positivas para manejar su peso después de un diagnóstico de cáncer puede ayudar a reducir su riesgo de desarrollar linfedema.

Cambie de posición. Evite estar de pie o sentado durante largos períodos de tiempo. No cruce las piernas cuando esté sentado. Apóyese en almohadas cuando esté en la cama. Una posición derecha mejora el drenaje linfático.

Use ropa suelta. Si tiene riesgo de desarrollar linfedema de la cabeza y el cuello, no use prendas con escote ajustado. Quienes tienen riesgo de desarrollar linfedema de piernas, deben evitar usar calzado y calcetines ajustados y deben protegerse los pies usando calzado cerrado y no deben usar chancletas ni sandalias. Quienes tienen riesgo de desarrollar linfedema de brazos, deben evitar usar prendas y alhajas ajustadas que les pinchen o pellizquen el brazo o la mano, como lo hace una manga o una pulsera ajustada. Esto puede provocar la acumulación de líquido.

Limite el tiempo de exposición al calor o frío extremos. Evite los saunas o jacuzzis y limite las duchas calientes a menos de 15 minutos. Además, no se aplique almohadillas térmicas ni hielo en las áreas hinchadas.

Aplíquese vacunas, otras inyecciones y administraciones intravenosas (IV) en el brazo no afectado. También debe evitar las extracciones de sangre y las mediciones de la presión arterial en el brazo afectado. Informe a su médico o enfermero que está en riesgo de desarrollar linfedema.

Sepa cuándo buscar atención médica. Llame a su médico o enfermero si presenta alguno de los siguientes signos de infección:

  • Temperatura mayor de 100.5 grados Fahrenheit (F) o 38 grados Celsius (C).
  • Piel caliente al tacto.
  • Enrojecimiento de la piel, hinchazón o dolor.

El linfedema de cuello, un efecto secundario muy habitual en los laringectomizados

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