- Investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena evalúan el impacto económico y en la salud del humo del tabaco y de los cigarrillos electrónicos
El sector de la salud y los servicios sanitarios supone cerca de un 10% del PIB en los países industrializados. No solo incluye las instituciones sanitarias, sino también a la industria farmacéutica y una parte importantes de la industria de los seguros. Emplea a una fracción importante de la población activa y está directamente relacionado con la calidad de vida de la población. En la Universidad Politécnica de Cartagena el Grupo de I+D 'Economía, políticas públicas y salud' tiene como línea principal de trabajo la de Economía de la Salud y los Servicios Sanitarios.
Dentro de esta disciplina, las investigaciones del grupo en los últimos años se han centrado en las políticas de promoción de los hábitos de vida saludable, con numerosas contribuciones en el campo de la prevención y control del tabaquismo.
«Aproximadamente un cuarto de la población española consume tabaco, un hábito que a la larga genera drásticas reducciones en longevidad y calidad de vida. Es una de las prioridades de las políticas de salud pública, junto a la promoción de comportamientos saludables con respecto al alcohol, el ejercicio, la nutrición o el sueño. Las inversiones en prevención y control del tabaquismo se encuentran entre las medidas más coste-efectivas en el ámbito de las políticas de salud. No solo salvan vidas y sufrimiento a los enfermos y a sus familiares, sino que lo hacen a un coste muy bajo para la sociedad. Es por ello importante investigar sobre qué tipo de intervenciones son necesarias para reducir la prevalencia del consumo de tabaco», como cuenta el catedrático de Economía Aplicada de la UPCT e Investigador principal del grupo, Ángel López Nicolás.
Asegura que «hay muchos aspectos de la salud que tienen que ver con la economía, empezando por a quién y en qué circunstancias nuestro sistema sanitario proporciona cobertura, qué riesgos cubre o qué copagos aplica y acabando por la regulación y la fiscalidad de productos como el tabaco o las bebidas alcohólicas. Son ámbitos donde el diseño de las políticas públicas es crucial a la hora de conseguir los objetivos de aumentar el bienestar social en un entorno de recursos limitados».
Fumadores pasivos
En pleno debate sobre si también se debe prohibir fumar en las terrazas públicas, el grupo está desarrollando el proyecto TACKSHS, que finalizará en 2019, en el que abordan la situación de los fumadores pasivos y las emisiones de cigarrillos electrónicos: evaluación de la exposición, intervenciones novedosas, impacto en enfermedades pulmonares y carga económica en diversas poblaciones europea, financiado por la Unión Europea en el marco del programa Horizonte 2020.
Tal y como explica el investigador de la Universidad Politécnica de Cartagena, «el proyecto persigue evaluar el impacto de la exposición al humo del tabaco y de los cigarrillos electrónicos sobre el aparato respiratorio en la población europea, prestando atención a cómo varía dicho impacto entre distintos grupos socioeconómicos».
El equipo de la UPCT se encarga de la parte de evaluación económica de los efectos de la exposición al humo ambiental mediante herramientas de modelización que combinan evidencia epidemiológica con información sobre los costes sanitarios y laborales asociados a las enfermedades del tabaco.
Por el momento, una de sus contribuciones al proyecto evalúa el coste de la exposición al humo ambiental en la población infantil en España. Según el catedrático, «los resultados muestran que en el año 2015 los casos de asma, otitis, y otras afecciones respiratorias causadas por el tabaquismo pasivo a nuestros niños generaron costes superiores a los 25 millones de euros».
La coordinación del proyecto es del Instituto Catalán de Oncología y como socios del consorcio están, aparte de la UPCT, la Agencia de Salud Pública de Barcelona, el Instituto de Investigación Farmacológica Mario Negri de Milán, la Universidad de Aberdeen, el Tobaccofree Institute de Dublín, el laboratorio Behrakis de Atenas, el Instituto Nazionali dei Tumori de Milán, el Instituto para la Prevención Oncológica de Florencia, el Instituto de Investigación Sanitaria Princesa de Madrid y el European Network for Smoking Prevention de Bruselas.
Una vez que finalice, Ángel López señala que «los resultados del proyecto, aparte de contribuir al conocimiento sobre los efectos de la exposición al tabaquismo pasivo, generarán evidencia que permite mejorar el diseño de las medidas regulatorias y fiscales destinadas a proteger a la población, especialmente a grupos vulnerables como los niños, de este factor de riesgo para la salud».
Dentro de esta disciplina, las investigaciones del grupo en los últimos años se han centrado en las políticas de promoción de los hábitos de vida saludable, con numerosas contribuciones en el campo de la prevención y control del tabaquismo.
«Aproximadamente un cuarto de la población española consume tabaco, un hábito que a la larga genera drásticas reducciones en longevidad y calidad de vida. Es una de las prioridades de las políticas de salud pública, junto a la promoción de comportamientos saludables con respecto al alcohol, el ejercicio, la nutrición o el sueño. Las inversiones en prevención y control del tabaquismo se encuentran entre las medidas más coste-efectivas en el ámbito de las políticas de salud. No solo salvan vidas y sufrimiento a los enfermos y a sus familiares, sino que lo hacen a un coste muy bajo para la sociedad. Es por ello importante investigar sobre qué tipo de intervenciones son necesarias para reducir la prevalencia del consumo de tabaco», como cuenta el catedrático de Economía Aplicada de la UPCT e Investigador principal del grupo, Ángel López Nicolás.
Asegura que «hay muchos aspectos de la salud que tienen que ver con la economía, empezando por a quién y en qué circunstancias nuestro sistema sanitario proporciona cobertura, qué riesgos cubre o qué copagos aplica y acabando por la regulación y la fiscalidad de productos como el tabaco o las bebidas alcohólicas. Son ámbitos donde el diseño de las políticas públicas es crucial a la hora de conseguir los objetivos de aumentar el bienestar social en un entorno de recursos limitados».
Fumadores pasivos
En pleno debate sobre si también se debe prohibir fumar en las terrazas públicas, el grupo está desarrollando el proyecto TACKSHS, que finalizará en 2019, en el que abordan la situación de los fumadores pasivos y las emisiones de cigarrillos electrónicos: evaluación de la exposición, intervenciones novedosas, impacto en enfermedades pulmonares y carga económica en diversas poblaciones europea, financiado por la Unión Europea en el marco del programa Horizonte 2020.
Tal y como explica el investigador de la Universidad Politécnica de Cartagena, «el proyecto persigue evaluar el impacto de la exposición al humo del tabaco y de los cigarrillos electrónicos sobre el aparato respiratorio en la población europea, prestando atención a cómo varía dicho impacto entre distintos grupos socioeconómicos».
El equipo de la UPCT se encarga de la parte de evaluación económica de los efectos de la exposición al humo ambiental mediante herramientas de modelización que combinan evidencia epidemiológica con información sobre los costes sanitarios y laborales asociados a las enfermedades del tabaco.
Por el momento, una de sus contribuciones al proyecto evalúa el coste de la exposición al humo ambiental en la población infantil en España. Según el catedrático, «los resultados muestran que en el año 2015 los casos de asma, otitis, y otras afecciones respiratorias causadas por el tabaquismo pasivo a nuestros niños generaron costes superiores a los 25 millones de euros».
La coordinación del proyecto es del Instituto Catalán de Oncología y como socios del consorcio están, aparte de la UPCT, la Agencia de Salud Pública de Barcelona, el Instituto de Investigación Farmacológica Mario Negri de Milán, la Universidad de Aberdeen, el Tobaccofree Institute de Dublín, el laboratorio Behrakis de Atenas, el Instituto Nazionali dei Tumori de Milán, el Instituto para la Prevención Oncológica de Florencia, el Instituto de Investigación Sanitaria Princesa de Madrid y el European Network for Smoking Prevention de Bruselas.
Una vez que finalice, Ángel López señala que «los resultados del proyecto, aparte de contribuir al conocimiento sobre los efectos de la exposición al tabaquismo pasivo, generarán evidencia que permite mejorar el diseño de las medidas regulatorias y fiscales destinadas a proteger a la población, especialmente a grupos vulnerables como los niños, de este factor de riesgo para la salud».
Un coste demasiado elevado para cualquier sociedad |
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