Comer bien para estar
sano. Hay una relación directa entre la dieta que sigues y las
posibilidades que tienes de padecer cáncer a lo largo de tu vida.
Hasta el 30% de los cánceres se podrían evitar siguiendo una buena
alimentación. ¿Qué alimentos son nocivos? ¿Cuáles son
beneficiosos? Hablamos con varios doctores y recuperamos varios
estudios médicos para contarte cómo prevenir el cáncer con una
buena alimentación.
1 El cáncer y la
dieta están relacionados.
Dieta y cáncer están
relacionados. Una alimentación sana y equilibrada reduce tus
posibilidades de sufrir esta enfermedad. Pero si comes mal, las
aumentas. Según la Organización Mundial de la Salud, se podrían
evitar el 30% de los casos de cáncer en todo el mundo con una dieta
sana y equilibrada.
Hay muchas líneas de
investigación abiertas sobre qué alimentos favorecen el cáncer y
cuáles lo evitan. Está comprobado, por ejemplo, que un consumo
excesivo de grasas saturadas puede provocar cáncer. También está
demostrado que comer más fruta y verdura es beneficioso.
Pero un alimento no
provoca, ni evita, el cáncer por sí sólo. Lo que influye es la
dieta en su conjunto.
2 No existen los
alimentos cancerígenos.
No hay ningún
alimento que por sí mismo provoque cáncer. Lo que sí puede
provocar esta enfermedad es una mala dieta mantenida durante mucho
tiempo. "Es el conjunto de la alimentación lo que puede
provocar un cáncer tumoral, no hay una lista cerrada de alimentos
cancerígenos", explica la Dra. Graciela García , oncóloga de
la Sociedad Española contra el Cáncer.
García da un ejemplo
de una dieta que podría provocar cáncer. Habla de "Una
alimentación muy rica en grasas de origen animal, en carne roja y en
productos precocinados y pobre en fibra, verduras y fruta".
Mantener este menú durante muchos años priva al organismo de muchos
nutrientes. Es esta carencia la que puede provocar la enfermedad.
Pero comer mal
también puede provocar cáncer a través de otra vía: la obesidad.
"Determinados tumores sí están relacionados con un sobrepeso
mantenido en el tiempo", comenta la Dra. García. Pero esto te
lo explicamos en el siguiente paso de este practicograma.
3 El consumo excesivo
de grasas saturadas es perjudicial.
No hay ningún
alimento que provoque cáncer por sí mismo. Aún así, sí hay un
nutriente que está implicado en muchos cánceres relacionados con la
dieta: la grasa saturada. Está presente en alimentos como la leche
entera, la mantequilla, la carne roja, el queso o el aceite de coco.
El Estudio Europeo
Sobre Cáncer y Nutrición establece una relación directa entre el
consumo elevado de grasas y el cáncer de mama. Afirma que las
mujeres que toman más de 35 gr de grasa saturadas al día tienen el
doble de posibilidades de tener cáncer de mama que las que consumen
menos de 10 gr. La Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura también advierte de este riesgo, y
afirma que aumentan las posibilidades de padecer cáncer de colon.
Hay un condicionante
muy importante en la relación que existe entre las grasas saturadas
y el cáncer: la obesidad. Una ingesta muy elevada de este nutriente
provoca sobrepeso, y esto a su vez puede causar la aparición de
tumores cancerígenos. Según el Instituto Nacional del Cáncer de EE
UU, el 4% de los nuevos cánceres que se registraron en hombres en
Estados Unidos en 2007 estuvieron provocados por la obesidad. En las
mujeres el porcentaje fue aún mayor: 7%.
4 Come más fruta,
verduras y legumbres.
"Hay muchos
estudios que ponen de relieve que las verduras, la fruta y las
legumbres tienen un efecto protector frente al cáncer", explica
la Dra. Irene Santacruz, de la Unidad de Coaching Nutricional del
Hospital Nisa. "Sus compuestos tienen una acción directa para
prevenir la enfermedad".
Estos alimentos
aportan al organismo una gran cantidad de vitaminas, fibra y agentes
fitoquímicos. Y son estos agentes los que tienen una acción
protectora frente a los tumores cancerígenos (‘Guía de
alimentación y salud’, UNED).
Santacruz resalta un
aspecto en el que insistimos mucho en este reportaje: ninguna fruta
ni verdura protege frente al cáncer por sí misma. "El brécol
es muy beneficioso para prevenir esta enfermedad, pero no por comer
sólo esta verdura se es inmune. Hay que tomarlo en el seno de una
dieta sana y equilibrada", recalca la doctora.
5 La forma de cocinar
influye.
La forma de cocinar
los alimentos puede influir en la aparición del cáncer. La
nutricionista Leticia Garnica, de Dietistaynutricionsita.com, explica
por qué. "Cuando cocinas una hamburguesa a la parrilla o a la
barbacoa la carne se quema. En esta parte dorada hay una gran
concentración de unas moléculas llamadas aminas heterocíclicas,
que son cancerígenas". Estos compuestos pueden estar presentes
en cualquier tipo de carne que se quema: ternera, pollo, cerdo o
pescado.
La nutricionista
apunta que esto sólo afecta a las carnes que se hacen a la parrilla.
"Cuando cocinas en la sartén no hay ningún riesgo, ya que no
hay contacto directo con el fuego", comenta Leticia.
Pero no se puede
generalizar. Es verdad que las aminas heterocílicas son
cancerígenas. Pero las fuentes consultadas para este reportaje sobre
alimentación y cáncer coinciden en que no afectan igual a todo el
mundo. Hay personas que metabolizan estas moléculas mejor que otras.
6 El alcohol puede
provocar cáncer.
Beber alcohol en
grandes cantidades puede provocar cáncer. Cuanto más alcohol beba
una persona, mayores son sus posibilidades de padecer esta
enfermedad. Según el Instituto Nacional del Cáncer de EE UU, el
3,5% de las muertes por cáncer en ese país desde 2009 han estado
relacionadas con el alcohol.
Queremos insistir
mucho en que el riesgo está en la cantidad. Beber una cerveza o un
vaso de vino no es peligroso. Lo que aumenta las posibilidades de
padecer cáncer es consumir mucho alcohol todos los días.
Si el alcohol se
consume junto con tabaco, las posibilidades de padecer cáncer se
disparan. Son mucho mayores que si se bebe o se fuma por separado. En
estos casos hay más posibilidades de padecer cáncer de boca,
faringe, laringe o esófago.
7 ¿Cómo sería el
menú ideal?
El menú ideal para
evitar el cáncer parte de una dieta sana y equilibrada. Toma nota:
-Entre seis y diez
raciones de legumbres, patatas o cereales al día.
-Entre dos y cuatro
raciones de fruta o zumos de fruta.
-Entre tres y cinco
raciones de hortalizas y fruta al día.
-Entre dos y tres
raciones al día de leche o derivados lácteos.
-Entre una y dos
raciones al día de huevos, pescado o carnes.
-Consume aceite y
grasas con moderación. No pases de los 80 gramos al día.
8 Recomendaciones
finales.
Hemos querido dedicar
este último paso para recopilar unos consejos sobre alimentación y
cáncer. Están sacados de la guía ‘Alimentos, nutrición,
actividad física y la prevención del cáncer’, editada por la
Organización Mundial de la salud.
-Evita el sobrepeso y
la obesidad.
-Mantén un estilo de
vida activo: haz deporte.
-Limita el consumo de
bebidas azucaradas.
-Comes más verduras,
frutas y hortalizas.
-Limita la ingesta de
carnes rojas.
-Limita la ingesta de
bebidas alcohólicas.
El 30% de los cánceres se podrían evitar siguiendo una buena alimentación |
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