La mayoría de los afectados por
una laringectomía total acuden a una asociación de laringectomizados para que
les informen de qué ha ocurrido y qué posibilidades tienen de volver a hablar.
Afortunadamente, en las asociaciones hay monitores operados que hablan
perfectamente con la voz esofágica, impartiendo las clases de rehabilitación de
la voz, algo que supone el primer aliciente para comenzar un camino que estará
lleno de altibajos. De igual forma, también se suele contar con la ayuda de
psicólogos y logopedas, que guían a los operados en todo el proceso de
recuperación física y psicológica.
Según la experiencia que he
tenido dando clase de la voz esofágica, considero que el método que se puede denominar
“vocálico” es bastante eficaz para conseguir un buen aprendizaje.
Esta técnica consiste en aprender a pronunciar con la voz esofágica las cinco
vocales del español, pues se trata de fonemas fáciles de emitir al principio de
este proceso y, al pronunciarlos bien, se tendrá más facilidad para comenzar a
decir palabras, desde monosílabos hasta heptasílabos, y, más tarde, oraciones
simples y subordinadas. El primer paso consiste en utilizar el primer sonido
que se produce en el esófago, para que, una vez ha llegado a la cavidad oral,
se articule como el fonema /a/. Para ello se siguen las siguientes
instrucciones:
· Introducir aire en la boca, cerrar ésta y
empujar ese aire con la lengua hasta que llegue al esófago.
· Impulsar el aire que ha llegado al esófago hacia
arriba, para que vibre en la neoglotis y, al llegar a la cavidad oral, se
articule como el fonema /a/. Para eso, sólo se necesita colocar los labios
igual que cuando se pronuncia la /a/ con la voz laríngea.
· Repetir este proceso varias veces, descansando
entre una y otra, pues, al principio, es muy costoso y hay que mantener la
calma. Es difícil producir el sonido en los primeros intentos, pero no hay que
dejar de intentarlo hasta que se consiga.
· Cuando ya se ha conseguido pronunciar la /a/, se
recomienda emitirla varias veces, de forma relajada, sin forzar la voz y
dejando unos segundos de tiempo entre una emisión y otra. Además, es
recomendable beber agua durante todo el tiempo en que se está hablando, pues la
boca se reseca mucho, también como consecuencia de la operación, sobre todo si
ha habido sesiones de radioterapia.
Después, se realiza el mismo
proceso con las demás vocales: /e/, /i/, /o/, /u/, haciendo una pausa entre una
y otra. Hay que especificar que las vocales que más cuesta pronunciar son la
/i/ y la /u/, al ser las más cerradas. Aproximadamente,
las pausas entre una vocal y otra serán de tres o cuatro segundos, tiempo
suficiente para volver a tomar aire y pronunciarlas de forma suave, sin forzar
la creación del sonido, pues parte del aire que asciende desde el esófago hasta
la cavidad oral puede salirse por el estoma, convirtiéndose en un ruido de
fondo que hace perder intensidad a la voz, o incluso, que ésta no se produzca.
Emitir
con claridad las cinco vocales, de forma seguida, dejando tres o cuatro segundos entre una y
otra, supone el primer paso para aprender a dosificar el aire en cada “golpe”
de voz. Los monitores de la voz esofágica denominan así al número de veces que
el hablante necesita para pronunciar una sílaba o palabra. De esta manera, una
vocal se pronunciará mediante un golpe de voz: [a], y el conjunto de dos
vocales se puede pronunciar con dos golpes de voz: [a], [e], o mediante uno
solo: [áe]. También depende de la facilidad de cada hablante para producir el
sonido esofágico, y de su esfuerzo diario para volver a hablar.
El segundo paso en el método
vocálico es la formación de parejas de vocales, facilitando su entonación al
hacer hincapié en la primera de las dos vocales: [áe], [ái], [áo], [áu]; [éa],
[éi], [éo], [éu]; [óa], [óe],[ói], [óu]; [úa], [úe], [úi],[úo]. Las pausas ente
una pareja de vocales y otra pueden ser un poco más largas, pues cada hablante
necesitará un tiempo determinado para hacer este ejercicio.
El tercer paso será hacer
hincapié en la segunda vocal del par, alargándola al máximo: [aeee], [aiii], [aooo],
[auuu]; [eaaa], [eiii], [eooo], [euuu]; [oaaa], [oeee], [oiii], [ouuu]; [uaaa],
[ueee], [uiii],[uooo]. Tal ejercicio supondrá ampliar la capacidad para
dosificar el aire y hablar de forma encadenada, evitando el ritmo silábico.
Cuando ya se domina totalmente
este método vocálico, se pasa a emitir palabras de diferente extensión, pues el
hablante, al haber aprendido a dosificar el aire, ya puede pasar a un nivel más
avanzado. Así, continúa su proceso de aprendizaje siguiendo estos pasos:
· Pronuncia
monosílabos y bisílabos como: sol, luz, tú, yo, agua, mío, hola, adiós, mujer,
hombre, hijo,… Éste supone un buen ejercicio para comprobar la diferencia entre
pronunciar una palabra de una vez, o fraccionarla en varias sílabas. De esta manera, el hablante
producirá una voz con una entonación que se acerca bastante a la de su voz
laríngea anterior, evitando hablar de forma silábica.
· Después, practica la emisión de palabras de tres
y cuatro sílabas como: amigo, familia, futuro, teléfono, periódico, superación,
simpatía,... para potenciar la capacidad de retención
de aire en el esófago, pues cuanto mayor sea ésta más sílabas se podrán
pronunciar.
· El proceso continúa con la pronunciación de
palabras que tienen entre cinco y siete sílabas, para terminar de perfeccionar
la dosificación de aire a lo largo de la palabra, evitando que las primeras
sílabas se entiendan muy bien y las últimas no.
Para esto hay un pequeño “truco”: comenzar a pronunciar la
palabra de forma suave, relajada, e ir subiendo la intensidad de la voz poco a
poco, hasta llegar a la última sílaba. Un ejemplo de estas palabras sería: colaboración,
posibilidad, hostelería, encarecimiento, laringectomía, descubrimiento, progresivamente,…
· Después, se trabaja en
la pronunciación de oraciones simples y subordinadas, donde el hablante nota
que los anteriores ejercicios le han servido para dosificar el aire y controlar
la intensidad de la voz desde el principio hasta el final de cada palabra, evitando
que se pierda aire por el estoma y la voz suene estridente. Además, es en esta
fase donde se empieza a practicar la entonación para darle énfasis a aquellas
oraciones exclamativas, interrogativas, desiderativas, con un tono irónico, de
enfado, etc. Un ejemplo de estas
oraciones sería: “Tú eres Pepe, ¿verdad?”; “Llamo porque quiero hacer un
encargo para este viernes, si es posible”; “No, si a mí no me molesta en
absoluto que me avisen a última hora”, “¡No me digas que no te han contado la
noticia!“, “Es lo más bonito que he visto en mi vida”, “Si pudiera volver hacia
atrás, cambiaría muchas cosas”,...
Por
otro lado, es necesario destacar que se alcanza el nivel más alto dentro de la
producción de la voz esofágica, cuando se adquiere suficiente soltura y fluidez
para participar en todo tipo de reuniones, debates, monólogos y conversaciones
telefónicas. La ventaja de estas últimas es que desaparece la limitación de la
intensidad de la voz, pues se incrementa a través del auricular.
De
igual forma, leer textos en voz alta supone también una prueba de que el
hablante con voz esofágica domina perfectamente su lenguaje y su capacidad para
expresarse, pues tiene que utilizar todo lo que previamente ha aprendido sobre
su tipo de voz para conseguir una intensidad, un ritmo y una entonación
adecuados, para poder transmitir lo que está leyendo.
Este
proceso de aprendizaje es largo y difícil, en unos casos, y más corto y
relativamente sencillo, en otros. Por eso, nunca se puede ofrecer una cifra
sobre cuánto tiempo se tarda en volver a hablar, ni qué dificultad tiene. Todo
dependerá de cada persona y de las consecuencias de la intervención. No
obstante, cada vez hay más personas que consiguen hablar con la voz esofágica
en unos pocos meses, y eso se debe, no sólo a su rápida recuperación hospitalaria, sino a su esfuerzo
y entusiasmo durante el aprendizaje.
Maria de los Ángeles, yo como monitor de una asociación doy fe de que todo lo expuesto en lo anterior mente,por ti expuesto es tan real como la vida misma, y yo nada más puedo agrear a loes puesto, que a quellas personas que se encuentren operadas que no lo duden ni un momento y se informen en alguna asociación.
ResponderEliminarM. Castillo.
Hola soy laringectomizado de hace tres años,en Veracruz,Mexico, por aca desafortunadamente no hay asociaciones de ese tipo, yo me auilio con laringófono desde hace poco mas de un año.Reciban saludo desde el puerto de Veracruz....
ResponderEliminarSoy terapeuta de lenguaje águila águila ruy te puedo ayudar aca en México saludos
ResponderEliminarLas indicaciones para iniciarse en la voz esofágica me parecen buenas, pero creo que hay algo mal expresado. Dejando de la lado la referencia al "auricular", que entiendo que tendría que decir "micrófono", quiero llamar la atención sobre la frase "pues parte del aire que asciende desde el esófago hasta la cavidad oral puede salirse por el estoma, convirtiéndose en un ruido de fondo". El aire del esófago no puede salirse por el estoma, pues en una laringectomía normal no hay ninguna conexión de la vía esofágica y la traqueal. Supongo que se quiere decir que un exceso de esfuerzo produce una salida simultánea de aire pulmonar por el estoma y general silbido o ruido.
ResponderEliminarMi comentario ha aparecido, por descuido mío, como de "Unknown". Ahora me permito hacer constar que soy el autor del dibujo que ilustra el artículo.
ResponderEliminarMuy interesante y muy efectivo
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