En 2013 el actor Michael
Douglas manifestó en una entrevista que el cáncer de lengua que
había sufrido tres años antes tenía su origen en la práctica de
sexo oral. Esta declaración situó en el debate público el papel
del virus del papiloma humano (VPH) como agente causal del cáncer
oral. Hasta entonces, los cánceres de garganta y boca se habían
asociado tradicionalmente al consumo de tabaco y de alcohol. Pero lo
cierto es que la literatura científica ya hacía más de una década
que analizaba la creciente importancia del VPH como agente causante
de estos tipos de cáncer.
Se sabía que el VPH
causaba el cáncer de cérvix pero no fue hasta hace unos años
cuando también se vio que provocaba un subtipo de cánceres de
cabeza y cuello, que es el nombre que reciben aquellos que afectan a
la cavidad oral, la faringe y la laringe. El año pasado, la revista
Nature publicaba una noticia, «VPH: Sexo, cáncer y un virus», en
la que repasaba los trabajos de Maura Gillison, una de las
investigadoras que ha aportado mayor evidencia de que el VPH es la
causa de unos tipos de tumores, principalmente ubicados en la
orofaringe (parte posterior de la cavidad oral).
Más cánceres producidos
por el VPH
Alfonso Berrocal, jefe de
sección del servicio de oncología del Hospital General de Valencia
y miembro de la Junta del Grupo Español de Tratamiento de Tumores de
Cabeza y Cuello, explica que efectivamente «se está produciendo un
cambio en la epidemiología del cáncer de cabeza y cuello. Está
aumentando en una población distinta, que son los pacientes que
tienen infección por el virus del papiloma humano. De hecho, clínica
y molecularmente posiblemente sea un cáncer diferente al que veíamos
hasta ahora en el sentido de que acostumbra a aparecer en gente más
joven, de entre 35 y 40 años, y en unas localizaciones más
específicas como son las de la orofaringe».
La infección por el VPH
no tiene una distribución igual en todos los territorios
geográficos. «En los Estados Unidos y el norte de Europa hay un
aumento de tumores de orofaringe asociados al VPH. Se estima que
cerca de un 60% de los casos, un 80% en el caso de un registro
sueco», afirma Alfonso Berrocal. Y continua explicando que en España
y, en general en Europa del sur, la incidencia de infección por el
VPH es más baja: «la tasa que nosotros tenemos descrita de
incidencia del VPH en este tipo de neoplasias es de un 15-20%. Esto
posiblemente se pueda atribuir a que el cambio de las conductas
sexuales se produjo un poco más tarde».
No tanto el sexo, como el
número de parejas
Pero ¿tanto han cambiado
nuestras conductas sexuales o es que ahora el análisis del tumor
permite conocer mejor las causas? «Posiblemente han pasado varias
cosas. Antes no hacíamos serologías para el VPH y ahora sí. Por
otra parte, el consumo del tabaco está disminuyendo por lo que
encontramos cada vez más proporción de otros casos no relacionados
con el tabaco. Y, obviamente, cambio en las conductas sexuales sí
que ha habido. Los estudios que hay, hablan de un número importante
de parejas. El último que he revisado, el de los suecos, establecen
cambios de incidencia entre 1 i 6 parejas, de 6 a 25 y más de 25. El
riesgo más elevado estaba por encima de 25 parejas y eso no era tan
habitual antes y ahora sí que lo es más. Realmente con lo que tiene
que ver es con el aumento de parejas, de saliva compartida. Y en eso,
los cambios de conducta han sido importantes» aclara el doctor
Berrocal.
Hay que tener en cuenta
que no todas las infecciones de VPH causan cáncer. De hecho, la
mayor parte de las personas sexualmente activas acaban estando
expuestas al virus en algún momento de su vida aunque solo algunos
serotipos del VPH son oncogénicos: «En el cáncer de cérvix son el
16 i el 18. En el cáncer de cabeza y cuello, prácticamente el 95%
de los casos están asociados al 16. Pero incluso tener una infección
por el serotipo 16 tampoco significa que vayas a desarrollar un
cáncer. La neoplasia solo la desarrollan algunas personas y puede
haber factores adicionales: algún tipo de inmunosupresión o de
comorbilidad asociada que favorezca la progresión de la enfermedad»,
confirma Alfonso Berrocal.
Mayor incidencia en
hombres
También se atribuye a
las costumbres el hecho de que los cánceres de cabeza y cuello
tengan más incidencia entre hombres que mujeres: una mujer por cada
cinco hombres en el caso de los producidos por agentes etiológicos
como el tabaco y el alcohol, y una por cada tres hombres en los
causados por el VPH.
Igualmente, los
mecanismos por los que se activa la carcinogénesis son diferentes
cuando la etiología es vírica que cuando es un agente cancerígeno
como el tabaco. Las mutaciones en la célula tumoral son diferentes y
eso hace que los tumores tengan un comportamiento diferente. Se ha
visto que los provocados por el VPH presentan mayores índices de
curación y por eso ahora se estudia si con tratamientos menos
agresivos en estos pacientes se podrían conseguir las mismas tasas
de curación.
«Se sabía que el VPH
causaba el cáncer de cérvix, pero hace unos años se vio que
también provocaba un subtipo de cánceres de cabeza y cuello»
El cáncer de cabeza y
cuello es el sexto tipo de cáncer más común en Europa. Según la
Sociedad Europea de Cáncer de Cabeza y Cuello (EHNS, por sus siglas
en inglés) más de 150.000 personas fueron diagnosticadas con estos
tipos de cáncer en 2012. Un 60% de estos, más de la mitad,
presentaban enfermedad avanzada, cosa que complica el pronóstico y
que hace necesario un tratamiento más agresivo. Cuando el paciente
se encuentra en fases iniciales, las tasas de curación llegan al
90%. Por eso, hace dos años que esta Sociedad ha iniciado una
campaña, «Make Sense Campaign», con el fin de concienciar del
problema que suponen estos tipos de cáncer.
A pesar de que algunos
famosos como Michael Douglas no han escondido su enfermedad, el
cáncer de cabeza y cuello continúa teniendo poca visibilidad
pública. «Es un cáncer asociado a actividades como el exceso de
consumo de tabaco, al alcohol y ahora, además, al sexo, con lo que
son tumores que creo que la gente tiende a esconder. El padre del
anterior rey tenía un cáncer de cabeza y cuello [laringe] y eso no
contribuyó a una mayor difusión de la enfermedad. De hecho, la
impresión de los especialistas es que es una enfermedad aun
relativamente desconocida y eso hace que la gente acuda a la consulta
muy tarde», confirma Alfonso Berrocal.
De la misma manera opina
Marta Camps, odontóloga y que se doctoró bajo la dirección de José
Vicente Bagán, jefe de servicio de estomatología del Hospital
General de Valencia: «vi mucha odontología hospitalaria y por eso
me formé tanto en enfermedades… Ahora ya hace casi veinte años
que veo a pacientes en la clínica y aún hay quien me dice: 'ah,
pero ¿hay cáncer en la boca?' No se conoce nada».
Síntomas
Las diversas campañas
intentan hacer difusión de los síntomas de este tipo de cáncer con
el fin de poder hacer un diagnóstico precoz de la enfermedad. Una
ronquera, dolor de garganta, molestias al tragar, una llaga en la
boca, placas blancas o rojas en la lengua, una disminución de la
salivación o un cambio en las mucosas, son algunos de los síntomas
ante los que se recomienda visitar al especialista si no han curado
en tres semanas. También «una lesión que es dura a la palpación.
Un bulto duro en una mucosa que es blanda, es sospechoso» comenta
Marta Camps quien insiste en que el diagnóstico precoz es
fundamental: «no se puede entretener al paciente tres meses con
enjuagues bucales a ver qué tal». Reconoce que ha visto más casos
de los que se imaginaba en su vida profesional: «Pensaba que iba a
ver uno o dos y últimamente he visto muchos más. En julio, dos en
la misma mañana. Estuve todo el verano dándole vueltas y en
septiembre, tras las vacaciones, vi otros dos». A pesar de ello,
Marta Camps destaca el aspecto positivo: «El cáncer de boca se cura
si se diagnostica».
Importancia de la
prevención
De momento, los cánceres
de cabeza y cuello no disponen de ningún sistema de cribado.
Actualmente se investiga con algunas proteínas asociadas a la
infección con el fin de poderlas detectar en saliva o en la cavidad
oral pero eso aún es a nivel experimental. La mejor prevención
continúa siendo la de eliminar los principales factores de riesgo:
tabaco y alcohol. Es más «el consumo de tabaco puede potenciar los
efectos del VPH, por lo que reducir alcohol y tabaco siempre es
positivo» apunta Alfonso Berrocal. Una buena higiene de la cavidad
oral también es importante así como adquirir la costumbre de
visitar al odontólogo una vez al año y autoexplorarse la boca ante
el espejo.
El consumo de tabaco puede potenciar los efectos del VPH |
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