Asociación Barcelonesa de Laringectomizados: El habla en los laringectomizados

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martes, 25 de noviembre de 2014

El habla en los laringectomizados

Como la mayoría de nosotros podemos hablar, prestamos poca atención a la naturaleza del habla o cómo se produce. El habla es nuestra forma habitual de comunicación. Con ella somos capaces de transmitir, y sin ella nuestra vida sería más complicada. Al pensar en cómo se produce el habla, la mayoría de la gente piensa inmediatamente en los labios y la lengua, pero participan varios órganos más del cuerpo: centros y vías nerviosas, pulmones, tráquea, laringe (que contiene las cuerdas vocales), faringe, nariz y boca.

La voz se produce cuando el aire, al ser exhalado de los pulmones, hace vibrar las cuerdas vocales. Este sonido es modificado por la lengua, labios, mejillas y paladar. El sistema nervioso central estructura las palabras y el lenguaje.

¿Qué pasa si la laringe sufre alguna alteración?

La laringe puede ser extirpada por diferentes motivos, y una de las causas más frecuentes es por un tumor. La extirpación puede ser total o parcial, pero en ambos casos se suele practicar también una traqueotomía: un orificio practicado en la parte baja y anterior del cuello que comunica la traquea con el exterior. El laringectomizado tiene que respirar de por vida por el traqueostoma, por lo que respira aire que no está ni filtrado, ni calentado, ni humedecido.

Aunque los laringectomizados totales no pueden hablar de forma natural, los parciales sufren una extirpación incompleta que les permite el paso del aire por vías naturales, en mayor o menor grado. En este caso, para hablar suele bastar con poner el dedo sobre el orificio traqueal, aunque sólo pueden hacerlo durante poco tiempo.


Métodos para recuperar el habla

Los laringectomizados recurren a su esófago para inyectar el aire, y así poder hablar. Existen varios métodos para mejorar el habla, desde la voz esofágica hasta los aparatos electrónicos.

Voz esofágica: es el método más antiguo y consiste en la producción de la voz introduciendo aire en el tercio superior del esófago. Es una voz ronca y con muy poco tono, y no es posible gritar. Para hacer esto y para evitar el soplo traqueal, es necesario un proceso de aprendizaje, con la asistencia de un logopeda.

Laringes electrónicas: son aparatos, generalmente tubulares, con control de encendido, volumen y tono, que producen vibraciones gracias a la fuerza de las baterías incorporadas. Al entrar en contacto con la musculatura del cuello, se produce un sonido que es llevado al interior de la boca para producir una articulación normal.

Válvula fonatoria: son unas cánulas que cuentan en su extremo exterior con una membrana oscilante que se desplaza con la respiración y permite hablar sin necesidad de ocluir el traqueoestoma con el dedo. Se consigue una producción de voz similar a la de la esofágica.

La voz esofágica no es melodiosa, aunque algunos laringectomizados consiguen cierta fluidez en sus voces, tras cierta práctica, y con ayuda de un logopeda. Es imprescindible estar motivado para aprender a hablar con voz esofágica, ya que puede resultar un proceso lento en algunos casos. A pesar de que hay personas que aprenden a hablar casi enseguida después de la operación, otros pueden necesitar hasta un año para desarrollar una voz comprensible. De todas formas, si no hay progreso, entonces el uso del laringófono será lo más recomendable.


Consejos para enfrentar una laringectomía

Generalmente, el primer problema es enfrentar el diagnóstico del tumor, por lo que se aconseja intentar conocer la naturaleza de la enfermedad y de los procedimientos quirúrgicos. Es importante hablar sobre lo que se siente, y especialmente, sobre los temores relacionados. El enfermo necesita siempre el apoyo de sus seres queridos. Demuéstrale que le importas.

Cuando comienza el proceso de aprendizaje de la voz esofágica, hay que procurar no interrumpir al larigectomizado, y no intentar hablar por él, para darle la oportunidad de aprender este nuevo habla. Asimismo, el que le cueste hablar no quiere decir que le cuesta oír, por lo que hay que hablarle con intensidad normal. A veces, apoyarse con papel y lápiz puede ser útil, ya que el ver limitada la expresión puede causar frustración. Como método para llamar la atención, el laringectomizado puede aplaudir o tocar un silbato.

Por último, si el afectado se muestra intolerante o se irrita con facilidad, intenta comprender cómo se siente. Es importante mostrarse comprensivo y paciente para permitirle que se exprese.



El enfermo necesita siempre el apoyo de sus seres queridos

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