- Lanzamiento inaugural del lema de la campaña de 3 años del Día Mundial contra el Cáncer: «Yo Soy y Voy A»
- La detección temprana, el cribado y el diagnóstico, entre las formas más efectivas de salvar más vidas
- Más de 18 millones de nuevos casos de cáncer diagnosticados en 2018 en todo el mundo
- Los estudios de caso reflejan conocimientos expertos para mejorar la detección temprana
Lunes, 4 de febrero (Worldcancerday.org) – El
Día Mundial contra el Cáncer de 2019 señala la necesidad de tomar
medidas urgentes para potenciar la detección, el cribado y el
diagnóstico del cáncer en sus fases iniciales con el fin de mejorar
significativamente las probabilidades de sobrevivir de los pacientes con
cáncer. Bajo el lema «Yo Soy y Voy A», el Día Mundial contra el Cáncer,
liderado por la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC), pretende
incitar a las personas, a la comunidad de la salud y a los gobiernos a
aumentar la concienciación pública y el acceso a la detección temprana,
al cribado y al diagnóstico.
En 2018 hemos sido testigos de más de 18 millones de nuevos casos1] de
cáncer en todo el mundo, de los cuales 5 millones fueron casos de
cáncer de mama, de cuello uterino, colorrectal y oral que podrían
haberse detectado antes y tratado más eficazmente[2].
La detección temprana, el cribado y el diagnóstico mejoran las tasas de
supervivencia y la calidad de vida de los pacientes, a la vez que
reducen significativamente el coste y la complejidad del tratamiento
oncológico. Obstáculos individuales, en el sistema sanitario o a nivel
gubernamental son comunes en todo el mundo e impiden que millones de
personas reciban un diagnóstico temprano y un mejor tratamiento.
El doctor Cary Adams, Director Ejecutivo de la Unión Internacional Contra el Cáncer, afirmó lo siguiente: «En
este Día Mundial contra el Cáncer queremos que las personas sepan que
hay muchos cánceres que pueden tratarse e incluso curarse, especialmente
si se detectan y tratan lo antes posible. Al detectar el cáncer en su
etapa más temprana, aprovechamos esta extraordinaria oportunidad para
evitar millones de muertes innecesarias en todo el mundo».
La detección temprana, el cribado y el diagnóstico mejoran las tasas de supervivencia
A nivel global, la mayoría de los cánceres
puede detectarse de manera temprana. Cuando un cáncer se detecta en una
fase temprana —y se combina con un tratamiento adecuado—, la posibilidad
de sobrevivir más de cinco años es mucho más elevada que cuando se
detecta en una fase posterior en la que el tumor se ha extendido y la
enfermedad está más avanzada.
En Estados Unidos, se calcula que solo el
15% de las mujeres diagnosticadas de cáncer de cuello uterino en fase
avanzada podría sobrevivir más de 5 años. Ese porcentaje asciende al 93%
si la enfermedad se diagnostica cuando el cáncer aún no se ha extendido
a los tejidos cercanos[3].
Este patrón se mantiene incluso en contextos donde los ingresos son
bajos. En la India, un estudio realizado en mujeres del medio rural con
cáncer de cuello uterino señaló que el 9% de las mujeres diagnosticadas
en fase IV podría sobrevivir más de 5 años mientras que el 78% lo haría
si la enfermedad fuera diagnosticada en fase I[4].
La detección temprana, el cribado y el diagnóstico ahorran dinero
El diagnóstico temprano también puede
reducir el coste del tratamiento. Estudios realizados en países con
ingresos altos demuestran que los tratamientos de pacientes
diagnosticados de forma temprana cuestan entre dos y cuatro veces menos
que los tratamientos de pacientes con cáncer avanzado[5].
Un estudio realizado en Estados Unidos refleja que el ahorro obtenido
gracias al diagnóstico temprano es de 26 mil millones de dólares al año a
nivel nacional[6].
mientras que en otro estudio del África subsahariana y del Sudeste
Asiático quedó claramente demostrada la rentabilidad de las iniciativas
de intervención temprana, especialmente en los programas de cribado de
cáncer de cuello uterino y colorrectal[7].
A pesar de ello, millones de casos de cáncer son diagnosticados tarde,
lo que implica tratamientos caros y complejos, una menor calidad de vida
y muertes que podrían evitarse.
Su Alteza Real la Princesa Dina Mired, Presidenta de la UICC y madre de un superviviente de cáncer, afirmó lo siguiente: «El
cáncer avanza con mayor facilidad en los casos en los que se
diagnostica de forma tardía. El retraso le permite extenderse y causar
daños de una manera indiscutible. Por esta razón, os animo a todos a
que, en este Día Mundial contra el Cáncer, os familiaricéis con los
signos y síntomas de esta enfermedad y a no tener miedo de buscar ayuda
inmediatamente. De la misma forma, animo a los gobiernos a que prioricen
y sistematicen los programas de detección temprana y de cribado para
que sea más fácil acceder a ellos, y dar a todos la oportunidad de
enfrentarse al cáncer».
Barreras individuales para la detección temprana, el cribado y el diagnóstico
Existe una serie de factores físicos,
psicológicos y socioeconómicos a nivel individual que pueden afectar a
la detección temprana y el cribado, como son la edad, algunas pautas
masculinas, sentimientos de vergüenza y miedo y una concienciación
deficiente en torno a la salud.
La edad puede influir enormemente en la
capacidad de las personas para comprender y comunicar los síntomas
tempranos de cáncer, lo que hace que los niños sean un grupo
especialmente vulnerable. Sin embargo, los cánceres infantiles están
entre las formas de cáncer más tratables; el 80% de los cánceres
infantiles se puede curar si se diagnóstica y trata de forma inmediata[8].
Algunas pautas masculinas[9], junto con la acusada falta de promoción de la salud relativa a su género[10],
pueden provocar comportamientos que eviten buscar ayuda, incluso cuando
los hombres sospechan de forma temprana que pueden tener un cáncer. El
apoyo de cónyuges y miembros de la familia ha resultado ser el factor
principal que anima a los hombres a buscar ayuda.
Los sentimientos de vergüenza y miedo,
combinados con las creencias culturales y una concienciación deficiente
en torno a la salud, también pueden hacer que las personas eviten
solicitar atención médica o asistir a los programas de cribado. En 2018,
un estudio en Reino Unido señaló que una de cada cuatro personas no
solicitaría atención médica tras encontrar un posible síntoma de cáncer
por miedo al diagnóstico[11].
Con el fin de cambiar estos comportamientos, las campañas de
concienciación deben hacer hincapié en la importancia de realizar un
diagnóstico temprano y animar a la gente a buscar ayuda pronto. En
Bangladés, una encuesta en pacientes con cáncer de mama indicó que casi
la mitad de los encuestados probó inicialmente un tratamiento
alternativo antes de buscar asistencia médica convencional, lo que
retrasó cuatro meses, de media, el diagnóstico de la enfermedad [12].
Con el fin de lograr una mayor participación en los programas de
detección, es preciso que dichos programas estén adaptados a la cultura
en cuestión, lo que supondría una mejora en la formación de competencias
culturales del personal sanitario y un aumento en el número de
educadores de programas de un determinado grupo cultural.
Barreras en el sistema sanitario para la detección temprana, el cribado y el diagnóstico
La posibilidad de aumentar el nivel de
concienciación entre médicos, enfermeros y otros profesionales de la
salud en cuanto a la detección temprana es real, especialmente a nivel
de la atención primaria. En Reino Unido, un estudio concluyó que la
mayoría de las personas presenta signos y síntomas de cáncer detectables
a nivel de atención primaria el año anterior a su diagnóstico formal de
cáncer[13].
Sin embargo, aun cuando un médico o facultativo sospeche de la
posibilidad de un cáncer, las deficiencias en el sistema pueden impedir
que se derive a dichos pacientes de forma apropiada para realizarles
pruebas y establecer un diagnóstico, lo que genera retrasos en su
tratamiento. Cuando los pacientes sí se derivan para realizar las
pruebas diagnósticas, las limitaciones en el acceso a los servicios de
patología y las tecnologías de diagnóstico pueden provocar que los
servicios de salud se retrasen a la hora de ofrecer diagnósticos
tempranos y tratamientos para el cáncer. Esto sucede especialmente en
países de ingresos bajos, donde se observa una gran cantidad de
diagnósticos en fase avanzada —solamente el 35 % de los países de
ingresos bajos afirmó que los servicios de patología estaban disponibles
a nivel general, en comparación con los países de ingresos altos, donde
el porcentaje asciende a más del 95%[14].
Los gobiernos deben convertir sus compromisos en acciones
Como parte de su iniciativa estrella Tratamiento para todos,
la UICC y sus más de 1100 organizaciones miembro, presentes en más de
170 países, instan a los gobiernos a que conviertan su compromiso de
reducir la incidencia del cáncer en medidas concretas a nivel nacional.
El Plan Nacional de Control del Cáncer de cualquier país debe incluir
unas medidas sólidas de detección y de diagnóstico temprano, así como
unas medidas concretas para la mejora de la prevención, tratamiento y
cuidado oncológicos. Al poner en marcha estrategias con recursos
apropiados, basadas en la prevención, la detección temprana y el
tratamiento, se pueden salvar hasta 3,7 millones de vidas cada año[15].
Para mejorar la detección temprana, el
cribado y el diagnóstico, y en consonancia con las directrices
establecidas por la Organización Mundial de la Salud[16], la UICC recomienda a todos los gobiernos lo siguiente:
- Que tomen medidas para reducir el estigma y aumentar el nivel de concienciación pública en torno a las señales y los síntomas del cáncer
- Que lleven a cabo cribados y programas de detección temprana rentables y basados en la población
- Que refuercen los mecanismos de derivación de los sistemas nacionales de salud para que se dirijan los posibles casos de cáncer a instalaciones que ofrezcan servicios de diagnóstico y de tratamiento
- Que aumenten la inversión en las capacidades de diagnóstico.
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director general de la Organización Mundial de la Salud, afirmó lo siguiente: «Durante
muchos años el cáncer se ha visto como una enfermedad muy compleja y
muy cara de gestionar. En realidad, no es así. Si no respondemos de
manera contundente al cáncer, las consecuencias económicas y sociales
serán astronómicas. Para ganar la lucha contra el cáncer, los países
deben garantizar que los servicios para la prevención, detección
temprana y tratamiento oncológico, así como los cuidados paliativos,
están integrados en paquetes de prestaciones como parte de los esfuerzos
por lograr una cobertura sanitaria universal».
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