- La medida incluye el nuevo empaquetado con más alertas
- La Mesa del Tabaco dice que "España está en el límite de la regulación"
Nuevo frente abierto para la industria del tabaco en España. Tras la subida de impuestos que hizo a todas las marcas subir precios y que se ha traducido en el inicio de año con un descenso en las ventas, las empresas tendrán ahora que adaptarse a la nueva directiva europea del tabaco, cuya transposición fue finalmente aprobada el viernes en el Consejo de Ministros. El nuevo marco regulatorio afecta a las cajetillas, los ingredientes, la trazabilidad y los cigarrillos electrónicos
El Real Decreto aprobado llega con un año de retraso. La directiva vio la luz en mayo de 2014 y daba hasta el mismo mes de 2016 a los estados para incorporarla a su marco legislativo. El largo periodo de Gobierno en funciones y las dos convocatorias electorales retrasaron su aprobación.
La directiva de 2014, que ahora llega al marco regulatorio español, tiene un carácter más de restricciones comerciales que de consumo, ante lo que en el sector no se prevén nuevos cambios.
El retraso en la llegada de la directiva hizo a la industria adelantar el punto de la regulación que más claro quedaba en el texto comunitario: las nuevas cajetillas. Se trata de un nuevo formato que se comenzó a comercializar en mayo del año pasado y que, según señaló el viernes la Mesa del Tabaco, prácticamente todas las marcas ya han adoptado.
Así, desde mayo del año pasado las cajetillas de tabaco tienen alertas sanitarias más grandes. Éstas ocupan el 65% de las caras frontales y un 50% de los laterales. Además, los avisos desplazan la marca a una posición inferior. La normativa da más tiempo para que las empresas puedan también cambiar de ubicación las etiquetas de impuestos que hay en los envases de cigarrillos.
La jurisprudencia de la UE respecto a otras transposiciones hizo a las compañías comenzar a aplicar esta medida el año pasado pese a que no se había aprobado todavía en España. El marco comunitario permitía un año a las marcas para dar salida a aquellas del formato anterior.
Esta medida nació con polémica y algunas empresas llevaron a la justicia el marco regulatorio, aunque el Tribunal de Justicia de la Unión Europea tumbó estas demandas al entender que la directiva no excedía “los límites de lo que es apropiado y necesario” y que son “proporcionadas” las normas.
Pero más allá de este cambio, la industria se prepara para adaptarse al resto de modificaciones que trae consigo la directiva. El nuevo marco regulatorio obliga a las tabaqueras a eliminar todos aquellos productos con sabores como vainilla o chocolate al entender que pueden hacer al tabaco más atractivo, por ejemplo, para menores.
Por otro lado, también prohibe la venta de cigarrillos mentolados, aunque en este caso permite a las empresas adaptarse hasta 2020. Si bien, fuentes del sector explican que este tipo de productos no tienen mucha presencia en España, por lo que afecta más a otros mercados como Polonia, donde tienen cerca de un tercio del mercado.
Además, la nueva normativa prohibe las cajetillas de tabaco de menos de 20 cigarrillos y acota el tamaño de las bolsas de tabaco de liar. En estas, también les impone un aumento de las advertencias sanitarias.
Fuera del Real Decreto, el Consejo de Ministros aprobó ayer un anteproyecto de ley para incluir otras medidas de la directiva, como en lo referente al cigarrillo electrónico. En este caso, la directiva obliga a incluir advertencias sanitarias en estos dispositivos. Según explicó Íñigo Méndez de Vigo, portavoz del Gobierno, supondrá el 30% del envase.
Según figura en la referencia del Consejo de Ministros, se regula este producto para “evitar posibles efectos perjudiciales, habida cuenta de que según la Organización Mundial de la Salud, no se pueden excluir los riesgos para la salud”. Se restringe, además, el contenido de los líquidos, que no podrán superar los 20 miligramos de nicotina por mililitro. Además, se limita la capacidad de líquido de estos dispositivos.
Méndez de Vigo aseguró que el conjunto de la nueva regulación busca “alcanzar la protección de la salud de los fumadores e, indirectamente, también la de los fumadores pasivos”.
En este sentido, Juan Páramo, presidente de la Mesa del Tabaco, que engloba a tabaqueras, estanqueros y productores, la nueva directiva “implica fuertes restricciones en el envasado, etiquetado e ingredientes”.
El directivo, que también preside la patronal del sector Adelta, subrayó que “España vuelve a estar a la cabeza de la UE en el control del tabaco” y añadió que “creemos que con la nueva norma hemos llegado al límite de regulación”. Por ello, defendió que “lo que se debe garantizar es su cumplimiento, muy especialmente en lo que se refiere al acceso de los menores al tabaco, persiguiendo los canales de venta ilegal”.
El único paso extra en regulación, viendo la experiencia de otros países, solo podría ser el empaquetado genérico, como hizo Australia y, más recientemente, Reino Unido y Francia.
El Real Decreto aprobado llega con un año de retraso. La directiva vio la luz en mayo de 2014 y daba hasta el mismo mes de 2016 a los estados para incorporarla a su marco legislativo. El largo periodo de Gobierno en funciones y las dos convocatorias electorales retrasaron su aprobación.
La directiva de 2014, que ahora llega al marco regulatorio español, tiene un carácter más de restricciones comerciales que de consumo, ante lo que en el sector no se prevén nuevos cambios.
El retraso en la llegada de la directiva hizo a la industria adelantar el punto de la regulación que más claro quedaba en el texto comunitario: las nuevas cajetillas. Se trata de un nuevo formato que se comenzó a comercializar en mayo del año pasado y que, según señaló el viernes la Mesa del Tabaco, prácticamente todas las marcas ya han adoptado.
Así, desde mayo del año pasado las cajetillas de tabaco tienen alertas sanitarias más grandes. Éstas ocupan el 65% de las caras frontales y un 50% de los laterales. Además, los avisos desplazan la marca a una posición inferior. La normativa da más tiempo para que las empresas puedan también cambiar de ubicación las etiquetas de impuestos que hay en los envases de cigarrillos.
La jurisprudencia de la UE respecto a otras transposiciones hizo a las compañías comenzar a aplicar esta medida el año pasado pese a que no se había aprobado todavía en España. El marco comunitario permitía un año a las marcas para dar salida a aquellas del formato anterior.
Esta medida nació con polémica y algunas empresas llevaron a la justicia el marco regulatorio, aunque el Tribunal de Justicia de la Unión Europea tumbó estas demandas al entender que la directiva no excedía “los límites de lo que es apropiado y necesario” y que son “proporcionadas” las normas.
Pero más allá de este cambio, la industria se prepara para adaptarse al resto de modificaciones que trae consigo la directiva. El nuevo marco regulatorio obliga a las tabaqueras a eliminar todos aquellos productos con sabores como vainilla o chocolate al entender que pueden hacer al tabaco más atractivo, por ejemplo, para menores.
Por otro lado, también prohibe la venta de cigarrillos mentolados, aunque en este caso permite a las empresas adaptarse hasta 2020. Si bien, fuentes del sector explican que este tipo de productos no tienen mucha presencia en España, por lo que afecta más a otros mercados como Polonia, donde tienen cerca de un tercio del mercado.
Además, la nueva normativa prohibe las cajetillas de tabaco de menos de 20 cigarrillos y acota el tamaño de las bolsas de tabaco de liar. En estas, también les impone un aumento de las advertencias sanitarias.
Fuera del Real Decreto, el Consejo de Ministros aprobó ayer un anteproyecto de ley para incluir otras medidas de la directiva, como en lo referente al cigarrillo electrónico. En este caso, la directiva obliga a incluir advertencias sanitarias en estos dispositivos. Según explicó Íñigo Méndez de Vigo, portavoz del Gobierno, supondrá el 30% del envase.
Según figura en la referencia del Consejo de Ministros, se regula este producto para “evitar posibles efectos perjudiciales, habida cuenta de que según la Organización Mundial de la Salud, no se pueden excluir los riesgos para la salud”. Se restringe, además, el contenido de los líquidos, que no podrán superar los 20 miligramos de nicotina por mililitro. Además, se limita la capacidad de líquido de estos dispositivos.
Méndez de Vigo aseguró que el conjunto de la nueva regulación busca “alcanzar la protección de la salud de los fumadores e, indirectamente, también la de los fumadores pasivos”.
En este sentido, Juan Páramo, presidente de la Mesa del Tabaco, que engloba a tabaqueras, estanqueros y productores, la nueva directiva “implica fuertes restricciones en el envasado, etiquetado e ingredientes”.
El directivo, que también preside la patronal del sector Adelta, subrayó que “España vuelve a estar a la cabeza de la UE en el control del tabaco” y añadió que “creemos que con la nueva norma hemos llegado al límite de regulación”. Por ello, defendió que “lo que se debe garantizar es su cumplimiento, muy especialmente en lo que se refiere al acceso de los menores al tabaco, persiguiendo los canales de venta ilegal”.
El único paso extra en regulación, viendo la experiencia de otros países, solo podría ser el empaquetado genérico, como hizo Australia y, más recientemente, Reino Unido y Francia.
Las ventas vuelven a caer tras la aprobación del alza de los impuestos
El pasado mes de diciembre, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunciaba la subida de impuestos a productos como el alcohol, las bebidas azucaradas -esta medida no ha llegado a aprobarse por el momento- y al tabaco.
En concreto, Hacienda elevó el tipo específico del tabaco un 2,5% para los cigarrillos y un 6,8% en el caso de la picadura. Así, por cada cajetilla tienen que abonarse desde diciembre 0,494 euros, frente a los 0,48 anteriores. Mientras tanto, congeló el IVA, en el 21%, y el ad valorem, en el 51%
La subida del gravamen al tabaco se tradujo a finales de año en un alza de precios generalizada en todas las marcas tabaqueras. Este hecho estuvo a punto de provocar una guerra de precios entre Philip Morris y Altadis. La primera amenazó con reducir en 10 céntimos el precio de las cajetillas si la segunda no elevaba también los importes por unidad. Finalmente todas acabaron elevando el precio entre 10 y 15 céntimos de media.
La subida de impuestos llegó a la industria del tabaco en un momento de frágil estabilidad. El volumen de ventas se ha desplomado un 47% en 10 años, pero el sector había logrado en los últimos tres ejercicios frenar la caída, con una evolución casi plana, tanto en el número de cajetillas vendidas como en la facturación.
Desde que comenzase el año y se empezase a apreciar la subida de impuestos en el precio de las cajetillas, las ventas han vuelto a caer, aunque menos que tras la anterior subida relevante de la fiscalidad al tabaco, en 2010. En los cuatro primeros meses del año, la facturación ha caído un 3%, según el Comisionado para el Mercado del Tabaco, dependiente del Ministerio de Hacienda. Mayor ha sido la caída en cuanto a volumen. Se han vendido un 5% menos de cajetillas, hasta los 664 millones.
En el aire está si la estructura fiscal del tabaco en España vive modificaciones en el futuro. En concretó la figura del doble mínimo, que fija un gravamen mayor para las cajetillas que bajen de cierto precio de venta al público para evitar el tabaco más barato, ha levantado dudas en el seno de la UE.
Otro de los países que tenían esta fiscalidad para estos productos, Italia, tuvo que eliminarla después de que una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en 2014 asegurara que no se podía aplicar esta doble imposición a un mismo producto. La sentencia hacía referencia al sistema italiano, pero podría tener que acabar modificándose en España.
El sector ha ligado en el pasado la subida de impuestos con el aumento del contrabando. Todavía no hay datos del impacto de esta nueva fiscalidad en el comercio ilícito, pero se aprobó justo al final de un año en el que la industria volvió a apreciar una subida, debido al aumento del tráfico de tabaco de liar ilegal.
Precisamente en este apartado, la nueva directiva contempla la incorporación de códigos de trazabilidad para las cajetillas, lo que permitirá que todos los envases tengan un identificador único con información precisa del producto desde su fabricación hasta su llegada al estanco.
Esta medida, sin embargo, está previsto que se implante en 2019, en el caso de los cigarrillos, y en 2024 para cigarros, picadura de pipa y de tabaco. Además, está pendiente de su posterior desarrollo por parte de la Comisión Europea a través de actos delegados, ya que queda pendiente de detallarse cuáles serán los requisitos técnicos a aplicar.
Pese a la falta de concreción al respecto empresas como Logista han comenzado a prepararse para esta nueva herramienta. La compañía, controlada por Altadis, ha anunciado recientemente una inversión de 50 millones hasta 2019 para adaptar la tecnología a los nuevos requerimientos.
Mayores restricciones para un menor consumo de tabaco |
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