En
la situación en que la mayoría de los laringectomizados nos
encontramos, sobre todo durante los primeros meses quizá años, cualquier
situación distinta a la cotidiana puede convertirse en una aventura,
en algo que nos hace cambiar de vida, salir de nuestras rutinas. Y no
me estoy refiriendo a situaciones especialmente distintas a lo que antes
hacíamos, más bien lo contrario, a situaciones que antes eran normales y
que debido a nuestro estado pueden convertirse en especiales.
Voy
a comentar una de estas situaciones. Las vacaciones. Nada más agradable
y deseable que unas vacaciones. Pues en nuestro estado puede
convertirse en un pequeño conflicto interno. No sabemos como vamos a
reaccionar ante situaciones distintas a las cotidianas. Tomar una
decisión sobre donde ir e incluso si ir o no puede ser todo un cúmulo de
incertidumbres. Voy a tratar de ayudar a que esta situación sea lo
menos conflictiva posible.
Este
comentario que enfoco con las vacaciones como tema puede servir para
otras circunstancias tales como reuniones familiares, con amigos,
compañeros de empresas, bodas, comuniones, etc. etc.
La
primera decisión y la más importante es si ir o no, si asistir o no.
Antes que nada creo que conviene dividir nuestra situación en dos partes
muy diferenciadas: primero durante las fechas inmediatamente siguientes
a la intervención y posterior radio-quimio y segundo cuando ya estamos
en fase progresiva de recuperación. Durante la primera fase ni que decir
tiene que bastante tenemos con lo nuestro, es decir, con cuidarnos y
cumplir con las más elementales obligaciones. Es en la segunda fase
cuando ya podemos empezar a hacer cosas fuera de las consideradas
normales o elementales. La primera reacción puede ser pensar que mejor
quedarnos en casa, mejor no salir de nuestra cómoda rutina diaria.
Pensar que adonde vamos a ir sin poder hablar, con miedo a las toses y
flemas. La decisión no es fácil pero pienso que por encima de todo debe
estar nuestra necesidad de superación y sobre todo de acostumbrarnos a
hacer normal lo que siempre lo ha sido. Lo normal habría sido ir de
vacaciones o asistir a la reunión o a la boda, por tanto ese concepto es
el que debe predominar. Lo demás ya se solucionará sobre la marcha. Y
con ayuda no solo de nuestra pareja y familia más cercana sino de todos
los demás lo conseguiremos. Debemos, si se da el caso, exponer
claramente nuestras limitaciones y pedir comprensión y ayuda. No nos
fallará.
En
el caso de unas vacaciones hay que pensar donde. Vuelvo a lo mismo,
pienso que hay que hacer lo más parecido a lo que antes era normal. Si
nos gusta la playa, ¿por qué no?. El problema de la cánula es fácil
solucionarlo con un pañuelo o con una braga fina. Yo lo he hecho y se
lleva con mucha facilidad. Si no usamos cánula el problema es de mejor
solución, solo tiene que trabajar un poco la imaginación. Si por el
contrario nos va mejor en zonas rurales o de montaña el problema casi no
existe. El calor es sofocante para todos, también para nosotros, pero
no mucho más que antes. Si vamos a lugares donde nos vamos a encontrar
con personas conocidas de toda la vida solo hay que pensar que tarde o
temprano hay que restablecer esa relación y cuanto antes lo hagamos
mejor.
Perdonadme
que insista, pero creo que el mejor remedio para nuestra reintegración
en la sociedad es hacerlo cuanto antes y tal como somos ahora pero sin
olvidar lo que antes éramos. "Yo soy yo y mis circunstancias" que decía José Ortega y Gasset.