Investigadores de la
Universidad Rey Juan Carlos y el Hospital de Alcorcón (Madrid) han
comparado las sustancias volátiles que expulsan once personas con
cáncer de laringe al respirar, con las de otras veinte sanas. Los
resultados muestran que las concentraciones de ciertas moléculas,
sobre todo etanol y 2-butanona, son superiores en los individuos con
carcinoma, por lo que actúan de marcadores potenciales de la
enfermedad.
El aliento que exhalamos
contiene miles de compuestos orgánicos volátiles (VOC, por sus
siglas en inglés) y algunos de ellos se pueden usar como
biomarcadores no invasivos de diversos tipos de cáncer de cabeza y
cuello, como el de laringe.
Los picos del etanol y la
2-butanona destacan en las gráficas de los enfermos con cáncer
Así lo apunta el
experimento que científicos de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC)
han desarrollado con 31 voluntarios: 20 sanos (la mitad fumadores) y
11 con cáncer de laringe en distintas fases de desarrollo y tratados
en el hospital de Alcorcón de Madrid.
Los resultados, que
publica la revista Chromatographia, revelan que el aire que exhalan
los pacientes enfermos más graves –en un estado denominado T3–
contiene concentraciones diferentes de siete compuestos respecto a
los niveles de las personas sanas o incluso las que tienen el tumor
menos desarrollado (T1).
En concreto, en las
gráficas de los individuos con cáncer avanzado destacan los picos
que representan al etanol (C2H6O) y la 2-butanona (C4H8O). Estos dos
compuestos se convierten, por tanto, en marcadores potenciales del
carcinoma de laringe.
“De momento se trata de
una investigación preliminar y hay que obtener una muestra más
amplia”, reconoce a Sinc Rafael García, profesor de Ingeniería
Química de la URJC y coautor del estudio, “pero se abre una puerta
al futuro, una alternativa en cuanto a la identificación de
biomarcadores, no solo de este tipo de cáncer, sino de otros más
prevalentes y graves como el de pulmón, donde cada vez es más
determinante su detección precoz”.
Para realizar el
experimento los investigadores hicieron soplar a los participantes en
unas bolsas asépticas (tedlar bags) tras ayunar durante al menos
ocho horas, para que no quedaran restos de comida o bebida en su
aliento.
Después se analizaron
las muestras con técnicas de microextracción en fase sólida,
cromatografía de gases y espectrometría de masas, que permiten
separar e identificar cantidades muy pequeñas de sustancias. Las
concentraciones rondan o superan ligeramente el límite de detección
de los equipos, 40 nanogramos/mL, lo que equivale a 40 ppb o partes
por mil millones.
El objetivo es crear una
nariz electrónica que se pueda implementar en los hospitales
El fin último de la
investigación es “crear una nariz electrónica que se pueda
implementar en hospitales y centros de salud para la detección
precoz de este tipo de patologías”, concluye Rafael García. Los
esfuerzos del equipo se unen a los de otros grupos de investigación
españoles y extranjeros que también trabajan en el desarrollo de
sensores para detectar enfermedades por el aliento.
Los cánceres de cabeza y
cuello representan entre el 5% y 10 % de los tumores malignos
diagnosticados anualmente en España. En el mundo aparecen cada año
cerca de medio millón de nuevos caso, sobre todo por el consumo de
tabaco y alcohol, y aproximadamente el 90% son de laringe. En el
estudio también se han identificado cuatro marcadores en el aire
exhalado propios del fumador, como el benceno y el furaldehído.
El aliento puede tener marcadores que detecten el cáncer |
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