Las mujeres que toman más alimentos ricos en fibra durante la adolescencia y la edad adulta joven --especialmente porciones de frutas y verduras-- pueden tener un riesgo de cáncer de mama significativamente más bajo que las que ingieren menos fibra dietética cuando son jóvenes, según un nuevo gran estudio a gran escala dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, cuyos resultados se publican en la edición digital de este lunes de 'Pediatrics'.
"Estudios anteriores de la ingesta de fibra y el cáncer de mama no han sido significativos y ninguno de ellos examinó la dieta durante la adolescencia o la edad adulta temprana, un periodo en el que los factores de riesgo del cáncer de mama parecen ser particularmente importantes", afirma Maryam Farvid, científica visitante en la Escuela Chan de Harvard y autora principal del estudio.
"Este trabajo sobre el papel de la nutrición en los primeros años de vida y la incidencia del cáncer de mama sugiere que es uno de los pocos factores de riesgo potencialmente modificables para el cáncer de mama antes de la menopausia", añade.
Los investigadores estudiaron a un grupo de 90.534 mujeres que participaron en el 'Nurses' Health Study II', una gran investigación de larga duración de los factores que influyen en la salud de la mujer. En 1991, las mujeres -con edades de entre 27 y 44 años en el momento del estudio-- rellenaron cuestionarios sobre su consumo de alimentos y, posteriormente, cada cuatro años.
También completaron un cuestionario en 1998 sobre su dieta durante la escuela secundaria. Los investigadores analizaron el consumo de fibra de las mujeres mientras ajustaban una serie de otros factores, como la raza, los antecedentes familiares de cáncer de mama, el índice de masa corporal, el cambio de peso con el tiempo, la historia de la menstruación, el consumo de alcohol y otros factores dietéticos.
El riesgo de cáncer de mama fue entre un 12 y un 19 por ciento menor entre las mujeres cuanta más cantidad de fibra dietética consumieron en la edad adulta temprana. La alta ingesta de fibra durante la adolescencia también se asoció con un riesgo un 16 por ciento menor de cáncer de mama en general y un 24 por ciento menos de riesgo de cáncer de mama antes de la menopausia.
Entre todas las mujeres, hubo una fuerte asociación inversa entre el consumo de fibra y la incidencia de cáncer de mama. Por cada 10 gramos adicionales de ingesta de fibra al día --por ejemplo, cerca de una manzana y dos rebanadas de pan de trigo integral, o aproximadamente la mitad de una taza de judías cocidas y coliflor o calabaza cocida-- durante la edad adulta temprana, el riesgo de cáncer de mama se redujo en un 13 por ciento.
"Estudios anteriores de la ingesta de fibra y el cáncer de mama no han sido significativos y ninguno de ellos examinó la dieta durante la adolescencia o la edad adulta temprana, un periodo en el que los factores de riesgo del cáncer de mama parecen ser particularmente importantes", afirma Maryam Farvid, científica visitante en la Escuela Chan de Harvard y autora principal del estudio.
"Este trabajo sobre el papel de la nutrición en los primeros años de vida y la incidencia del cáncer de mama sugiere que es uno de los pocos factores de riesgo potencialmente modificables para el cáncer de mama antes de la menopausia", añade.
Los investigadores estudiaron a un grupo de 90.534 mujeres que participaron en el 'Nurses' Health Study II', una gran investigación de larga duración de los factores que influyen en la salud de la mujer. En 1991, las mujeres -con edades de entre 27 y 44 años en el momento del estudio-- rellenaron cuestionarios sobre su consumo de alimentos y, posteriormente, cada cuatro años.
También completaron un cuestionario en 1998 sobre su dieta durante la escuela secundaria. Los investigadores analizaron el consumo de fibra de las mujeres mientras ajustaban una serie de otros factores, como la raza, los antecedentes familiares de cáncer de mama, el índice de masa corporal, el cambio de peso con el tiempo, la historia de la menstruación, el consumo de alcohol y otros factores dietéticos.
El riesgo de cáncer de mama fue entre un 12 y un 19 por ciento menor entre las mujeres cuanta más cantidad de fibra dietética consumieron en la edad adulta temprana. La alta ingesta de fibra durante la adolescencia también se asoció con un riesgo un 16 por ciento menor de cáncer de mama en general y un 24 por ciento menos de riesgo de cáncer de mama antes de la menopausia.
Entre todas las mujeres, hubo una fuerte asociación inversa entre el consumo de fibra y la incidencia de cáncer de mama. Por cada 10 gramos adicionales de ingesta de fibra al día --por ejemplo, cerca de una manzana y dos rebanadas de pan de trigo integral, o aproximadamente la mitad de una taza de judías cocidas y coliflor o calabaza cocida-- durante la edad adulta temprana, el riesgo de cáncer de mama se redujo en un 13 por ciento.
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