Una de las características del
laringectomizado, quizá la más significativa, consiste en el cambio por
donde se hace la respiración. Antes de la laringectomía
respirábamos por la boca y nariz, como todo el mundo, y después lo
hacemos a través del estoma que nos dejan en el cuello. Esto es bien
sabido por lo que no es por ahí por donde voy a
enfocar este artículo. Y es que hay otras facetas en nuestra
respiración que la hacen peculiar y diferente.
En más de una ocasión solía decir un
amigo y compañero de bicicleta, cuando la cuesta se ponía difícil y le
faltaba oxígeno para seguir, que “ojalá tuviese un
agujero en el cuello para poder tragar más aire” porque, por lo
visto, con la boca y nariz no le era suficiente. Me lo ha recordado no
hace mucho. No deja de ser curioso que aquel ‘deseo’ tan
disparatado ahora lo tenga uno de sus más fieles compañeros durante
años, o sea, yo. Y de paso hemos comentado cómo es la respiración mía,
si más fácil que antes o todo lo contrario. Y de eso es,
precisamente, de lo que quiero hablar.
En principio la respiración es
diferente y rara, sobre todo al principio. Pero yo creo que con el
tiempo, una vez que nos vamos acostumbrando, no se ve perjudicada,
en absoluto, más bien todo lo contrario. El aire entra y sale
directamente sin más problemas. Otra cosa es la calidad de ese aire, ya
que al respirar sin los filtros naturales que son la boca y
la nariz, esa calidad puede verse mermada, pero de ese tema ya
hablaremos otro día. Hoy quiero hablar de la cantidad, no de la calidad.
Una persona no laringectomizada, sin
problemas significativos, en reposo, respira solo o principalmente por
la nariz. Sin embargo cuando el cuerpo necesita más
oxigeno lo hace también por la boca y si esa necesidad crece lo hace
con ansiedad y hasta con la lengua fuera para que ningún obstáculo
impida su entrada masiva a los pulmones. En el caso del
laringectomizado solo tenemos la opción del estoma, nuestra única
manera de respirar es a través del orificio que nos dejaron en el
cuello. Si este es estrecho entrará menos aire que si es ancho,
si usamos cánula otro tanto de lo mismo y lo mismo pasará si nos
ponemos filtros especiales o pañuelos poco porosos. Estando en reposo no
notaremos la diferencia pero si hacemos ejercicio, cuanto
mayor sea éste más notaremos la falta de oxígeno y la consiguiente
necesidad de meter más.
Como bien se puede deducir, poco o
nada se puede hacer en el caso de estoma estrecho, solo una intervención
nos la puede agrandar, y no creo que sea demasiado
apetecible, salvo en casos extremos, meternos en el quirófano.
Conozco un caso en que se lo tuvieron que hacer, se ve que era más que
necesario.
Sin embargo en las otras opciones si
podemos buscar la manera de ayudar a que esa respiración no nos
perjudique o lo haga le menos posible. Antes he mencionado tres
supuestos que, en teoría, pueden dificultar la respiración:
- El uso de cánula
- Los filtros especiales
- Los pañuelos poco transpirables
La cánula
no es una opción con la que podamos barajar muchas opciones. Si la
llevamos es por
prescripción médica y debemos respetarla. La cánula dificulta mucho
la respiración, aunque no lo parezca. Yo diría que al menos un 50 %. Lo
sé por experiencia. Cuando la llevaba notaba cómo
disminuían mis fuerzas al hacer ejercício, mientras que si me la
quitaba se obraba el milagro, dejaba de cansarme y de jadear. Lo hice
como experimento, por pocos minutos, hasta que el otorrino
me dio permiso para hacerlo por horas. Sin embargo en estado de
descanso o haciendo un paseo tranquilo apenas notaremos la diferencia,
sobre todo si llevamos tiempo con ella. Si en alguna
circunstancio especial notamos que la respiración es excesivamente
dificultosa no veo inconveniente en quitarla provisionalmente, siempre y
cuando no sea por mucho tiempo.
Los filtros
especiales son cada vez más usados por los laringectomizados. Yo los
llevo usando
desde hace unos cuantos años y conozco sus ventajas. Para nosotros
es lo más parecido a la nariz, con sus ventajas e inconvenientes. Las
ventajas son bien conocidas, la principal es que al aire
será más sano. Inconvenientes vienen a la hora de hacer esos
ejercicios que nos piden más oxígeno del que puede entrar por la nariz.
Como he dicho antes, la persona normal no tiene más que abrir
la boca y empezar a tragar aire a marchas forzadas, pero nosotros no
podemos hacer lo mismo. Pero lo que podemos hacer es cambiar de
filtros o sencillamente quitárnoslos mientras hacemos
esos ejercicios. Hay dos clases de filtros, hablo de los de PROVOX HME system, los más conocidos. Están los normales y los HiFlow.
Estos últimos están preparados para que
el aire pase con más facilidad. No los he usado nunca, por lo que no
puedo dar una opinión certera. Pero si diré que cuando hago ejercicios
un poco fuertes prefiero directamente prescindir de los
filtros mientras duran las sesiones. En cambio uso otras maneras de
taparme el estoma. Eso es imprescindible. Hace poco me han contado el
caso de un aficionado ciclista que no lo llevaba ninguna
protección y se le coló un insecto. Tuvieron que intervenirle para
sacárselo de los pulmones por vía de urgencia.
Hay dos prendas que yo uso para estas
ocasiones. Se tratan de conocido pañuelo-babero, eso sí de tejido de
punto fino, que traspire bien. Y las llamadas bragas
multiusos, también en tejido fino muy transpirables. Las hay de
muchos colores y texturas y son muy cómodas.
Los pañuelos
son los mismos de los que acabo de hablar, solo que también los hay más
‘elegantes’
de tejidos finos de seda o similares. Visten más, según gustos, pero
traspiran peor que los de punto. A veces hacen una especie de ventosa
que tapona el estoma en casi su totalidad. Repito que
para situaciones de descanso no hay problemas, pero para los casos
que comento pueden crear dificultades.
Como conclusión diré que la
respiración del laringectomizado es otra de las muchas cosas que no nos
impide hacer una vida normal. Con más o menos ejercicio, según
guste, pero que para nada nos impide salir de casa a pasear y hasta
correr si nos apetece.
Para terminar voy a contar una
anécdota que me pasó al poco tiempo de mi operación, más o menos un mes.
Estaba en el monte y me abordó un montañero para preguntarte
si me habían operado, etc. No lo conocía de nada, pero le contesté
como pude y me entendió suficientemente bien, creo. Y seguido me
preguntó si este tipo de operaciones impedía hacer lo que
estaba haciendo. Obviamente la respuesta estaba clara, pero seguido
me explicó que un amigo suyo, operado como yo, se negaba a salir de casa
porque en cuadrilla se sentía mal por no poder hablar
y que al monte no podía ir porque respiraba mal. Me preguntó si era
ciento y le contesté que sí, pero que hacerse se podía hacer. Solo tenía
que verme a mí. No sé si conseguiría ‘arrancarle del
sofá’ pero argumentos no le faltaron para intentarlo después de de
verme a mí.
Sr, juan toledo, permita me que le diga que en lo que se refiere tanto al Pañuelito moco Ud, dice como a la cánula eso de que corta la entrada de aire, yo le diría de que ud, esta un poco equivocado, le diré de que yo ya hace 10 años de que estoy operado y desde entonces no me eh quitado la cánula con perdón ni para MEAR, es mas yo creo que cuando me la e quitado me a bajado la potencia de la voz y no le digo nada del PAÑUELITO, lo encuentro asta elegante si saber combinarlo con la camisa que te as puesto, aaah y que conste de que yo hago GIMNASIA todos los dias con mi cánula y mi PAÑUELITO, un saludo muy cordial de M. CASTILLO.
ResponderEliminarEl tamaño del estoma no influye en la cantidad de oxígeno que llegue a los alveolos. Digo que no influye, porque en general, el área de abertura es mayor que la de la glotis. Todos los estomas que he visto superaban los 10 mm de diámetro, y según me comentó un OTL, un estoma de 6 mm de diámetro es suficiente para respirar.
ResponderEliminar